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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

TSMC y Samsung no tienen consuelo

Sus planes de expansión en EE UU deberían de garantizar una exención de los aranceles a los chips, pero es probable que Washington endurezca sus exigencias

Los mayores fabricantes de chips han esquivado una bala, por ahora. Las acciones de TSMC y Samsung subieron ayer hasta un 5% después de que Donald Trump dijera que los fabricantes como Apple que inviertan en EE UU evitarán el arancel del 100% que planea imponer a las importaciones de semiconductores. Así que los planes de expansión en EE UU de ambas deberían de garantizar una exención. Pero es probable que Washington endurezca sus exigencias en materia de fabricación.

Aún faltan detalles importantes, como si el 100% se aplicará a los envíos de circuitos integrados electrónicos, que ascendieron a 40.000 millones de dólares en 2024, según datos oficiales, o a todos los productos electrónicos que contengan chips. Es importante, ya que las importaciones de la segunda categoría, que abarcan desde los iPhone hasta los servidores de IA de Nvidia, superaron los 550.000 millones en 2024.

Y habrá que resolver otras cuestiones espinosas, como en qué fase de la cadena de valor añadido se aplicarán los aranceles y cómo decidir el origen de un componente: algunos móviles pueden incluir chips hechos en Taiwán, empaquetados en Malasia y ensamblados en China.

El impacto inmediato será mayor para los pequeños proveedores de chips de Filipinas, el sudeste asiático y otros lugares que aún no tienen presencia industrial en EE UU ni los recursos para establecerla. Por contra, TSMC, que tiene una fábrica en funcionamiento en Arizona, aumentó en marzo su compromiso de inversión en EE UU en 100.000 millones, lo que eleva lo prometido a 165 000 millones. Supera los 45.000 millones del compromiso de Samsung. Pero la Casa Blanca se toma muy en serio la idea de llevar la capacidad de fabricación avanzada a EE UU, sobre todo para garantizar su ventaja sobre China, por lo que es poco probable que basten las simples promesas de más fábricas.

Las inversiones e iniciativas nacionales de Apple se centran hasta ahora en componentes del iPhone, como chips y cristal, lo que no cumple las exigencias de Trump de un iPhone made in USA. Y Taiwán ya ha dicho que TSMC no producirá sus chips de última generación de 2 y 1,6 nanómetros en EE UU el próximo año. Trump podría convertir eso en una condición previa o, como mínimo, presionar a la firma para que traslade más I+D a EE UU. Los fabricantes de chips aún no están fuera de peligro.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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