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INTERNACIONAL

O'Neill presiona a Rusia para que pague su deuda al Club de París

El secretario del Tesoro de EE UU, Paul O'Neill, envió una carta el pasado día 6 al ministro de Economía ruso, Alexei Kudrin, presionándole para que hiciera frente al pago de la deuda contraída por su país con el Club de París, que asciende a 8,6 billones de pesetas. La misiva pudo ser crucial para que el Gobierno presentara un nuevo Presupuesto que ahora discute la Duma y que corre el riesgo de provocar una crisis política.

O'Neill, pudo haber desencadenado la marcha atrás del Gobierno ruso en su decisión primera de no pagar la deuda contraída con el Club de París. Según se supo ayer, O'Neill envió una carta a Kudrin el pasado día 6 en la que afirmaba que EE UU se sumaba "al Club de París y a los ministros de Finanzas [G-7] en su petición a Rusia para que pague sus obligaciones al completo y dentro del plazo", informa Dow Jones.

Dos días después, Kudrin anunciaba una modificación presupuestaria para incluir el pago de la deuda, no contemplada en el texto original. La Duma lo tiene sobre la mesa y hay muchas dudas de que apruebe dicha modificación. "Aceptará que el pago debe hacerse, pero no como ha propuesto el Gobierno", apunta Sergei Voloboev, economista de Credit Suisse First Boston.

La deuda contraída con el Club de París asciende a 48.000 millones de dólares (unos 8,6 billones de pesetas), de los que 38.000 millones se remontan a la época soviética. El Gobierno ha admitido que faltan 6.400 millones de dólares en el Presupuesto inicial para hacer frente al pago. Además de no cubrir los 5.900 millones que vencen este año de la deuda, se ha tenido que descontar un crédito del FMI de 1.750 millones que no ha conseguido y que había incluido en el texto original.

Para paliar las deficiencias presupuestarias el Gobierno ha echado mano de ingresos extra, que provendrán de los impuestos del petróleo, la nueva emisión de bonos del Estado, las privatizaciones de algunas empresas y la utilización de parte del superávit del año pasado.

Sin embargo, los diputados comunistas han criticado que esos ingresos se dediquen a pagar a los países ricos en lugar de destinarlos a otras medidas para aliviar a una población de la que el 30% vive en la pobreza.

En opinión de Peter Boucharov, economista de Deutsche Bank, "Rusia tiene los recursos suficientes para hacer frente a la deuda y a otras necesidades". El año pasado fue muy bueno para el país, con un crecimiento del PIB de alrededor el 7%, y las previsiones apuntan a una subida del 4,5% en 2001.

"Este es un problema político, y es difícil prever lo que puede pasar si la Duma no aprueba el nuevo Presupuesto", dice Boucharov. Muchos analistas temen que el rechazo conduzca a una fuerte crisis política.

 

Acciones en lugar de dinero

Alemania, acreedor de más del 40% de la deuda de Rusia con el Club de París, podría cobrarse parte de sus préstamos con participaciones en empresas rusas que adquirirían compañías alemanas. Así lo anunciaron los ministros de Economía de ambos países, reunidos en Berlín esta semana, que dejaron para el encuentro de abril entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el primer ministro alemán, Gerhard Schröder, el cierre de algunos de esos acuerdos, según las agencias.

Entre tanto, el alto representante de Política Exterior de la UE, Javier Solana, instó ayer a Rusia a pagar sus deudas durante su visita a Moscú. Solana, que participó en un foro sobre la política exterior centrado en la seguridad nuclear, se hizo eco de la preocupación de los países acreedores sobre el impago de la deuda, tema que será abordado por los ministros de Finanzas del G-7 en la reunión de mañana en Palermo (Italia).

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