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A fondo
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La importancia de la internacionalización de la educación superior

La riqueza institucional hace que cada vez más extranjeros se fijen en el sistema universitario español

EVAU
Estudiantes durante una de las pruebas de la Evau de 2024 en Madrid.JUAN BARBOSA

La internacionalización de la educación no es ni más ni menos que una forma de mejorar la calidad de la educación y la investigación y el servicio a la sociedad. Siendo la movilidad de las personas la acción más empleada. La internacionalización de la educación superior cada vez está más presente en las hojas de ruta de las instituciones educativas. Dichas acciones son, fundamentalmente, las relaciones entre universidades, pero también descienden a conexiones entre países en el campo de la diplomacia pública. La internacionalización de la educación superior presenta aspectos positivos como una mejor calidad académica, de estudiantes y de personal con orientación universal y ventajas, desde la adquisición de conocimientos, planes de estudios internacionales e idiomas hasta beneficios comerciales.

Para que se cumplan con éxito las acciones estratégicas, las instituciones se enfrentan a desafíos. Por ejemplo, existe necesidad de producir ingresos económicos, ciertas disputas por talentos, posicionamiento de la marca y mejora de la reputación (ranking). Existe presión para atraer estudiantes y académicos, para aumentar las publicaciones científicas y en el uso del inglés como lengua de enseñanza e investigación. Además, los gobiernos nacionales ven cada vez con gran frecuencia la internacionalización de la educación superior como un factor importante en el desarrollo económico, el comercio y la reputación nacionales, incrementados por los procesos de la globalización, que incluyen políticas y prácticas emprendidas por los sistemas e instituciones académicas (e incluso por los individuos) para hacer frente al entorno académico global. Estos retos pueden entrar en conflicto con una visión cada vez más inclusiva de la sociedad, basándose en las exigencias de la internacionalización de las instituciones y de los propios estudiantes, docentes y personal.

El sistema universitario mundial supera los 25.000 centros de estudios superiores. La amalgama de instituciones universitarias llega a presentar una relación internacional debido a la clasificación que originan los rankings internacionales. Sorprendentes números incluyen, por ejemplo, a la India con más de 5.000 centros e Indonesia con más de 3.200. Todos ellos concentran, según la UNESCO, a más de 235 millones de estudiantes en todo el mundo y, en 2023, 6,4 millones de estudiantes fueron “internacionales”. Para el presente año 2024 se estima que crezcan los desplazamientos.

¿Y qué ocurre en España? España posee ciertas características que reflejan una óptima internacionalización del sistema universitario español, reflejadas fundamentalmente a través del programa Erasmus y el vínculo con Latinoamérica. Además, la mayoría de la responsabilidad de la educación superior recae en las Comunidades Autónomas y no en el Gobierno central con unos objetivos más globales; al presentarse el foco principal de las estrategias y planes de internacionalización en este nivel institucional, es beneficioso. Según el Ministerio de Universidades, Centros y Titulaciones, el sistema universitario cuenta, a principios del año 2024, con un total de 93 universidades, 127 centros adscritos, 544 institutos universitarios de investigación, 52 escuelas de doctorado, 56 hospitales universitarios y 77 fundaciones. Muchas de las instituciones están bien posicionadas en los rankings internacionales y poseen alto impacto.

Y como defiende la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (Crue) los rankings “contribuyen a la reputación internacional de la institución y favorecen la movilidad académica y la atracción y captación del talento”. Con esta posición, decenas de miles de personas muestran interés por unos centros u otros lo que origina relaciones, desplazamientos y matriculaciones enfocadas, cada vez con mayor frecuencia, a sistemas de docencia a distancia u online. Esta riqueza institucional genera que cada vez más extranjeros se fijen en el sistema universitario español. Las últimas cifras, del 2022, sitúan en más del 10% (172.455) la nacionalidad extranjera sobre el total de alumnos.

Como parte de la internacionalización, muchos centros de educación superior han implementado iniciativas específicas como la apertura de delegaciones o sucursales fuera de sus fronteras o campus filiales, acuerdos de colaboración transfronterizos, programas para estudiantes internacionales, establecimiento de programas y títulos en diferentes idiomas y otros. Los esfuerzos para monitorear las iniciativas internacionales y garantizar la calidad son parte integral del entorno internacional de educación superior.

La orientación internacional de las universidades está cambiando ligeramente a lo largo de los años y hoy adopta formas y enfoques sustancialmente diferentes y más complejos que en épocas anteriores. La actual apuesta se basa en limitar aquellas movilidades, con fines educativos o de investigación, de corta duración (con el fin de reducir la huella de carbono); prestar cada vez más atención a la internacionalización del plan de estudios en el país (el “curriculum en casa”); promover el cambio de la movilidad física a la movilidad virtual y el intercambio, el aprendizaje internacional colaborativo en línea con el objetivo de mejorar la calidad de la educación y la investigación y hacer una contribución significativa a la sociedad. En definitiva, el reto, para muchos, es cualquier forma de internacionalización que sea inclusiva, accesible y sostenible y no elitista y excluyente. Aunque ciertamente se está lejos de estas posiciones por muchos Objetivos de Desarrollo Sostenible que hayan aceptado los integrantes de las Naciones Unidas.

Complementariamente, para que se consoliden las actuaciones, la evolución de la internacionalización de la educación superior debería pasar por una alineación entre los planes nacionales e institucionales.

Juan José Prieto es profesor de la Universidad Complutense de Madrid.

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