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INTERNACIONAL

La desaceleración económica atiza las diferencias sobre las respuestas a la crisis.

La revisión a la baja del crecimiento mundial ha provocado serias diferencias entre los países desarrollados y los organismos multilaterales. A pesar del acuerdo básico sobre la desaceleración económica, el Fondo Monetario Internacional (FMI) remarca los peligros en ciernes, en tanto que el G-7 y Estados Unidos confían en un rápido rebote de la economía. La división de opiniones replantea la cuestión de los tipos de interés en Europa.

"La economía mundial está atravesando una etapa muy difícil y nuestros objetivos más importantes son mejorar la prevención de crisis y la estabilidad del sector financiero". Este nítida y preocupante caracterización formulada por el director-gerente del FMI, Horst Köhler, en línea con la reducción de las tasas de crecimiento de EE UU y a escala internacional, resonó con fuerza durante todos los encuentros de la reunión semestral del Fondo y el Banco Mundial que concluyó ayer en Washington.

Sin embargo, el inesperado dato del PIB estadounidense en el primer trimestre, llenó de alegría al presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, y al secretario del Tesoro, Paul O'Neill. En tal medida, que la declaración final de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-7 moderó sustancialmente la negativa visión del FMI.

El ministro de Economía español, Rodrigo Rato, consideró ayer que las economías de EE UU y la UE están muy interrelacionadas, pero que esto no significa que se pueda igualar a ambas y, por tanto, aplicar las mismas políticas monetarias.

"Las economías estadounidense y europea están muy interrelacionadas, pero no son iguales ni están en la misma fase del ciclo". Por ello sostuvo que una de las razones para tener una economía europea integrada a través de una moneda común es que la Unión Europea "pueda tener una política mo-netaria en función de su ciclo y que no sea simplemente mimética de la de EE UU".

De esta manera, el responsable de la economía española salió al paso de las presiones a favor de una reducción de los tipos de interés del Banco Central Europeo, y reafirmó la posición del Gobierno español contraria a una rebaja del coste del dinero en Europa.

Rato, que por la mañana había participado de la reunión del Comité de Desarrollo del Banco Mundial, se reunió posteriormente con el subdirector del FMI, Stanley Fischer. En el curso de ese encuentro pasaron revista a la situación de Argentina y Turquía, así como a la evolución económica de España y Europa. Un poco más tarde, el ministro español fue recibido durante algunos minutos por el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, aunque no formuló ningún comentario sobre lo tratado en esa reunión.

Antes de partir hacia Boston, donde hoy disertará sobre el euro en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), Rato estimó que si bien la revisión a la baja de las tasas de crecimiento "son las más fuertes de las dos últimas décadas", los resultados del PIB estadounidense del primer trimestre inducen en este momento al optimismo.

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