Claves: un parche sobre la bocina para las pensiones, y la sombra de la sospecha sobre el aceite de oliva
Los agentes sociales se van de vacaciones tras reformar el retiro flexible y progresivo
Nuevo parche para el dolor de cabeza que supone la sostenibilidad de las pensiones: dentro de la nueva fase de reforma de las modalidades de jubilación, el Ejecutivo y los agentes sociales han pactado reformular el acceso al retiro flexible y progresivo –con incentivos para estar jubilado y trabajar a la vez, una especie de gato de Schrödinger laboral– y cambios en el procedimiento para establecer coeficientes para adelantar la jubilación sin recortes en profesiones penosas (categoría en la que podrían entrar muchos oficios, si atendemos a la primera acepción de la RAE: “Que produce pena”) o peligrosas. Todas ellas medidas pendientes desde la reforma de las pensiones en dos fases que se llevó a cabo en la legislatura pasada, y negociadas hasta la noche del martes por los agentes sociales, que se querían ir ya de vacaciones en agosto.
Habría que preguntarse, sin embargo, si, con la jubilación masiva de los niños –ya no tan niños– del baby boom a la vuelta de la esquina, este parche pactado en el último segundo antes de agosto es suficiente para salvar, además de las vacaciones, el partido.
La sombra de la sospecha que se cierne sobre el aceite de oliva
La crisis inflacionaria vino a atacar directamente al corazón de la sociedad española: el aceite de oliva. Con el precio de las botellas disparado, el consumidor español busca responsables: Facua dice que los márgenes obtenidos en la distribución alimentaria son “un fraude masivo a los consumidores”. Los agricultores lo achacan a la sequía. Mientras, Consumo investiga si los supermercados han hinchado el precio tras la suspensión del IVA. Hace asi un año la CNMC dijo que no había encontrado indicios de que los minoristas hubieran evitado aplicar la bajada del IVA, pero con la botella rondando los 10 euros, como para no buscar culpables.
5.000 millones más, 300 oficinas menos, y ninguna necesidad de subir la oferta de BBVA
BBVA presentó el miércoles sus resultados financieros, y aprovechó para, valga la redundancia, echar cuentas: a bote pronto, le salen 5.000 millones en beneficios –récord–, y, si la opa sale adelante, 300 oficinas menos. Esto supondría un ahorro de 300 millones en costes laborales. Con estos datos en la mano, Onur Genç, el consejero delegado de la entidad de origen vizcaíno, dice que no hay “ni intención ni necesidad de subir la opa sobre Banco Sabadell”. Es difícil valorar las intenciones, pero con las necesidades hay más margen: Sabadell anunció la semana pasada una subida del 40% de sus ganancias, para marcar un nuevo récord histórico. La entidad catalana ha pasado al ataque, y promete devolver a sus accionistas 2.900 millones. Suficiente, quizá, para cambiar alguna necesidad.
La frase del día
“No sobrestimaría las cosas ahora, esperemos hasta las elecciones [de EE UU] y luego veremos. Pero la realidad es que Trump ya fue presidente y no fue negativo para Lamborghini”
Stepahn Winkelmann, CEO de Lamborghini
El peligro de involucrar a los menores en la vida de mentira de las redes
Los padres se las ven y se las desean para que sus hijos dejen un momento la pantalla de la tableta o del móvil, pero difícilmente van a conseguirlo si ellos mismos se pasan el día pendientes de la pantallita. Lo mismo ocurre con el manejo de las redes sociales: no hay mejor estrategia que dar buen ejemplo. La sobreexposición a las plataformas, a veces por motivos económicos (hay gente que vive de eso), tiene riesgos en los que no conviene, o incluso no se debe, involucrar directamente a los menores. Ante la duda, mejor ahorrarse esa foto o ese vídeo. Lo más difícil es no caer en la tentación de vender una vida irrealmente feliz, llena de momentos perfectos, mientras se ocultan los baches que inevitablemente experimenta todo ser humano.
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