El anhelo de la vivienda, y el método de Ryanair

Los planes de pisos del Gobierno no son caros, pero tienen bastante de deseo

Aunque la experiencia con las políticas de vivienda social de otros países y la propia española aconsejan apostar por el alquiler, y por la construcción de pisos de renta asequible, la tradicional querencia nacional por la compra de casa se ha filtrado una vez más en las promesas del Gobierno, que a unas pocas semanas de las elecciones autonómicas y municipales está desplegando todo el catálogo de ideas que no había tenido tiempo de plantear durante sus casi cuatro años de mandato. Los avales del ICO a la compra de casa para jóvenes y familias con hijos no suponen en principio un aumento del gasto público, aunque sí riesgo financiero. Tampoco debería de suponer un gran incremento el plan de promover hasta 183.000 viviendas sociales, basadas en la colaboración público-privada principalmente, aunque también en compras de comunidades y ayuntamientos a la Sareb. Por eso se explica que el Programa de Estabilidad enviado a Bruselas por el Ejecutivo no refleje estas medidas anunciadas en los últimos días. Pero, por la misma razón, están hechas bastante más de anhelo que de realidad.

Los viajes de negocios sí que han notado el efecto de la pandemia

El turismo ha vuelto por sus fueros, pero no todo. El de negocios ha notado el auge del teletrabajo y el ahorro de costes que supone para las empresas, que ya no mandan alegremente a sus directivos a otras ciudades o países a encontrarse cara a cara con clientes o proveedores. Eso ha afectado sobre todo a los hoteles de las urbes pequeñas, que en temporada baja sobrevivían básicamente por este trasiego corporativo. A Antonio Catalán, presidente de AC Hotels by Marriott, se le ha ocurrido reconvertir sus establecimientos de estas localidades en una cadena de bajo coste, enfocada a un público que a lo mejor ahora recurre a los pisos turísticos.

El método de Ryanair funciona, aunque no enamore

E pur si muove. Casi nadie recuerda volar en Ryanair como una de las mejores experiencias de su vida (ni los pasajeros ni los pilotos), pero la compañía sigue creciendo, y ha firmado un pedido de 300 aviones B737 MAX de Boeing, valorados en 40.000 millones de dólares, aunque es posible que haya conseguido un descuento de hasta un 2x1.

La controvertida compañía irlandesa ha conseguido este éxito, superando incluso la pandemia, sin recurrir, como muchas de sus competidoras, a ayudas públicas; recortando, eso sí, comodidades de aquí y de allá a los viajeros, así como condiciones laborales a sus trabajadores. Pero parece difícil obtener de otra manera rentabilidad en un negocio tan complicado como el aéreo.

La frase del día

“El declive de la City de Londres se debe a su rechazo a las estructuras duales de capital, a los reparos a los altos sueldos de los ejecutivos, y a la influencia no deseada de los asesores proxy. ¿El Brexit? No comento”

Jan du Plessis, presidente del Consejo de Información Financiera británico

Almacenar la energía solar en casa ya no es una quimera

Almacenar la energía solar está muy lejos de ser tan sencillo como hacerlo con la hidroeléctrica (si la sequía no dura mucho), el carbón, el petróleo o la nuclear. Pero se van dando pasos, como la batería Tesla Powerwall para hogares que comercializará en España Holaluz, que cuesta 10.000 euros y permite acumular energía para 32,5 horas de uso normal de la casa. Es poco para un cataclismo general, pero ofrece la opción de ahorrar consumo aprovechando el excedente de lo que da la estrella vecina.

Holaluz señala que se amortiza en un plazo de 9-14 años. El encarecimiento del suministro corriente, en paralelo al avance de la tecnología, ha ido acortando esos plazos, y es probable que se sigan acelerando. Aunque habrá quien prefiera esperar al siguiente modelo de batería.

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