Las claves: los precios de los medicamentos, nuevo foco de conflicto trasatlántico
Los países europeos no tienen mucho margen para pagar más por los medicamentos: todo ello conforma un cóctel complejo para un asunto muy delicado


Dicen que no hay que emprender demasiadas batallas al mismo tiempo, para no disipar energías, y la Casa Blanca termina abordándolas una a una, aunque el ímpetu de su inquilino parezca señalar lo contrario. Una vez que la guerra arancelaria parece encaminada, le toca el turno a los precios de los medicamentos, que en EE UU son especialmente caros, denuncia su Ejecutivo, porque subsidian de manera informal las ventas en otros países.
Los estadounidenses soportan unas cargas financieras sanitarias mucho mayores que los europeos: además de que la sanidad pública es mucho más fuerte en el Viejo Continente, sus Gobiernos hacen compras de fármacos para países enteros, lo que les permite negociar precios más ventajosos que los que obtienen las instituciones individuales de EE UU. El controvertido secretario de Salud, Robert F. Kennedy, está atacando también la investigación pública, de la que se benefician luego las farmacéuticas privadas. Los países europeos no tienen mucho margen para pagar más por los medicamentos. Todo ello conforma un cóctel complejo para un asunto muy delicado.
Funcionario a fuerza de rebuscar en el alma
Los anunciados intentos de reforma del sistema de acceso al funcionariado han reavivado un debate antiguo. Entre nuestros vecinos conviven varios sistemas, que a veces incluyen escuelas más o menos elitistas, pero ninguno tiene la carga española del puro estudio, en muchas ocasiones únicamente memorístico. Decía Platón que el conocimiento es reminiscencia, que es recordar algo que el alma ya conocía. Los defensores del método actual en España afirman que puede no ser perfecto, pero que genera igualdad de oportunidades. Aunque es innegable, con todo, que no todo el mundo tiene el mismo tiempo y medios para rebuscar en su alma.
La guerra cultural de la energía no coincide demasiado con la realidad
En las llamadas guerras culturales, como la de la transición energética, los bandos suelen pregonar su compromiso con la descarbonización o con lo contrario, el tradicionalismo fósil, pero en la práctica no hay tantas diferencias. Por ejemplo, Donald Trump ha recortado el plazo de los subsidios a los proyectos de renovables en EE UU, pero eso puede provocar precisamente que se acelere el desarrollo de las infraestructuras. Por eso, el fondo Pictet Clean Energy Transition cree que el mercado se está equivocando al apostar por el gas, y mantiene su apuesta por la energía verde, aunque sea de forma indirecta, incluso a través de los chips. El margen de actuación ante una inercia tan potente como la de las renovables es limitado, incluso para el hombre más poderoso del mundo.
La frase
Las nuevas regulaciones de la UE en materia de clima y derechos humanos amenazan a las empresas estadounidenses con devastadoras sanciones. Esperemos que se hable de ello en las negociaciones comerciales del Gobierno de EE UUDarren Woods, CEO de Exxon Mobil
Las idas y vueltas de los restaurantes de nuevo cuño
Dicen dos empresarias del sector del interiorismo que nadie vuelve a un restaurante “solo porque sea bonito”, y lo suyo sería que tuviesen razón. El problema, por lo pronto, es que mucha gente va la primera vez solo por eso, para hacer la foto de Instagram, o porque han visto la foto de Instagram, en una continua y peligrosa rueda exhibicionista que nunca acaba. No es esto que señalan las empresarias algo que moleste al hostelero de ciertas zonas, que sabe que alguien nuevo irá a posturear, lo que acaba redundando en la lamentable –digna de lamento– falta de cuidado del producto, en favor de la estética. Por no mencionar la imperante homogeneidad de las cartas de todos los restaurantes de nuevo cuño, que ya es un tema para otra ocasión.

