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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

EE UU ya no devora crudo... pero lo chorrea

La incorporación del petróleo de Texas al índice del Brent refleja la realidad del sector

Instalaciones petrolíferas cerca de Midland (Texas, EE UU).
Instalaciones petrolíferas cerca de Midland (Texas, EE UU).NICK OXFORD (REUTERS)

La principal referencia del petróleo, el Brent, refleja ahora también el exportado desde Texas, y eso dice mucho de la posición mundial del crudo, pese a una Casa Blanca poco acogedora. Aunque la demanda en EE UU se ha estancado, los productores nacionales bombean y exportan más oro negro. Joe Biden quiere que el país sea ecológico, pero no puede controlar la industria privada que sustenta el mundo.

El crudo Brent es desde hace cuatro décadas punto de referencia para energéticas, traders y Gobiernos. El índice, denominado Dated Brent, reflejaba inicialmente las transacciones del petróleo producido en un yacimiento entre Escocia y Noruega y entregado en una fecha determinada. Estos pozos eran prolíficos en los años ochenta, cuando la editorial S&P Global Platts creó el indicador. Desde entonces se han añadido otras zonas vecinas del Mar del Norte. A medida que estos yacimientos se secan, S&P necesita añadir nuevos lugares donde haya operaciones de forma consistente.

Aquí entra EE UU. La producción ha aumentado mucho en la última década gracias a los yacimientos de shale de Texas. El país produjo 12,7 millones de barriles diarios en marzo, cerca de récord, con más del 40% procedente del Estado de la Estrella Solitaria. Este exceso se exporta cada vez más.

El país es ahora la mayor fuente de petróleo de Europa: suministró un quinto en marzo, según la UE. La incorporación del West Texas Intermediate Midland, que es crudo de pureza y densidad similares a las del petróleo de referencia, hace que el Brent sea más indicativo de lo que ocurre en el mercado europeo. También globaliza el índice.

En cierto modo, esto va contra del objetivo verde de Biden. Sin duda, la demanda interna alcanzó su pico en 2005. Y las políticas que Washington ha puesto en marcha continuarán el proceso. Pero el presidente no puede controlar todo lo que hacen las empresas u otros países. Las recientes votaciones de los accionistas de Chevron y Exxon, que rechazaron rotundamente todas las medidas climáticas, sugieren que todos los sistemas de combustibles fósiles siguen teniendo luz verde. Y el reciente acuerdo sobre el techo de deuda también pretende acelerar la construcción de oleoductos. Eso significa que, aunque EE UU se estanque como devorador de petróleo, seguirá produciéndolo a borbotones.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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