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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La apuesta hostil de BBVA tiene muchas probabilidades de fracasar

A lo máximo a lo que aspira es a una victoria parcial

sabadell
Sede del Banco Sabadell en Alicante.Europa Press

Carlos Torres no acepta un no por respuesta. El presidente de BBVA afirmó el jueves que seguía adelante con su oferta de 12.300 millones de euros por Banco Sabadell, a pesar de que el consejo de administración del segundo ya ha rechazado la operación. La oposición del Gobierno y la caída de la cotización de BBVA ponen difícil vender la oferta.

Las fusiones y adquisiciones hostiles son raras en el sector bancario, políticamente sensible y estrictamente regulado. Pero es fácil entender por qué lo intenta Torres. La compra del Sabadell produciría 850 millones de euros anuales de ahorro de costes y generaría un rendimiento del 20% sobre el capital invertido, según las estimaciones de BBVA. Si hay alguna posibilidad de que los accionistas vean la oferta con mejores ojos que el consejo de administración del Sabadell, probablemente merezca la pena que BBVA lo averigüe.

Sin embargo, la fusión podría fracasar de muchas maneras. Empecemos por el Gobierno. Se opone a la operación, ya que teme que pueda perjudicar a la competencia, a los trabajadores y al sistema financiero. Torres dijo a los analistas en una llamada telefónica que los políticos verán el valor del acuerdo cuando se calmen las aguas. Pero eso puede ser solo una ilusión.

En segundo lugar, los accionistas del Sabadell han visto cómo el valor de la prima de la oferta disminuía en consonancia con la cotización de las acciones de BBVA. Torres se ha ceñido a las condiciones que el consejo ha rechazado: ofrece una nueva acción de BBVA por cada 4,83 acciones del Sabadell. Eso valía 2,26 euros el 29 de abril, o un 30% por encima del valor no alterado del objetivo. Tras una nueva caída de BBVA el jueves, la oferta vale unos 2 euros, lo que supone una prima del 15%. Esto podría resultar atractivo para los arbitrajistas de fusiones que esperan dar la vuelta a las acciones rápidamente, pero no necesariamente para los inversores a largo plazo del Sabadell, que creen que el banco con sede en Alicante puede mantener la rentabilidad del 12% sobre los fondos propios tangibles que se ha fijado como objetivo para 2024.

Torres se ha dado a sí mismo cierto margen de maniobra al fijar el umbral de éxito de la operación en solo el 50,01%, lo que significa que la oferta saldrá adelante si algo más de la mitad de las acciones de la entidad objetivo se decantan por BBVA. Sabadell seguiría en Bolsa en ese caso, lo que significa que BBVA acabaría siendo el mayor accionista de un rival cotizado. Ese tipo de participación suele ser ineficiente para los bancos, cuyas cuentas consolidan todos los activos, pero no los fondos propios de las filiales cotizadas. Por tanto, Torres tendría que intentar forzar otra operación más adelante. En otras palabras, a lo más que puede aspirar el BBVA es a una victoria parcial.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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