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Geopolítica y mercados: cómo afronta el inversor la segunda mitad del año

La gestión del riesgo es protagonista en el nuevo entorno de incertidumbre

Hace 157 días que Donald Trump tomó posesión de su segundo mandato como presidente de Estados Unidos. Desde sus primeros momentos en el gobierno, el estadounidense dejó entrever cuáles eran sus intenciones, pero no fue hasta abril cuando las políticas arancelarias sembraron dudas e incertidumbre en el mercado.

El “Día de la liberación” y su posterior consecuencia arancelaria hicieron mucho ruido en el mercado: “Vimos idas y venidas por parte de los distintos países, pausas de aranceles y ruido político. Al margen de eso, la noticia acabó en una pausa de 90 días que acabará el próximo 9 de julio”, explica Marta Campello, socia y gestora de fondos en Abante.

Manuel Rodríguez, selector de fondos de renta fija, escribía una tribuna en Cinco Días sobre la incertidumbre que despierta este ciclo, en la que señalaba que los temores iniciales provocaron una huida hacia activos considerados seguros, pero también una revisión del papel tradicional que desempeñaban el dólar y los bonos estadounidenses en las carteras.

En este entorno marcado por la economía y la política fiscal, se suma el riesgo y la tensión geopolítica, que involucra a actores clave como Irán e Israel. El cruce de amenazas y ataques en Oriente Medio ha añadido una capa de complejidad a los mercados globales, especialmente en los sectores energético y de materias primas. “Lo que vemos no es nuevo: los mercados reaccionan con rapidez, pero también tienden a estabilizarse una vez que se asimilan los escenarios posibles”, añade Campello.

La historia está marcada por episodios de inestabilidad. En las dos últimas décadas hemos atravesado crisis de todo tipo y cada una, a pesar de haber sacudido a los inversores y ahorradores, ha reforzado una lección clave: las turbulencias forman parte del ciclo.

En este sentido, y pese a la tensión de las últimas semanas, los mercados han mostrado cierta capacidad de digestión. La bolsa estadounidense, por ejemplo, ha encadenado varias sesiones positivas. Eso no significa que el riesgo haya desaparecido, sino que los inversores valoran también la inercia de los datos económicos, los beneficios empresariales y las expectativas de política monetaria.

De cara al segundo semestre, los focos seguirán puestos en la evolución de los acuerdos comerciales, la gestión del déficit fiscal en Estados Unidos y los conflictos geopolíticos. El comportamiento de activos refugio como el oro, la evolución del dólar frente a otras divisas y las decisiones de los bancos centrales serán referencias clave para los inversores.

Y, aunque los datos económicos actuales siguen ofreciendo soporte, la narrativa puede cambiar rápidamente si alguno de estos frentes se complica. En este contexto, tener una hoja de ruta clara, apoyada en el análisis y la disciplina, será valioso.

Mantener la calma en tiempos de incertidumbre

La cuestión no es si habrá más sobresaltos o no, sino cómo se afrontan. La experiencia demuestra que los mercados tienen una capacidad notable para adaptarse a escenarios complejos, siempre que exista una narrativa coherente que permita anticipar los riesgos y valorar las oportunidades. Lo que cambia es la velocidad y la intensidad con la que esos ajustes se producen, especialmente cuando la política exterior y la fiscal chocan con los fundamentos económicos.

De cara al segundo semestre, la combinación de tipos de interés, inflación y tensión geopolítica obligará a los inversores a estar especialmente atentos a la gestión del riesgo- Será clave contar con carteras diversificadas, con una exposición controlada a los distintos riesgos y con capacidad para adaptarse a posibles cambios de escenario. “Las decisiones que se toman en periodos de tensión son las que más ponen a prueba la solidez de una planificación financiera”, subraya la gestora de fondos.

Por eso, más allá de intentar anticipar cada titular, es importante contar con una estrategia de inversión bien construida, adaptada al perfil de riesgo y con la flexibilidad necesaria para responder a un mundo en constante cambio. La gestión activa, la diversificación y el asesoramiento especializado son hoy más necesarios que nunca para afrontar un semestre que se presenta lleno de preguntas.

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