Londres vuelve a asustar a la inversión extranjera
Sunak bloquea la compra del ‘Telegraph’ por una empresa respaldada por Emiratos Árabes
El diario de derechas británico The Telegraph podría escapar de que lo compre RedBird IMI, respaldada por Emiratos Árabes Unidos, después de que el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, se apresurara a promulgar el miércoles una ley que impide a los Estados extranjeros poseer medios en el país.
RedBird IMI, dirigida por el exjefe de la CNN Jeff Zucker, se aseguró una opción de compra sobre el Telegraph y el Spectator tras prestar 600 millones de libras a los anteriores dueños. Pero los tories pusieron el grito en el cielo, señalando que el dueño de IMI, el jeque Mansour Bin Zayed Al Nahyan, es viceprimer ministro de EAU. Explotando la debilidad de Sunak ante la opinión pública, desplazaron el debate del impacto de la compra sobre la competencia a si se debería permitir a los inversores extranjeros vinculados a Estados adquirir medios nacionales.
En este punto, los políticos británicos tienen motivos para actuar. El papel de IMI como socio comanditario en una estructura de capital privado dio credibilidad a su pretendida condición de inversor financiero. Los compradores también pregonaron su compromiso con la independencia editorial. Pero es posible entender por qué a algunos les costó diferenciar entre un acuerdo en el que participaba Mansour como inversor privado y otro en el que participaba EAU. Actuar ahora tampoco debería de convertir a Reino Unido en un caso atípico del todo. Francia clasifica los medios como activos estratégicos.
Bloquear RedBird tampoco pone necesariamente en peligro nuevas inversiones en el país procedentes de EAU. La Autoridad de Inversiones de Abu Dabi es codueña de Thames Water, y la Autoridad de Inversiones de Emiratos posee el 14% de Vodafone. Pero a diferencia de los 10.000 millones de libras de fondos estatales que acordó inyectar en 2021 en Reino Unido, Abu Dabi considera la inversión de Mansour como privada, según una fuente cercana.
Pero Reino Unido sigue teniendo un problema. Las excentricidades de Boris Johnson y Liz Truss ya habrán hecho reflexionar a los proveedores de inversión extranjera directa. Es arriesgado para una economía abierta de tamaño moderado. Abordar la compra del Telegraph de forma frenética, en vez de con un proceso legislativo normal, probablemente haya empeorado las cosas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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