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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El Nobel vuelve a centrar la atención en la desigualdad

El problema corre el riesgo de quedar relegado frente a otros retos globales, como el cambio climático y el envejecimiento, y fascinaciones como el auge de la IA

Premios Nobel de Economía 2024: Acemoglu, Johnson y Robinson.
Premios Nobel de Economía 2024: Acemoglu, Johnson y Robinson.Jesús Servulo González Moreno

El comité del Nobel ha vuelto a centrar la atención en las desigualdades. La concesión de su prestigioso premio de Economía a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson es un recordatorio de que las disparidades de ingresos entre las naciones y dentro de ellas son tan importantes como el cambio climático, la IA y el envejecimiento.

Es una llamada de atención muy necesaria. Según la Real Academia Sueca de las Ciencias, el 20% de los países más ricos del mundo son ahora 30 veces más ricos que el 20% más pobre. Y la brecha persiste a pesar de que los países pobres se han enriquecido.

Los galardonados han aportado pruebas convincentes de por qué surgen y persisten las desigualdades entre las naciones: las instituciones y la política son clave. Las conclusiones del libro –respaldadas por impresionantes pruebas empíricas que van desde la antigua Roma hasta la actual Nogales, una ciudad dividida entre Arizona y México– es que las “instituciones inclusivas” hacen más ricos a los países. La democracia, el Estado de derecho y la protección de los derechos de propiedad distinguen estos sistemas de los “extractivos”, en los que una pequeña clase dirigente posee la mayor parte de los recursos y la riqueza.

A escala mundial, estos sistemas extractivos están vivos y gozan de buena salud. La mitad más pobre de la población solo poseía el 2% de la riqueza en 2021, y el 10% más rico, el 76%, según el Informe sobre la desigualdad en el mundo. Es cierto que la diferencia entre los ingresos medios del 10% más rico de los países y los del 50% más pobre se ha reducido de más de 50 veces en 1980 a menos de 40, pero sigue siendo enorme. Y la desigualdad dentro de los países casi se ha duplicado en el mismo periodo.

Los premiados están teniendo algunos problemas para explicar por qué algunos países con sistemas poco democráticos, como Singapur y China, se han hecho mucho más ricos. No obstante, su Nobel volverá a centrar la atención en una cuestión que corre el riesgo de quedar relegada a un segundo plano frente a otros retos globales, y fascinaciones como el auge de la IA, que Acemoglu ha criticado.

Pero su premio es importante por otra razón. Las elecciones de EE UU podrían poner a prueba algunos de los cimientos democráticos de la mayor economía del mundo. Por eso es tan oportuno que el comité del Nobel premie una investigación que subraya la importancia de unas instituciones sólidas.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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