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A fondo
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Sí, hay prioridades de gobierno en tiempos de ralentización económica

La descarbonización debe adaptarse a la peligrosa geopolítica actual. Los ciudadanos no se sacrificarán para financiar encuentros constantes y vuelos frecuentes en jet de sus políticos

El Foro Económico Mundial registró el pasado febrero una presencia de líderes menor de lo esperado.
El Foro Económico Mundial registró el pasado febrero una presencia de líderes menor de lo esperado.EFE

Se disipa la esperanza de un aterrizaje suave que ataje la inflación sin provocar una recesión. En su informe de perspectivas de primavera, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que el crecimiento de la economía internacional se ralentizará del 6% en 2021 y 3,4% en 2022 al 2,8% en 2023. EEUU, el Reino Unido y todos los estados miembros de la UE siguen padeciendo altas tasas de inflación. El FMI proyecta que el crecimiento de las economías desarrolladas este año (1,3%) será menos de la mitad del 2,7% de 2022. La expansión del PIB en EEUU se situará en un 1,6%. El Reino Unido sufrirá una recesión (-0,3%) y la eurozona solo alcanzará un 0,8% con recesiones o crecimiento mínimo en Alemania (-0,1%), Francia (0,7%), Italia (0,7%) y España (1,5%). Asimismo, el FMI prevé que la tasa de inflación global se atenuará gradualmente, del 8,7% de 2022 al 7% este año y 4,9% en 2024.

En EEUU, las nueve subidas de tipos de interés realizadas por la Reserva Federal por un total de 450 puntos básicos han reducido la inflación de un máximo de 9,1% (junio de 2022) al 5% en marzo.

En la eurozona, las alzas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) han recortado la inflación de un máximo de 10,6% en octubre al 6,9% en marzo. Pero la inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos, es el indicador que preocupa a los bancos centrales. Ascendió en marzo al 5,6% en EEUU y 5,7% en la eurozona, respectivamente. El FMI calcula que este año será un 5,1% a nivel global. Tasas de desempleo históricamente bajas complican la contención de la inflación, porque los consumidores siguen gastando. En la UE, el promedio de inflación esconde enormes variaciones. Los países de Europa central y oriental registraban las tasas de inflación más altas en enero: Hungría (26%), Letonia (21%), República Checa (19%), Estonia (18%), Lituania (18%), Polonia (16%), Eslovaquia (15%) y Bulgaria (14%).

Desde verano del año pasado muchos ciudadanos han consumido y viajado por encima de sus posibilidades para compensar su incapacidad de hacerlo durante la pandemia de Covid-19. Este consumo también ha sido impulsado por los paquetes de estímulo aprobados en EEUU y la UE. La proliferación de huelgas en distintos sectores muestra que muchos empleados esperan alzas salariales equivalentes a la subida de la inflación. Se producen en Alemania, Reino Unido y España, aunque en nuestro país la inflación no supera el 5%.

La violencia desencadenada en Francia contra el aumento de la edad de jubilación de 62 a 64 años es otro indicio del descontento popular. Frente a la inflación más elevada en 40 años y las crecientes desigualdades, muchos Gobiernos han adoptado pocas medidas para evitar una quiebra social. Esperaron que los bancos centrales contuvieran rápidamente la inflación.

China e India están comprando más petróleo a Rusia que antes de la guerra. En los países occidentales se persiste en acometer una transición a marchas forzadas a una economía verde. En 2021 la UE importó el 57% de la energía que consumió. En los primeros tres trimestres de 2022, el petróleo constituyó el 60% de las importaciones de energía de la UE, el gas natural, un 33%, y el carbón, un 5%. Alemania acaba de cerrar sus tres últimas y modernas centrales nucleares, pero necesita continuar operando plantas de carbón. En Finlandia, en cambio, acaba de entrar en operación el reactor Olkiluoto 3. Francia, Finlandia, Bélgica, Países Bajos, Suecia, Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Hungría, Polonia, Bulgaria y Rumanía mantienen su apuesta por la energía nuclear.

El gas natural y las centrales nucleares son un pilar de cualquier modelo energético serio. Se superó el invierno sin racionar la energía en Europa. En los primeros once meses de 2022, la UE importó un 25% de su gas natural de Noruega, un 25% licuado de EEUU, Catar y Nigeria y un 11% de Argelia. Las importaciones de gas natural licuado de EEUU se dispararon de 21.000 millones de metros cúbicos en 2021 a 50.000 millones. Pero el 25% aún procedió de Rusia. El próximo invierno puede ser climáticamente más duro. La OPEP+ (que incluye a Rusia) ha anunciado otro recorte de producción de petróleo de 1,1 millones de barriles diarios.

A finales de 2022, el precio medio de un vehículo nuevo eléctrico en EEUU era de 61.488 dólares frente a los 49.507 de uno de gasolina. La transición a una economía sin carbono debe adaptarse al peligroso contexto geopolítico. Muchos ciudadanos no se sacrificarán mientras financien con sus impuestos los vehículos oficiales y vuelos frecuentes de los políticos.

Las numerosas ayudas concedidas por los gobiernos también pueden ser contraproducentes. Deben estar condicionadas a que sus receptores trabajen o busquen empleo. Aunque el desempleo sea bajo, la tasa de participación laboral está estancada. El Covid-19 ha propiciado el trabajo remoto, híbrido y el abandono del mercado laboral de muchos profesionales. La elevada esperanza de vida significa que la única manera de garantizar las prestaciones sociales (pensiones, sanidad pública) a medio plazo es si más personas trabajan. Podemos acoger a los demandantes de asilo que demuestren ser objeto de persecución, pero no podemos absorber un flujo infinito.

Sin medidas apropiadas, los partidos populistas de derechas e izquierdas captarán más votos. El desengaño de muchos ciudadanos con los partidos políticos tradicionales y las instituciones es patente. Los gobiernos de Polonia y Hungría han vuelto a desafiar a la UE prohibiendo la importación de cereales de Ucrania. El 51% de los votantes republicanos apoya a Donald Trump. La izquierda radical gobierna en la mayoría de América Latina. Los partidos moderados deben mostrar valor, dialogar con los votantes y estar dispuestos a adoptar medidas impopulares.

Alexandre Muns Rubiol es Profesor de EAE Business School

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