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Deuda

Santander prefiere pagar menos y emite 750 millones en 'cocos' al 6,75%

La demanda total ha rondado los 1.200 millones El objetivo de la entidad era emitir entre 1.000 y 1.500 millones

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, durante la junta general de accionistas celebrada el pasado 7 de abril.
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, durante la junta general de accionistas celebrada el pasado 7 de abril.EFE

Banco Santander ha lanzado una emisión de bonos convertibles por 750 millones de euros al 6,75%. La intención del banco que preside Ana Botín era vender entre 1.000 y 1.500 millones de euros, pero el deterioro del mercado a raíz de la convocatoria de elecciones en Reino Unido el 8 de junio ha provocado que el importe total haya sido menor.

"La entidad ha recibido demanda por más de 1.200 millones, pero ha preferido prima el precio antes que el volumen", señala una fuente conocedora de la operación.  Los bancos colocadores han sido Deutsche Bank, Goldman Sachs, HSBC, Santander, Societe Generale y UBS.

El nivel en que los títulos se convierten en acciones es cuando la ratio de capital cae por debajo del  5,125%. El rating de los títulos es de Ba1, según Moody's, a un escalón del grado de inversión. Es la cuarta emisión de cocos de Santander, después de las tres que efectúo en 2014. Una en marzo de ese año por 1.500 millones de euros y con una rentabilidad actual del 7,1%;: otra en mayo, por 1.500 millones de dólares que ahora paga el 7%, y otra en septiembre por 1.500 millones de euros, que da el 6,6%.

"Es una forma de fortalecer los fondos propios del banco sin tener que ampliar capital directamente. Este tipo de emisiones, que computan para los ratios de capital de las entidades, son convertibles en capital cuando la entidad lo decida", explican desde Link Securities.

¿Qué es un coco?

Los bonos contingentes convertibles (cocos) son un tipo de deuda de vencimiento perpetuo, con un orden de prelación bajo en caso de impago: sus dueños son los últimos tenedores de deuda en cobrar, solo por delante de los accionistas.

La nueva regulación de Basilea III permite sumar a los requerimientos exigidos un 1,5% de capital adicional a través de estas emisiones, que no computan como Common Equity Tier 1 (el famoso CET, que se utiliza en las pruebas de resistencia) sino como Additional Tier 1 (AT1). Después se sitúa la deuda subordinada, que se incluye como Tier 2. 

Esta deuda se convierte en acciones bajo determinados supuestos. Esto es, si las ratios de capital de la entidad caen por debajo de un determinado umbral.

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