Los índices que anticipan la actividad proyectan un crecimiento cercano al 3%
Los indicadores adelantados de actividad que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE) para explorar el crecimiento económico a corto plazo revelan un agotamiento de la demanda interna, ya detectado a finales de 2000, que coloca el aumento del PIB para este año próximo al 3%, varias décimas por encima de la previsión del Gobierno.
Cinco son los índices adelantados utilizados por Estadística en sus estudios. Todos ellos (tráfico aéreo de pasajeros, suspensiones de pagos de empresas, número total de contratos laborales registrados, importaciones no energéticas y depósitos bancarios a la vista y a plazo) revelan para los próximos meses una pérdida de vigor, tanto de la demanda como de la actividad, que se acumulará a la registrada ya en la segunda mitad del pasado año y que desacelerará el crecimiento del PIB hasta cerca del 3%.
De todos ellos, el más optimista es el que mide el número de viajeros (gran parte, turistas) que utilizan el avión, cifra que mantuvo en enero un crecimiento interanual (10,7%) similar al de diciembre (11,5%). Los contratos laborales, en cambio, han experimentado en los últimos meses una desaceleración importante, cerrando el año 2000 con un crecimiento del 4,5%, muy lejos del 13,5% de 1999 y del 15,6% del ejercicio anterior. Las importaciones de bienes no energéticos también han registrado un claro deterioro, fruto de la desaceleración de la demanda interna. En diciembre sólo crecieron en volumen (descontando el efecto precio) un 0,6%, frente al 7,7% de media anual.
El agregado monetario M2 (mide el crecimiento de los depósitos a la vista y a plazo hasta dos años) mantiene ahora un nivel del 9,9%, similar al de mediados de 2000 (10,3%), hecho que, por otra parte, demuestra que persisten las tensiones de precios.
Otros indicadores, al margen de los utilizados por el INE, apuntan también hacia un recorte del crecimiento hasta tasas cercanas al 3%, frente al 3,6% estimado inicialmente por el Gobierno. El índice de confianza del consumidor se encuentra en el menor nivel (1,7 puntos, ver gráfico) de los últimos doce meses debido, entre otras causas, al impacto del efecto riqueza sobre las familias, que ha tenido la rápida reducción de la remuneración del ahorro, parte del cual se encuentra invertido en Bolsa y renta variable en general. Del mismo modo, el aumento de la renta salarial real (ver gráfico) se ha desace-lerado hasta el 4,9% como consecuencia del aumento del IPC por encima de lo previsto.
Desde el punto de vista de la oferta, los indicadores adelantados también se orientan a la baja. En la construcción, los visados de dirección de nuevas obras llevan descendiendo desde mediados de 2000. Algo similar ocurre con el consumo de cemento.
La futura evolución de la economía que se vislumbra a través de los indicadores adelantados de la actividad es coherente con lo ya apuntado por la Contabilidad Nacional del último trimestre de 2000.
En términos de ciclo-tendencia (descuenta los efectos estacionales y lima las puntas de crecimiento) el PIB se desaceleró en el cuarto trimestre del año hasta el 3,8%. La desaceleración es de ma-yor cuantía, incluso, si se analizan los datos en términos brutos, en los que el PIB se situó al final de 2000 en sólo el 3,2%, fruto de la desaceleración de la demanda interna hasta el 2,2% y del consumo hasta el 2,1%.
Desde el Ejecutivo, el secretario de Estado de Economía, José Folgado, ya ha reconocido que no se alcanzará este año el objetivo de un PIB del 3,6%, confiando en que se mantendrá por encima del 3%. Sin embargo, sigue reticente a revisar el cuadro macro de forma oficial. Fuentes de Economía aseguraron a este periódico que prefieren esperar a que el ejercicio esté más avanzado para comprobar el verdadero impacto de la contracción de la demanda y el comportamiento del sector exterior.