La caja de Inditex y las derivadas de la realidad
La textil puede tirar de efectivo para afrontar la caída del consumo
Para variar, Inditex mejoró sus resultados en el primer trimestre, un 53,7% más de beneficio que en el mismo periodo del año anterior (un 24% si se descuentan las provisiones por la guerra de Ucrania). La compañía prevé mantener el ritmo en el resto del ejercicio, a pesar de los pronósticos de ralentización económica global y de la inflación, que ya está haciendo mella en el consumo. Cuenta para ello con una caja abundante, que puede dedicar a invertir en almacenes y en reformar sus tiendas (por ejemplo, en su nuevo sistema de seguridad, anunciado ayer), y en mantener su amplia plantilla (incluso con subidas de sueldo). Algo, esto último, que quizá no puedan permitirse rivales más apurados como H&M.
Entre los retos a los que se enfrenta el gigante español está la creciente competencia de la china Shein, la pujanza de la ropa de segunda mano (ámbito en el que está tomando posiciones, por si acaso, el grupo de Marta Ortega) y la tarea de reducir el coste ambiental de la cadena de producción, problema que comparte con el resto del sector.
Bruselas se piensa mejor un veto total a Huawei, como le reclamaba Trump
Donald Trump presionó en 2020 para que la UE prohibiera también el uso de tecnología de Huawei o ZTE en las redes 5G por motivos de seguridad. Entonces Bruselas se resistió a un veto total, y simplemente recomendó a los países que evitaran a las firmas chinas, pero ahora, tras el poco seguimiento de su sugerencia, se lo ha pensado mejor y se plantea prohibirlo en todo el bloque. Alemania y España son dos de los países más reacios a evitar a estas empresas. Por un lado, hacerlo supondrá nuevos costes para unas operadoras ya apuradas (Vodafone y Orange, en concreto); por otro, implica enfrentarse con China. No es una decisión sencilla.
El Ibex, un club obligado a relativizar sus criterios de admisión
Igual que los clubes de fútbol deben cumplir ciertos requisitos para competir en las divisiones profesionales, las compañías que integran el Ibex 35 han de satisfacer ciertos niveles de capitalización y de negociación. Pero últimamente hay pocos candidatos que cumplan ambos, así que el Comité Asesor Técnico, que decide la lista, prioriza aquellas que más dinero mueven actualmente.
Las fusiones bancarias, exclusiones como la de Siemens Gamesa, y la escasez de salidas a Bolsa (tanto de las potentes como de las más modestas) han dejado el selectivo bajo mínimos, aguantando el tirón de una crisis de OPV que no tiene visos de cambiar a corto plazo. La sequía es general en Europa, y no llueve mucho más en EE UU. Pobre consuelo.
La frase del día
“Lanzamos un programa piloto de 40 millones de libras para probar los nuevos fármacos contra la obesidad fuera de los servicios hospitalarios”
Rishi Sunak, primer ministro británico
El crecimiento, como la inflación, es una derivada matemática, no la realidad en sí
En matemáticas, la derivada es la pendiente de una curva, es decir, que aunque los datos en sí sean muy negativos, si están subiendo, su derivada es positiva. La inflación, por ejemplo, es una derivada: es la velocidad a la que suben o bajan los precios, no los precios en sí. El crecimiento también es una derivada, y por eso a los políticos les gusta mucho centrarse en ella cuando es positiva, aunque se venga de un desplome de la actividad. Es lo que sucede, aún, con la economía española, que se paró casi completamente por la pandemia, y que aún anda lamiéndose las heridas (la alemana, que se recuperó antes, está estancada). La OCDE ha elevado cuatro décimas su previsión para el aumento del PIB español este año, hasta el 2,1%. Está bien, aunque, de nuevo, es solo una derivada.
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