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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El subidón de la Bolsa europea no es sólido

Es difícil que las Granolas sigan el ritmo de los Siete Magníficos, dado el lento crecimiento de la zona euro y de las economías mundiales

Billetes de euro.
Billetes de euro.SEAN GLADWELL (Getty Images)

Es lo que se conoce como el rally del off-Broadway. Las Bolsas europeas han tocado nuevos máximos, pero no tienen el brillo de las de EE UU ni la sensación de alivio que ha caracterizado el reciente récord de Japón. El Viejo Continente carece de estrellas de la IA, de auge económico o de entusiasmo inversor. Un pequeño grupo de empresas lo está haciendo bien, pero les resultará difícil mantener el espectáculo.

Nueva York es donde más brillan las luces de la Bolsa. La renta variable de EE UU está recibiendo buenas críticas, encabezadas por un pequeño grupo de tecnológicas. El Stoxx 600 europeo intenta robar el espectáculo superando los 495,10 puntos, por encima de su anterior récord de enero de 2022.

En los últimos 12 meses, la Bolsa europea ha subido un 7,5%, muy por detrás del 27% del S&P 500. La verdadera estrella ha sido el Nikkei 225, que ha ganado un 43% durante el periodo, aunque partiendo de una base pequeña, y alcanzando sus niveles más altos desde 1989.

Las acciones europeas cotizan a unas 13 veces sus beneficios previstos para este año, según LSEG. Está por debajo de su media de 10 años, en torno a 14 veces, y de las 21 a las que cotizan las de EE UU. Pero ese descuento está justificado.

Siete gigantes tecnológicos –Amazon, Alphabet, Apple, Meta, Microsoft, Tesla y Nvidia– representan casi un tercio del S&P 500. Los principales valores europeos –GSK, Roche, ASML, Nestlé, Novartis, Novo Nordisk, L’Oréal, LVMH, AstraZeneca, SAP y Sanofi– han resistido. Este grupo –denominado Granolas por Goldman Sachs– ha obtenido una rentabilidad de más del 60% en tres años, justo por encima de los Siete Magníficos.

Pero es difícil que sigan el ritmo de sus rivales, dado el lento crecimiento de la zona euro y de las economías mundiales. Cuando alrededor de dos tercios de las empresas han comunicado sus resultados del último trimestre de 2023, el beneficio por acción europeo ha caído un 5,4%, frente al aumento del 6,5% de EE UU, según Barclays.

Además, los gigantes de EE UU se benefician del potencial de la IA para cambiar las reglas del juego, mientras que LVMH o GSK dependen del crecimiento económico para vender sus productos.

Los inversores lo entienden. Desde 2022, los fondos de renta variable europea solo han registrado seis semanas de entradas netas. En enero, los gestores de fondos retiraron casi 4.000 millones de dólares de la Bolsa europea e inyectaron casi 17.000 millones en la de EE UU, según Goldman Sachs. A menos que los CEO europeos puedan convencer a los inversores de que merecen una audición, el repunte bursátil puede convertirse pronto en un fiasco.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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