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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Trump pone la nota de suspense al fin de ciclo del BCE

El balance con el que cierra el curso escolar el BCE podría ser la envidia de la Reserva Federal

Christine Lagarde se despidió ayer de los periodistas congregados en la sede del Banco Central Europeo en Fráncfort hasta la vuelta del verano sabiendo que se marcha de vacaciones con los deberes hechos. El BCE ha optado por mantener intactos los tipos de interés tras un año de recortes continuados, aunque no ha dado pistas de cuál será su estrategia a seguir a la vuelta de las vacaciones. Con la inflación de la zona euro en el 2%, bien podría interpretarse que el ciclo de bajada del precio del dinero puesto en marcha por la institución en junio de 2024 ha finalizado. Pero la guerra comercial con la que amenaza el presidente de EE UU en el aire, la prudencia imperó en la comparecencia de Lagarde ayer, en la que volvieron a aparecer frases como “esperar y ver” o “dependencia de los datos”.

Más de un empresario e inversor desearía poder hacer un cerrado por vacaciones sabiendo qué es lo que va a encontrarse a la vuelta, pero el escenario geopolítico y las tensiones de EE UU con sus socios comerciales tienden a no dar un respiro, más aún en periodos estivales. Con las negociaciones arancelarias en el aire cualquier aspiración de saber hacia donde irán la economía y la inflación de la zona euro es pura entelequia. En el caso español, la bonanza laboral con 22 millones de empleados y la menor tasa de paro desde 2008 marcan un más que buen punto de partida para lo que esté por venir y confirman el buen momento para la economía con mejor desempeño de la zona euro.

Septiembre será clave para conocer hacia dónde irá el BCE. Para entonces, esperamos, EE UU tendrá claras cómo serán sus relaciones con sus principales socios comerciales y habrá nuevos indicadores sobre la evolución de la economía de la zona euro, lo que permitirá a Lagarde contar con un horizonte más despejado y estudiar, tal y como vaticinan ya algunos analistas, cuándo emprenderá el camino a una subida de tipos.

El balance con el que cierra el curso escolar el BCE podría ser la envidia de la Reserva Federal, y en especial para su responsable, que afronta la próxima semana una nueva cita con el mercado y con las críticas del presidente estadounidense Donald Trump por no bajar los tipos de interés según sus designios. Jerome Powell seguirá, previsiblemente a Lagarde en su decisión de mantener las tasas aunque sin tener la inflación controlada y vigilante de un mercado laboral que podría verse penalizado por el aumento de las importaciones si el mandatario no logra alcanzar acuerdos con sus socios comerciales y entran en vigor todas sus amenazas.

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