¿Es útil reducir el impuesto sobre sociedades?
Las empresas invierten el ahorro en empleo, pero al tiempo la medida perjudica la recaudación
En tiempos de incertidumbre como el actual, los Gobiernos buscan maneras para ayudar a las empresas a seguir funcionando y dinamizar así la economía. Una de las medidas más frecuentes a las que suelen recurrir es la rebaja del impuesto de sociedades con el fin de estimular las inversiones de las empresas.
Por ejemplo, en España, el tipo nominal del Impuesto sobre Sociedades se ha rebajado del 25% al 23% para las pymes, microempresas y entidades de dimensión reducida con una facturación de hasta un millón de euros. Y, recientemente, la CEOE ha presentado un documento titulado 100 Prioridades Empresariales con propuestas para el Gobierno que salga elegido en las elecciones del 23 de julio. Entre ellas, y bajo el eje de la reducción de la presión fiscal, la patronal ha propuesto una nueva rebaja de este impuesto.
La idea que subyace a menudo detrás de medidas como esta es que unos tipos impositivos más bajos permiten liberar recursos que pueden utilizarse para aumentar la inversión empresarial, y, en consecuencia, obtener más empleo, más actividad y mayores ingresos públicos. Esto es especialmente importante para las empresas no cotizadas, que son quienes tienen mayor dificultad para acceder a financiación externa.
Sin embargo, varios estudios académicos apuntan a que algunas empresas se aprovechan de estas reformas para reducir su carga impositiva mediante una práctica conocida como intertemporal income shifting (desplazamiento intertemporal de la renta). Esta estrategia de planificación fiscal consiste en transferir la renta imponible del periodo en el que el tipo impositivo es más alto al periodo en el que es más bajo, con el fin de obtener ahorros fiscales.
Hemos realizado un análisis en el que hemos intentado determinar si las empresas no cotizadas de España recurren a estas prácticas ante una rebaja en el impuesto de sociedades. Nuestros resultados nos han confirmado que, efectivamente, las empresas utilizan el desplazamiento intertemporal para obtener un mayor ahorro fiscal. De hecho, las sumas corresponden por término medio al 0,685% de los activos totales.
¿Cómo funciona esta estrategia? Pongamos un ejemplo simple, sin entrar en cálculos sobre diferentes tramos impositivos. Examinemos una empresa que opera en un país donde se ha aprobado una rebaja del 5% del impuesto de sociedades y pasa del 35% en el año uno al 30% en el año dos (como ocurrió en España en los años 2006 y 2007). Supongamos que esa empresa ha obtenido unos ingresos de 400.000 euros, tanto en el año uno como en el año dos. Esta empresa debería pagar, por ambos ejercicios fiscales 140.000 (35%) + 120.000 (30%), es decir, 260.000 euros. Sin embargo, si esta empresa transfiere 100.000 euros de sus ingresos del año previo a la reforma al año posterior, la base imponible para el primer año quedaría en 300.000 euros y para el segundo, en 500.000 euros. Por lo tanto, pagaría 105.000 + 150.000, es decir, 255.000 euros, consiguiendo un ahorro fiscal de 5.000 euros.
En nuestro ejemplo, la cantidad ahorrada es pequeña. Sin embargo, considerando que esta misma estrategia se puede ir aplicando a lo largo de varios años de reducciones sucesivas y por parte de empresas con beneficios millonarios, el impacto de esta estrategia fiscal es algo a tener en cuenta.
Aun así, no debemos caer en el error de considerar que las empresas recurren a estas prácticas con una intención negativa o puramente de ahorro. En nuestra investigación, descubrimos que las empresas que desplazaban sus ingresos para obtener un ahorro fiscal utilizaron este ahorro para aumentar la inversión en empleo. A la vez, constatamos que estas inversiones permitían a las compañías conservar la mano de obra necesaria para apoyar el crecimiento previsto de la actividad. Es decir, este ahorro les permitía hacer una inversión eficiente.
Podríamos, pues, considerar que la premisa que hemos descrito en primer lugar –que la rebaja del impuesto de sociedades es una medida efectiva para dinamizar la economía– es cierta. Sin embargo, no podemos olvidar que esta medida tiene una serie de efectos indirectos que hay que tener en cuenta.
No se puede olvidar que el ahorro fiscal resultante del desplazamiento intertemporal de la renta se produce a costa de que Hacienda recaude menos. Según un informe de la OCDE, el peso del impuesto de sociedades en la recaudación fiscal de España de 2020 fue del 6% frente al 9% de la media de la OCDE. En proporción al PIB, en España, el impuesto de sociedades representaba un 2,1%, de nuevo por debajo de la media (3%). Esto indica que, en comparación con otros países de la OCDE, en España solo una pequeña proporción de los ingresos procede del impuesto de sociedades.
Por tanto, aunque una reducción del impuesto de sociedades sea la primera medida en la que se piense en tiempos de incertidumbre, ya que las empresas pueden disponer de más efectivo para realizar inversiones, las autoridades fiscales deberían prevenir los comportamientos de planificación fiscal.
Una medida efectiva podría ser, por ejemplo, proporcionando apoyo financiero, como beneficios fiscales sobre nuevas inversiones. Paralelamente, se podrían incrementar las auditorías fiscales para mejorar el control. De este modo, las empresas estarían menos motivadas para desplazar ingresos para obtener flujo de caja adicional.
Cinthia Valle Ruiz/ Domenico Campa son Profesora de Contabilidad y Fiscalidad de IÉSEG School of Management/ Profesor de Contabilidad de la International University of Monaco
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