Un rescate que no prolonga la vida del euro
1.- Lo importante. El rescate a la banca española no aumenta la esperanza de vida del euro. Probablemente la Bolsa suba, y baje la prima de riesgo, en la sesión del lunes. O quizá no, quién sabe, el mercado cada día acelera más sus ciclos de pánico-euforia. En todo caso, las dudas de fondo sobre el futuro del euro no se solucionan arreglando una parte del problema, por más que fuese la más sangrante en este momento. Y estas dudas del mercado volverán, no sé si en tres días o en tres semanas, pero volverán.
Con el nuevo rescate España subirá 10 puntos de deuda sobre PIB que, a un interés del 4%, suponen cuatro décimas de déficit cada año. La banca española es la principal financiadora del Estado. Con más ajustes el panorama macro español se debilitará aún más. Y España es irrescatable. Hace poco menos de un año me tomé la molestia de hacer las cuentas, pero no es necesario. España es la cuarta economía de la zona euro y aporta el 12,75% del EFSF.
Si se rescata a España (sobre el papel se puede), la contribución alemana italiana y francesa al fondo de rescate se dispararía. Italia ya tiene la prima de riesgo casi en 500 puntos, y mucha más deuda que España. Ya solo quedarían Alemania y Francia para rescatar al resto. Si el BCE no interviene ni en la cumbre de junio se toman medidas enfocadas a corregir los fallos de diseño del euro, éste acabará por implosionar. Lamentablemente, las primeras reacciones de los políticos del Norte de Europa no invitan al optimismo. Y el domingo hay elecciones en Grecia.
2.- El rescate dará la vuelta a todo el sector financiero, no solo a los bancos rescatados. El comunicado del Eurogrupo no es particularmente explícito, pero al hablar de las condiciones sobre el sector financiero habla de reestructuraciones de entidades y "reformas estructurales horizontales", concepto que confieso desconocer pero que, intuyo, apunta a reducción de capacidad, fusiones, cierres de oficinas y adelgazamiento de activo. Y el texto explicita que estas reformas "horizontales" será necesarias en el sector financiero doméstico. El EFSF en sus estatutos es aún más duro, al hablar de reestructuración o liquidación como las dos opciones para de las entidades que reciban ayuda y aludir a también a cambios en la legislación y en los mecanismos de supervisión como condicionantes de la ayuda.
Esto es buena noticia. La crisis ha demostrado la hábil mano de la "banca más solvente del mundo" a la hora de negociar las condiciones de su "saneamiento" con políticos de todo pelaje y supervisores. Yo prefiero que a partir de ahora el interlocutor sea un señor al que dé igual la ubicación de la sede social de la caja en cuestión o los contactos políticos de tal o cual promotor, y que imponga provisiones sin miedo a hacer daño.
3.- Intervenidos del todo no, pero sin margen de maniobra. Hasta ahora Rajoy ha podido jugar al ratón y al gato con Bruselas. Ahora el panorama cambia. Aunque España no estará sujeta a intervención como Grecia, las reformas que pide Bruselas tendrán que aplicarse, y el déficit cumplirse a rajatabla. No sé en qué condiciones se desembolsará el dinero, pero me temo que el mecanismo final incluya desembolsos periódicos que España tenga que ganarse trimestre a trimestre. En todo caso, por decirlo llanamente: para que el BCE comprase un puñado de deuda púlbica y para que diese barra libre de liquidez a la banca España ha aplicado recortes sin precedentes y cambiado la Constitucion. ¿Cuál será el precio de 100.000 millones?
4.- El precio real del rescate lo veremos en los Presupuestos 2013. Y, además de cuadrar las cuentas a machamartillo, hay tres reformas que Bruselas y Berlín han exigido desde tiempo ha: subida del IVA, bajada de las pensiones y bajada del seguro de desempleo. Los sueldos de los funcionarios irán, posiblemente, en el paquete de recorte del déficit.
5.- Mentir no inspira confianza. Normalmente, porque te acaban pillando. Y, cuando la mentira es descarada, aún menos. Si el Gobierno quiere que el rescate a la banca se quede en eso, en un rescate a la banca, debería decir la verdad, aunque duela. Uno de los motivos que ha desatado el rescate ha sido la doblez con la que se ha manejado el Ejecutivo en tres aspectos capitales: el déficit de 2011 (sujeto a tres revisiones, todas al alza), el agujero de Bakia (coronado por ese Power Point de 19.000 millones, el más caro de la historia) y la reticencia a presentar el presupuesto hasta después de las elecciones. Y, como si eso no hubiera sido suficiente, cuando las cosas se han puesto complicadas, un sector del Gobierno se ha dedicado a jugar con el farol del rescate del euro.
El Gobierno ha transmitido a los mercados, pero sobre todo a las cancillerías europeas, falta de seriedad, y que está más preocupado por las portadas de la prensa patria que por cumplir sus compromisos. No tiene ya ninguna credibilidad. Y ahora, decir que no es un rescate, que los intereses no generarán déficit o que no hay condiciones es ahondar en el error.
6.- Vamos a pintar poco. Con el caso Bankia y el rescate, la capacidad española para negociar en Bruselas, nuestro peso político, se reducirá a la mínima expresión. Probablemente nos podamos ir despidiendo de un asiento en el BCE (el de Páramo), y no sé si una española (se hablaba de Belén Romana) podría presidir el mecanismo europeo de rescate, el premio de consolación previsto.