La aversión al matrimonio en China es dos problemas en uno
El número de enlaces se desplomó en 2024 a menos de la mitad de las cifras de 2013 y su nivel más bajo desde 1978

La planificación familiar pronto podría encabezar la agenda de los planificadores chinos. La caída récord del 20% en los matrimonios el año pasado es una señal de las mayores dificultades económicas en torno a la vivienda y el empleo. Menos personas que contraen matrimonio significan menos nacimientos. Esto presenta un problema urgente para un país que intenta frenar el declive de su población y apuntalar su PIB.
Las cifras del Ministerio de Asuntos Civiles muestran que el número de registros de matrimonio se desplomó a poco más de 6,1 millones en 2024, desde los 7,68 millones del año anterior. Eso es menos de la mitad de las cifras de 2013 y su nivel más bajo desde 1978.
Es de esperar cierto descenso en una población que envejece. La tasa de fertilidad de China se desplomó a 1,09 nacimientos por mujer en 2022 desde aproximadamente 1,6 en 2000, lo que implica una disminución de la población en edad de contraer matrimonio. Goldman Sachs predice que, para 2030, China tendrá el doble de mascotas de compañía que de niños menores de cuatro años. Para 2049, cuando la República Popular celebre su centenario, su población podría reducirse en más de 100 millones desde un máximo de más de 1420 millones en 2021, según las previsiones de las Naciones Unidas.
Las autoridades querrán asegurarse de que los retos económicos no aceleren el declive demográfico. Después de todo, los jóvenes desempleados son menos propensos a casarse: la tasa de paro para el grupo de edad de 16 a 24 años se situó en el 16,1% en noviembre.
Además de comprar una nueva casa, una encuesta de la Universidad Renmin de China calculó en 2023 que las parejas chinas necesitarán gastar una media de 330.000 yuanes, o 43.400 euros al cambio actual, en su boda, ocho veces su renta anual disponible per cápita.
Por esta razón, Pekín puede casarse con el estímulo económico y demográfico. El país registró 9,54 millones de nacimientos el año pasado. Un subsidio de 10.000 yuanes por recién nacido, por ejemplo, solo le costará al año al Gobierno unos 100.000 millones de yuanes, aproximadamente 13.000 millones de euros, o menos del 0,01% del PIB, de gasto presupuestario adicional. Eso podría tener un efecto multiplicador al ayudar a absorber parte del exceso de oferta de viviendas. Si es así, sería dinero bien gastado.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías