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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La manguera antiinflación del BCE podría estar obstruida

La deuda de empresas y hogares tiene vencimientos más largos, por lo que tardará en notar las alzas de tipos

Christine Lagarde, presidenta del BCE.
Christine Lagarde, presidenta del BCE.WOLFGANG RATTAY (REUTERS)

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, intenta frenar la escalada de precios encareciendo los préstamos. Sus cinco subidas de tipos de interés en siete meses están frenando la oferta y la demanda de crédito empresarial y doméstico. Sin embargo, las compañías y los particulares tienen ahora una deuda a mucho más largo plazo que en el pasado. Eso amortiguará los efectos de las medidas del supervisor.

Según un estudio reciente de Oliver Wyman para la Federación Bancaria Europea, los bancos aportan alrededor del 70% de la financiación total de las empresas de la zona euro. Compárese con Estados Unidos, donde tres cuartas partes de la financiación procede de los mercados de capitales. Eso significa que Lagarde tiene que exprimir la tubería de la financiación bancaria para frenar la economía y vencer a la inflación, que subió a un ritmo anual del 8,5% en enero. Desde julio, Lagarde ha subido tres puntos porcentuales el principal tipo de depósito del banco central.

A primera vista, parece estar funcionando. En el último trimestre de 2022, más bancos europeos endurecieron el acceso de las empresas al crédito que en ningún otro momento desde la crisis de deuda soberana de 2011, según una encuesta del BCE del 31 de enero. La demanda de préstamos por parte de empresas y hogares también se redujo.

Y habrá más. Los estudios del BCE muestran que las condiciones de los préstamos bancarios tardan hasta 12 meses en reflejar los cambios de la política monetaria. Según Goldman Sachs, los bancos de la zona euro han aumentado los tipos de interés de los préstamos a empresas en unos 170 puntos básicos desde julio. Si, como esperan los mercados, los tipos de la zona euro alcanzan un máximo del 3,25%, los tipos de interés de los préstamos llegarán al 4,4% desde el 3,1% actual, estiman los mismos analistas.

El problema para Lagarde es que esas subidas no se dejarán sentir hasta que venza la deuda de los prestatarios, y les obligue a refinanciarse. El incremento de la deuda de las empresas y los hogares a largo plazo podría amortiguar el golpe.

Desde junio de 2014, cuando el banco central situó por primera vez los tipos por debajo de cero, el importe de los préstamos corporativos vivos con un vencimiento superior a cinco años ha aumentado un 22%, hasta los 3 billones de euros, según el BCE. El valor de los préstamos con un vencimiento de hasta un año ha caído un 10% en el mismo periodo, hasta situarse justo por debajo de 1 billón de euros.

Los hogares han mostrado una tendencia similar. En junio de 2014, casi una de cada tres hipotecas de la zona euro tenía tipos variables. En diciembre, era una de cada cuatro, lo que sugiere que muchos hogares estarán al abrigo de una política monetaria más restrictiva.

Es una buena noticia para los prestatarios, pero tiene su reverso para el BCE. Esta vez, las subidas de tipos del banco central pueden tardar aún más en filtrarse a la economía real. Lagarde tendrá que seguir apretando el acelerador de la financiación bancaria para acabar con la inflación.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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