Ir al contenido
_
_
_
_
Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Renovables, apagones y el precio del recibo de la luz

Romper la baraja y asumir un incremento sine die y sin debate de las caras tecnologías de respaldo es pasar de un extremo a otro sin hacer los deberes previos

Tendidos eléctricos y un aerogenerador en Fuerteventura.
CINCO DÍAS

Red Eléctrica, el operador del sistema eléctrico, ha decidido curarse en salud y, desde el apagón que tuvo lugar el pasado 28 de abril, ha puesto en marcha una programación energética reforzada. Esa decisión, lógica en vista del inédito cero nacional registrado hace casi un mes, implica, por ejemplo, más centrales de gas en operación, una fórmula que garantiza más potencia firme y dota al sistema de una mayor flexibilidad. También provoca, empero, un incremento en la factura de los hogares, al punto de que supondrá un pago extra para uno de cada tres consumidores minoristas.

En concreto, el resultado económico de este mayor intervencionismo será una subida de casi cuatro euros en la factura que pagarán en mayo un tercio de los hogares, los que optan por el mercado regulado (también conocido como PVPC).

Más allá de las conclusiones y de las responsabilidades que se deriven de las diferentes investigaciones en marcha sobre el apagón, parece razonable que la primera inquietud de las autoridades competentes se centre en evitar un episodio similar en el futuro. Cualquier esfuerzo en esa dirección será pequeño. Dicho esto, ese afán no es óbice para poner en valor el impacto que en los últimos años han tenido las energías renovables a la hora de reducir los precios mayoristas de la electricidad y de abaratar la factura de la luz. Si las pesquisas sobre el incidente incidieran en la sobretensión provocada por el exceso de renovables presentes en el sistema ese día, sin el suficiente respaldo (back-up) de energías firmes que dieran cobertura al sistema, convendría abrir un debate de largo aliento para, primero, identificar si se han acometido todas las inversiones necesarias para mejorar la inercia de las energías limpias en el sistema. Tener plena conciencia de que no es lo mismo gestionar un sistema con carbón y ciclos combinados de base, que uno donde las renovables tengan un papel preponderante, implica una amplia reflexión sobre las nuevas necesidades de la red. Lo contrario, véase romper la baraja y asumir un incremento sine die y sin debate de las caras tecnologías de respaldo, es pasar de un extremo a otro sin hacer los deberes previos.

Como telón de fondo, el severo problema de demanda que afronta España y que, de solventarse, permitiría aunar el flujo de renovables sin perjuicio de otras tecnologías. La electrificación de la economía, con procesos aparentemente varados como el del coche eléctrico, es un vector de mejora que favorece a todos los jugadores. El tiempo apremia.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_