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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los inversores se aferran a un clavo ardiendo

Es un error considerar el caos político como una distracción que va a desaparecer para que los negocios se normalicen

Billetes de 100 dólares en una sucursal de Vietnam International Bank en Hanói (Vietnam).

Es difícil dejar atrás el pasado. Desde la avalancha de aranceles de Donald Trump, los mercados se han aferrado a cualquier indicio de marcha atrás. Considerar el caos político como una distracción que va a desaparecer para que los negocios puedan volver a la normalidad es un error.

A corto plazo, los aranceles a China amenazan con romper la relación entre las dos mayores economías. Las reflexiones de Trump sobre el despido del presidente de la Fed, Jerome Powell, ponen en peligro la independencia de esta. Es comprensible el alivio cuando, el martes, Trump dijo a los periodistas que “no tiene intención de despedir a Powell” y que los aranceles a China “se reducirán sustancialmente”.

Los inversores respondieron con alegría. Los retornos de los bonos del Tesoro de EE UU a 20 años cayeron por debajo del 4,9%. El dólar, que había bajado un 5% desde el día 2, se recuperó. El S&P 500 subió un 1,67% el miércoles. Del mismo modo, a pesar de sus desastrosos resultados financieros, Tesla ganó un 5,37%.

El S&P 500 está ahora algo por encima de su media de los últimos diez años como múltiplo de los beneficios esperados, según LSEG. En esos años, los tipos subieron de casi cero a más del 4%. La inflación se mantiene por encima del objetivo en términos anualizados. La relocalización de las cadenas de suministro está en boca de todos. Todos los factores que han configurado la última década están cambiando.

La historia nos advierte sobre este tipo de desconexiones. Las acciones del Nifty Fifty de los 70 se desplomaron cuando se desató la crisis del petróleo; el Nikkei 225 no recuperó su máximo de 1989 hasta el año pasado. En ambos casos, el entusiasmo inicial no pudo sobrevivir a las cambiantes condiciones.

Pensemos en Tesla. Pese a prometer dedicarles menos tiempo, Elon Musk afirma que tiene intención de continuar con sus compromisos políticos, tan polarizantes que, según el analista de Wedbush Dan Ives, podrían poner en peligro hasta un 20% de la demanda futura. Esto es especialmente arriesgado cuando Musk debe gestionar vitales relaciones con China y Europa.

Y mientras las grandes empresas de EE UU acumulan miles de millones en efectivo y obtienen beneficios envidiables, firmas como BYD y DeepSeek amenazan la supremacía tecnológica de EE UU en el automóvil y la inteligencia artificial. Las autoridades europeas ya están tomando medidas para reducir la dependencia transatlántica. Incluso si bajan los aranceles, es poco probable que desaparezcan por completo. Y Trump, voluble como siempre, podría simplemente dar otro giro. Los inversores que dan por sentado que la estabilización a corto plazo ha despejado un panorama por lo demás inalterado, afrontan un despertar potencialmente desagradable.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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