Francia y el abrazo del oso a Eutelsat
Un rescate puramente galo podría socavar la colaboración transfronteriza que se necesita en Europa

El Gobierno francés suele mostrarse receptivo a socorrer empresas estratégicas, y ahora estudia elevar su 14% en Eutelsat, afectada por una deuda de 1.900 millones de euros. Es loable: Europa necesita evitar depender de Starlink. Pero un rescate puramente galo podría socavar la colaboración transfronteriza que se necesita.
Eutelsat va a sustituir a su jefe por Jean-François Fallacher, que dirige el negocio nacional de Orange, respaldada por el Estado francés. El saliente afirmó que la empresa estaba buscando ajustar su “gobernanza y estructura accionarial”. Una fuente cercana dijo que el Estado francés estudia elevar su participación, quizá emitiendo acciones. No está claro si otros inversores importantes, como la teleco india Bharti Global, SoftBank y el Gobierno británico, participarían.
La firma, atrapada entre las elevadas necesidades de inversión y una deuda insostenible, necesita dinero deprisa. En cinco años, deberá sustituir muchos de sus satélites OneWeb, al tiempo que eleva su contribución a la nueva constelación IRIS2, un proyecto de la UE. Los analistas calculan que le costarán 4.000 millones. Pedir más préstamos no es una opción, ya que la deuda neta, en 3,9 veces el ebitda, ya está muy por encima del múltiplo a medio plazo del 3% que se había fijado.
Los bonos del grupo se han recuperado en los últimos meses, lo que refleja en parte las esperanzas de los inversores crediticios de que París aporte dinero. En New Street Research creen que el Gobierno podría eludir el umbral del 30% que obliga a una opa dividiendo una compra de acciones por valor de 500 millones entre diferentes vehículos vinculados al Estado. Pero el rescate tiene inconvenientes. La carga de la deuda francesa es una de las más altas de Europa, lo que plantea si podrá hacer frente a sus obligaciones en el futuro. Si París se aferra demasiado a la firma, podría disuadir a otros mecenas.
También hay riesgo de que sus capacidades satelitales acaben fragmentadas. Tras barajar la opción Starlink, Italia ha decidido desarrollar su propia constelación con fines civiles y de defensa. El ejército alemán planea algo similar. Esto, pese al proyecto IRIS2. Ya parecía dudoso que Eutelsat pudiera competir con Starlink en precios de banda ancha. La presencia de numerosos rivales locales no ayudará. Tampoco lo hará la percepción de que Eutelsat es un paladín francés.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías