Claves: el inagotable ladrillo español y la remontada china que no acaba de llegar
Las ventas de viviendas bajaron en mayo, pero el metro cuadrado sigue al alza
El mercado inmobiliario español sigue a lo suyo. Esto es, a seguir viendo subir los precios a pesar de la bajada de las ventas. Las adquisiciones de viviendas se desplomaron un 21,5% en mayo, lastradas por el encarecimiento hipotecario y los aumentos de los precios, especialmente en las viviendas de segunda mano. Y no es una tendencia que tenga visos de frenarse: los expertos apuntan que este año cerrará con un nuevo récord de 2.979 euros el metro cuadrado. O, lo que es lo mismo: poder poseer una baldosa en España costará unas 23 acciones de Nvidia, la compañía más valiosa del mundo.
Detrás de este fenómeno de apariencia inagotable se encuentra la ausencia crónica de oferta en el mercado del ladrillo español: solo se comercializaron 9.105 viviendas nuevas, un 14% menos. Hasta 2025, la economía española tiene un déficit de 600.000 viviendas, recordaban desde el Banco de España en abril. La esperanza, dicen algunos profesionales, es que las bajadas de tipos ayuden a relanzar las compras. Lo de los precios ya es otra historia.
Los mercados comienzan a anticipar la victoria de Trump
Hace solo seis semanas, las cosas se le ponían complicadas a Donald Trump para conseguir un segundo mandato: el magnate se convertía en el primer expresidente estadounidense en ser condenado por un delito grave, y Joe Biden empezaba a acecharle en las encuestas. Desde entonces, debate triunfal, derrapes de Biden e intento de asesinato mediante, Trump marcha firme hacia la Casa Blanca. Todo parece salirle bien: ayer fue absuelto de una de sus causas penales, esta por haberse llevado a casa documentos confidenciales. Señal de las buenas sensaciones, los mercados ya comienzan a descontar su victoria. Y no necesariamente para bien.
El ladrillo lastra (aún más) la esperada remontada económica china
Pocos ámbitos de la vida se salvan de un símil futbolístico, y la economía no es uno de ellos: el domingo, Inglaterra amenazó con una remontada épica en la final de la Eurocopa. Tras su gol, los jugadores ingleses se envalentonaron y, por un momento, dio la impresión de que podían llevárselo. Pero llegó Oyarzabal con el segundo, y acabó con las ilusiones inglesas. Pues algo así ha pasado con la economía china en el segundo trimestre: el anterior marcó un crecimiento por encima del esperado, y la palabra remontada ya copaba las crónicas de la prensa salmón. El ladrillo, sin embargo, ha venido, como Olmo con ese cabezazo providencial en la línea, a recordar al gigante asiático que su motor sigue gripado. Una economía ralentizada que crece nada menos que un 4,7%.
La frase
Si no conseguimos crecimiento, el déficit se va a convertir en una gran carga que vamos a colocar sobre las espaldas de nuestros hijos y nuestros nietosLarry Fink, CEO de BlackRock
El plato ‘Harvard’ amenaza la supervivencia del menú obrero español
La amenaza de los anglicismos sobre la gastronomía española alcanza nuevas cotas: el menú del día (conocido también como menú obrero, aunque la inflación haya puesto en duda esa calificación) está seriamente amenazado por el plato Harvard. Este concepto consiste en la acumulación, en un solo contenedor, de un contenido de tres fotografiables partes: 50% de verduras y frutas, 25% de hidratos y 25% de proteínas. El plato, de un solo golpe, viene a competir con los menús tripartitos impuestos en 1964 por el régimen franquista. El reto, si deciden sumarse, no es menor para los restauradores españoles más clásicos: meter en un solo plato unas lentejas de la abuela, un filete empanado con patatas y unas natillas caseras. Y que, además, queden bien en Instagram.
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