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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El incierto dividendo de la paz para Israel

La escasez de mano de obra debida a la guerra ha perjudicado a su crecimiento, a su balance por cuenta corriente y a su saldo presupuestario

La guerra de Gaza está llegando a su fin. Aparte del alivio humanitario, significa que las grietas en la economía israelí, valorada en 580.000 millones de dólares, no deberían de agrandarse peligrosamente. Pero es prematuro afirmar que volverá a ser motor económico.

La actividad económica en Gaza y Cisjordania se ha desplomado. Pero, aunque el PIB israelí se ralentizó desde cerca del 10% en 2021 y 2022 hasta el 0,9% en 2024, los indicadores de tensión financiera han brillado por su ausencia. A 3,25 por dólar, el shekel se ha apreciado un 20% frente al billete verde desde 2023, ayudado por las medidas del Banco de Israel. El índice de referencia de la Bolsa de Tel Aviv ha subido casi un 300%, frente al 56% del S&P 500. Israel también ha mantenido el acceso a los mercados internacionales de deuda, recaudando una cifra récord de 8.000 millones de dólares en marzo de 2024 y 5.000 millones en febrero de 2025.

Pese al coste de 43.000 millones de la guerra, la deuda del país solo ha crecido del 61% del PIB en 2023 a un previsto 70% este año, gracias a los 22.000 millones de ayuda militar de EE UU. Y los ataques contra Hezbolá y Hamás le han dado una posición regional más poderosa.

Aun así, las grietas en la robusta economía son visibles. La escasez de mano de obra debida a la guerra explica en parte la estimación del Banco de Israel de un crecimiento de solo el 2,5% este año, frente al 3,3% de principios de verano. El antes sólido superávit por cuenta corriente es casi un déficit, y su déficit presupuestario alcanzó el 8,5% en 2024, el doble que en 2023. La UE, el mayor socio comercial de Israel, ha endurecido su postura, e incluso una empresa como Microsoft ha marcado distancias con el país.

El acuerdo de alto el fuego reduce las opciones de un desastre económico mucho peor. Si Israel hubiera acabado ocupando Gaza en un futuro previsible, el menor crecimiento podría haber hecho que la deuda superara el 90% del PIB en 2030, estima el exvicegobernador del Banco de Israel Zvi Eckstein. Eso podría haber provocado una rebaja del rating. Ahora, el crecimiento podría subir hasta el 3,6% en 2026, manteniendo la deuda al año siguiente en torno al 68%. Pero los detalles del plan de paz a largo plazo siguen en gran medida en el aire. La condición de Israel como motor económico probablemente tarde mucho en recuperarse.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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