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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los fabricantes de cable son los tapados de la inversión verde

El abandono de los combustibles fósiles exigirá el tendido de miles de líneas eléctricas nuevas y potentes

Torres y cables eléctricos y una turbina eólica cerca de Barnstorf (Baja Sajonia, Alemania).
Torres y cables eléctricos y una turbina eólica cerca de Barnstorf (Baja Sajonia, Alemania).Krisztian Bocsi (Bloomberg)

La transición energética está convirtiendo a los humildes fabricantes de cables en héroes ecológicos. El abandono de los combustibles fósiles exigirá el tendido de miles de líneas eléctricas nuevas y más potentes que transporten la electricidad desde la fuente hasta los usuarios finales. Esto da a los inversores en busca de crecimiento una razón para centrarse en empresas como la italiana Prysmian (10.300 millones de euros), la francesa Nexans (3.300 millones) y la danesa NKT (2.500 millones).

Los Gobiernos y las empresas se están quedando atrás en la transición ecológica. Según la Agencia Internacional de la Energía, las inversiones anuales para modernizar las redes eléctricas tendrán que duplicarse con creces, desde los 330.000 millones de dólares anuales, hasta alcanzar los 750.000 millones en 2030 para cumplir los objetivos mundiales de descarbonización. Esto equivale a un crecimiento anual de la inversión del 12%, mucho más rápido que el aumento de los ingresos anuales de un solo dígito como máximo previsto hasta 2025 para empresas como Prysmian (que celebrará su Día del Inversor el 5 de octubre) y Nexans, líderes del sector, según las estimaciones de LSEG.

Gran parte de la inversión se ejecutará en Europa y Norteamérica, donde muchos cables de red han superado su vida media estimada, de 30 a 40 años. Pero también se necesitarán más líneas eléctricas para las estaciones de recarga de coches eléctricos, que según los analistas de JP Morgan se multiplicarán por seis hasta alcanzar los 60 millones de unidades en Europa.

El rincón más prometedor del mercado son, sin embargo, los llamados interconectores que unen países mediante grandes y costosos cables de alta tensión capaces de transportar electricidad a grandes distancias. Es el caso del Viking Link, que conecta Gran Bretaña y Dinamarca a través de 1.400 kilómetros de líneas eléctricas. Los enlaces de alta tensión también son necesarios para conectar parques eólicos y solares. Según las previsiones de BloombergNEF, la capacidad mundial instalada a partir de estas fuentes renovables aumentará un 150% hasta alcanzar los 500 gigavatios anuales en 2030, excluida China.

El mercado de este tipo de proyectos, estancado en unos 3.000 millones de euros anuales antes de 2020, se ha cuadruplicado, hasta alcanzar unos 12.000 millones el año pasado. Va camino de casi duplicarse de nuevo este año, dice un veterano del sector. Prysmian controla en torno al 35% del mercado de alta tensión, por lo que si consigue mantener la misma cuota de mercado, sus ingresos en este segmento podrían pasar de 2.500 millones de euros este año, o el 15% de las ventas totales del grupo, a más de 4.000 millones cuando los nuevos pedidos empiecen a convertirse en ingresos, dentro de tres o cuatro ejercicios.

Supongamos que Prysmian puede aumentar su margen para proyectos de alta tensión a larga distancia hasta el 15%, desde el 11% actual. El ebitda de este segmento superaría los 600 millones de euros en 2026, el doble de lo que debería de generar este año. Poniendo los beneficios adicionales en el múltiplo de ebitda previsto por Prysmian para 2026, de 8 veces, se generaría un valor de empresa adicional de 2.000 millones de euros, casi un 20% por encima de los 11.600 millones actuales.

Un posible inconveniente es que la capacidad anual de los fabricantes de cables de alta tensión es actualmente de solo 6.000 millones de euros al año. Eso podría limitar el crecimiento de los ingresos. Aun así, según los analistas, también ayudaría a elevar los márgenes de beneficio del sector a niveles medios.

La transición energética no puede prescindir de los cables. Los inversores deberían prestar más atención a este rincón olvidado de la economía verde.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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