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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Lo que queda del covid y la guerra antiobesidad

La pandemia dejó atrás infraestructuras útiles para producir y suministrar fármacos como Ozempic

ozempic
Bolígrafos de Ozempic, en la línea de producción de una fábrica de Novo Nordisk, en Bagsvaerd, a las afueras de Copenhague.Tom Little (REUTERS)

Eli Lilly y Novo Nordisk tienen un problema del primer mundo, que están resolviendo rápidamente. Las dos farmacéuticas, cuyo valor combinado asciende a 1,2 billones de dólares, no pueden producir suficiente cantidad de sus tratamientos inyectables contra la obesidad, como Ozempic, para satisfacer la demanda. Pero la pandemia dejó atrás infraestructuras útiles para producirlos y suministrarlos. Que la preocupación esté en vías de disiparse ayuda a justificar sus elevadas valoraciones.

Ambas están incrementando su capacidad de producción interna, ya que los inversores parecen apoyar la asignación de capital a un mercado gigantesco y en rápida expansión. En febrero, la matriz de Novo acordó comprar Catalent, productor de medicamentos por contrato, en una operación valorada en 11.500 millones de dólares, incluida la deuda. La acción de Catalent se había desplomado tras la pandemia, por lo que Novo consiguió un buen negocio. Y Lilly compró en abril una planta de medicamentos inyectables.

Otros sectores están haciendo un uso inteligente de las capacidades acumuladas durante la pandemia. Thermo Fisher Scientific, rival de Catalent, declaró a principios de año que estaba remodelando una fábrica de vacunas para la covid a fin de producir fármacos antiobesidad. Becton Dickinson, uno de los mayores productores mundiales de jeringuillas, invirtió 1.200 millones para elevar la producción en el pico de la covid, capacidad que está siendo reutilizada.

Los eslabones más pequeños también están aprovechando la oportunidad. Por ejemplo, West Pharmaceutical Services, de 26.000 millones, y que produce viales de medicamentos, aumentó sus ingresos más del 50% entre 2019 y 2021 gracias a la demanda de vacunas, crecimiento que se redujo al 2% en 2023. Pero duplicó el capex como porcentaje de las ventas el año pasado, hasta el 12%, para eliminar los retrasos en las entregas y capitalizar el bum antiobesidad.

Lilly y Novo cotizan respectivamente a unas 16 y 10 veces las ventas previstas para los próximos 12 meses, estima LSEG, lo cual sugiere una confianza creciente en su capacidad para satisfacer a los pacientes. Una rápida movilización de la oferta también les da más opciones de hacerse con una porción mayor de un mercado que, según JP Morgan, superará los 100.000 millones en 2030.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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