Parón en las operaciones empresariales por los aranceles y Trump
La incertidumbre empieza a tener cifras y no son buenas


El terremoto provocado con su órdago arancelario por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, empieza a tener impacto en el entorno corporativo después del golpe asestado a los mercados. Según un informe del banco de inversión DC Advisory, los inversores internacionales han dado orden de meter en el congelador sus planes de compras de activos en España, un paso atrás que ya puede cuantificarse. En el primer trimestre de 2025 apenas se cerraron 22 operaciones, frente a las 54 transacciones del mismo periodo de 2024, lo que supone un retroceso del 60%. No hay duda sobre los motivos. “La incertidumbre desatada por Trump y el shock generado en el mercado están ralentizando el cierre de los procesos”, se expone desde la firma, dejando claro que se trata de una tendencia generalizada en toda Europa.
No es una sorpresa. El mundo económico –y el corporativo en concreto– se maneja mal en contextos de inseguridad jurídica y ausencia de certezas regulatorias. Ignacio Rivera, presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), foro que reúne a algunas de las principales empresas del país y que aglutina el 25% del producto interior bruto (PIB), reclamaba ayer un pacto de Estado para mitigar la guerra arancelaria. Todo un síntoma del nivel de preocupación que supone el actual marco geopolítico para los grupos empresariales españoles. En esta línea, también pidió que se acelere la ratificación pendiente del acuerdo europeo con el Mercosur como alternativa comercial
Además, como quedó claro desde el primer momento, las empresas afrontan un segundo efecto colateral por la desaceleración inherente al pulso arancelario. No en vano, el impredecible entorno macroeconómico acrecienta el temor a un mayor efecto tanto en los balances de las compañías inmersas en procesos corporativos como en los múltiplos a la hora de acometer esas transacciones. Mejor tentarse la ropa a tiempo que pagar de más en tiempos de mudanza.
Existe confianza entre los bancos de inversión en que el parón sea momentáneo y la situación tienda a estabilizarse a corto plazo. Sin embargo, también se esperaba que el límite de Trump fueran los mercados y que sus políticas encontraran líneas rojas en la repercusión bursátil. No solo no ha sido así, sino que quienes sostenían esa tesis antes de su llegada a la Casa Blanca hoy piden tiempo hasta final de año para entender mejor la hoja de ruta a la que se enfrentan. La incertidumbre empieza a tener cifras y no son buenas.

