_
_
_
_
Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Milei y la hiperinflación

Lo primero que tendrá que hacer el nuevo presidente cuando tome posesión es viajar a Washington y acordar un plan de estabilización con el FMI

José Carlos Díez
Javier Milei, vencedor en las elecciones presidenciales en Argetina.
Javier Milei, vencedor en las elecciones presidenciales en Argetina.Tomas Cuesta (Getty Images)

Los argentinos han votado cambio y el peronismo ha recibido una dura derrota por más de 11 puntos de diferencia. El peronismo siempre ha tenido la habilidad de acumular desequilibrios, especialmente embalsar inflación y déficit público en lo que ellos llaman precios cuidados de tarifas públicas, que heredan sus sucesores y se libran de la gestión de la crisis y del ajuste, le pasó a Menem con la convertibilidad y le pasó a Cristina Fernández de Kirchner en 2015.

En 2019 el peronismo heredó una mala situación de Mauricio Macri, con el país inmerso en un rescate del FMI, pero deja Argentina infinitamente peor, al borde de la hiperinflación y con record en tasa de pobreza del 40% de la población. Viendo los resultados de las elecciones, presentar de candidato al ministro de economía de ese desastre no fue una decisión muy inteligente.

Pero el ganador Javier Milei genera muchas dudas. Milei fue peronista, hizo campaña con Scioli en 2015 y defendía las políticas económicas de Kirchner y Kilciloff, y ahora se presenta contra la Casta. Murió su perro, lo clonó, ha dicho que hará ministro de ciencia y tecnología al que le ayudó a clonarlo y habla con el perro a través de una médium. Ha anunciado que romperá relaciones con Brasil, lo cual reventaría Mercosur, su principal socio comercial que sería equivalente a que España saliera de la Unión Europea y del mercado común. La región ya era inestable geopolíticamente y lo será aún más ahora.

Pero lo que más dudas genera son sus planes económicos. Como buen ultraliberal ha dicho que reducirá el tamaño del estado, emulando a Reagan y Thatcher. Sería algo inédito en décadas ya que es el gran problema estructural de Argentina, gastar por encima de su capacidad para generar ingresos públicos y financiar esos déficit con el banco central generando inflación. Los argentinos ya han vivido dos hiperinflaciones y son extremadamente sensibles a expectativas de inflación y a sacar sus depósitos y cambiarlos a dólares o ahora a bitcoins.

Milei tiene el mismo equipo económico que el peronista Menem en 1995 y ha he hecho suya su propuesta de dolarización. Dolarizar es el extremo de un tipo de cambio fijo con elevados costes de salida si sale mal; en términos de desempleo, pobreza y deuda pública para las siguientes generaciones. Para dolarizar habría que calcular cuantos pesos argentinos hay en circulación, dividirlos por las reservas de dólares y eso te da el tipo de cambio de canje.

El problema de Argentina es que tiene reservas negativas y es técnicamente imposible dolarizar, por lo tanto Milei vive en el país de nunca jamás. Incluso si consiguieran reservas, el canje se estima sería superior a 2.000 pesos por dólar y ese supondría devaluar más de 7 veces el tipo de cambio actual. Eso provocaría un fuerte aumento de los precios de bienes importados y una hiperinflación, la tercera en cincuenta años. En las próximas semanas hay que seguir la cotización de dólar blue para saber que probabilidad le dan los argentinos a este escenario.

Lo primero que tendrá que hacer Milei el 10 de diciembre, cuando tome posesión, es viajar a Washington y acordar un plan de estabilización con el FMI al que le deben unos 75.000 millones de dólares, el 40% de su deuda externa. EE UU tiene derecho de veto en el Fondo y la Reserva Federal y el Tesoro tienen que aprobar una posible dolarización y es muy probable que no permitan a aun país que está al borde del precipicio dar un paso al frente.

El plan pasa por bajar la inflación a tasas por debajo del 20% en la próxima legislatura, lo cual sería un gran logro. Eso exige un plan de ajuste que provocará una recesión y devaluar el tipo de cambio a un nivel razonable para esas expectativas de inflación y que permita a las empresas argentinas recuperar competitividad, especialmente con sus vecinos brasileños.

El Salvador y el Ecuador han dolarizado sus economías pero no han mejorado su distancia en renta por habitante con EEUU. Argentina tiene sol, tiene viento, tiene agua y tiene gas y podría ser autosuficiente energéticamente y atraer industria por bajos costes de energía. Pero eso exige inversiones a largo plazo y llevan décadas incumpliendo sus contratos internacionales, por lo tanto hace falta mucho tiempo para recuperar la credibilidad pérdida. Tienen buenas universidades, buen capital humano y buenos centros tecnológicos pero de nuevo necesitan capital y financiación para esos proyectos y no necesitan que los mercados financieros internacionales les crean de nuevo.

El dilema de Milei es decirle la verdad a los argentinos, hacer lo que es necesario e incumplir la mayoría de sus promesas durante la campaña o seguir en su país de nunca jamás y profundizar la disonancia cognitiva de la sociedad argentina. Milei ha prometido volver a hacer a Argentina grande, igual que prometió Trump a los americanos en 2016, y no es que le crean, es que por su nivel de hartazgo y desesperación necesitan creerle.

He asesorado a muchos líderes políticos en muchos países, de Latam y de otros continentes, y mi experiencia me enseña que ante este dilema siempre optan por la disonancia cognitiva y la huida hacía adelante y siempre encuentran un economista que les cuenta cuentos de hadas y les dice que sus planes son viables. Si eso sucede que Dios y la providencia ayuden a los argentinos.

José Carlos Díez es profesor de Economía de la Universidad de Alcalá.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Más información

Archivado En

_
_