Ford y General Motors pueden permitirse poner buena cara
Aunque los coches eléctricos siguen suponiéndoles muchas pérdidas, cuentan con el flujo de caja de los de combustión
Detroit dice que todo va de maravilla; la Bolsa parece no estar convencida. Los fabricantes de automóviles General Motors y Ford Motor registraron beneficios operativos muy por encima de las expectativas de Wall Street en el primer trimestre. Ambas empresas afirman que los buenos tiempos deberían de continuar a pesar de un panorama económico cada vez más sombrío y de los miles de millones de dólares en inversiones necesarias en vehículos eléctricos. Sus cambios de imagen con baterías conllevan riesgos, pero los 3,6 millones de coches que no se han vendido debido a la escasez de la era Covid significan que sus gallinas de los huevos de oro de gasolina pueden poner buena cara, gracias a la gran cantidad de demanda insatisfecha.
La industria automovilística atraviesa un difícil momento de transición. Los inversores y, cada vez más, el Gobierno federal de EE UU quieren que se abandonen los combustibles fósiles. El coste es evidente: Ford presenta ahora los resultados de su segmento eléctrico por separado, donde los costes, sin incluir intereses ni impuestos, duplican los ingresos. Las pérdidas son la norma para los operadores de la vieja guardia que persiguen al líder eléctrico Tesla, que por el momento es probablemente el único que obtiene beneficios de los coches sin emisiones.
Pero Detroit tiene algo que los fabricantes de automóviles puramente eléctricos no poseen para financiar estas pérdidas: negocios de coches de gasolina ricos en liquidez. Ford anunció el martes unos ingresos de 41.500 millones de dólares, un 15% por encima de las expectativas de los analistas. El beneficio operativo ajustado fue de 3.400 millones, un 43% mejor de lo esperado.
General Motors, por su parte, declaró el 25 de abril unos ingresos en el primer trimestre de 40.000 millones y un beneficio operativo ajustado de 3.800 millones, un 3% y un 20% por encima de las previsiones. GM elevó en 500 millones sus expectativas de beneficios de explotación para todo el año, hasta una horquilla de entre 11.000 y 13.000 millones.
Sin embargo, las acciones de GM cayeron un 3% tras conocerse los resultados. Ford cayó una cantidad similar tras el cierre de la sesión. Parte de la preocupación se debe probablemente a los precios. La gran fortaleza de Detroit en los últimos tiempos ha sido, contraintuitivamente, la falta de coches que vender, gracias a las cadenas de suministro destrozadas por la pandemia que les dejó faltos de componentes clave como los semiconductores. Como los compradores se peleaban por los coches disponibles, los precios se dispararon.
Esta escalada de precios ha supuesto miles de millones de beneficios operativos en los últimos años. El temor es que esto pueda invertirse. Los compradores se ven presionados por la inflación. Según Experian, en el cuarto trimestre de 2022, los tipos de interés de los préstamos para la compra de coches subieron más de la mitad de un año a otro, a medida que la Reserva Federal de EE UU elevaba los costes de los préstamos. Esto debería de dificultar que los compradores se traguen precios altos.
Demanda
Pero todavía hay mucha demanda insatisfecha. En 2018, Ford y GM vendieron conjuntamente 5,5 millones de vehículos. Si esa tasa se hubiera mantenido, habrían vendido 3,6 millones de coches más de los que realmente vendieron en los últimos cuatro años. Y los inventarios de coches usados siguen siendo bajos mientras que los precios son altos, según Cox Automotive, lo que deja menos alternativas a las compras nuevas.
Con tantas ventas perdidas aún por efectuar y los fabricantes gestionando cuidadosamente la oferta y la demanda, es improbable que los precios de los coches de combustión vuelvan a desplomarse a los niveles anteriores a la pandemia. Incluso si lo hace un poco, la demanda de coches tiene margen de sobra para acomodar la diferencia. Esto significa que la locomotora de Detroit seguirá rugiendo. Solo falta que los accionistas empiecen a cantar la melodía...
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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