La psicología del inversor en la nueva era Trump
Cómo las emociones influyen en las decisiones financieras
Los mercados celebran la nueva era Trump con subidas generalizadas y con la vista puesta en sus declaraciones y en las órdenes que ha ido firmando desde que jurara el cargo el lunes 20 de enero. Tras la victoria del republicano en las elecciones del pasado mes de noviembre, la gran pregunta que se hacían los inversores era cómo va a impactar esta segunda administración Trump en los mercados.
Y ante estas dudas, y tras el excepcional comportamiento que tuvo la bolsa estadounidense el año pasado -subió un 23% frente al 6% que se anotó Europa-, la otra gran pregunta que se hacen muchos analistas es si 2025 va a ser, por fin, el año de la bolsa europea. A esta hay que añadir otras tantas: ¿qué pasará con las ‘siete magníficas’ y en concreto con Nvidia? ¿Seguirán teniendo mucho recorrido o hay espacio para otros sectores y compañías más pequeñas? ¿Y con la inflación y los tipos de interés?
De momento, en la primera semana del nuevo mandato de Trump, y tras sus declaraciones en Davos -donde volvió a hablar de fuertes aranceles para las empresas que no fabriquen en Estados Unidos o de que la OTAN debe elevar su gasto en defensa al 5% del PIB, entre otras cosas -, lo que hemos visto son subidas en las bolsas, sobre todo en Wall Street.
El mercado estadounidense está anticipando que las medidas que ha ido anunciado Trump van a ser positivas para la región y que se van a traducir en crecimiento. Su “America First” no faltó el día que tomó posesión del cargo. A lo que hay que sumar el anuncio de la alianza entre tres gigantes tecnológicos -OpenAI, Oracle y Softbank- para invertir hasta 500.000 millones de dólares en cuatro años en infraestructuras de inteligencia artificial. “Estamos empezando con una tremenda inversión en nuestro país a niveles que nadie había visto antes”, destacó Trump en el momento del anuncio.
En este escenario, y ante quienes se preguntan si las valoraciones de la bolsa estadounidense están caras, el S&P 500 marcó en la sesión del jueves un nuevo máximo histórico al superar los 6.100 puntos. En una semana de mucha intensidad por el lado político, de muchas noticias, muchos datos macro y de beneficios empresariales, Europa también está subiendo. De hecho, en lo que llevamos de 2025, las bolsas del Viejo Continente lo hacen mejor: el Euro Stoxx 50 gana un 6,75%, con la bolsa alemana a la cabeza, con un 7,55%.
El año pasado cerró con la brecha más amplia de los últimos 40 años entre Europa y Estados Unidos, con un optimismo en este último país protagonizado estos dos últimos ejercicios por la inteligencia artificial. “Ha habido una penalización muy fuerte fuera de las grandes tecnológicas y hay que tener en cuenta el entorno en el que nos encontramos: la economía americana sigue tirando, Trump va a quitar regulación y va a favorecer un poco la economía doméstica”, comenta Marta Campello, socia y gestora de fondos de Abante, que recuerda también que las ‘siete magníficas’ pesan un 35% en el índice y que Estados Unidos supone el 70% del índice global de renta variable. “Nunca habíamos visto tanta concentración”, añade.
Lo que está cambiando un poco este 2025 es que, por ahora, las grandes tecnológicas están dejando espacio a otros sectores como el industrial o la salud y a las pequeñas y medianas compañías. ¿Es algo que debe tener en cuenta el inversor? ¿Qué debe hacer el ahorrador que quiera empezar a invertir este año? ¿Y el que quiera cambiar su estrategia y cartera de inversión?
Los factores emocionales en las decisiones de inversión
El mercado siempre trata de anticipar acontecimientos y, en algunas ocasiones, o como sucede con los bancos centrales, no lo sabe interpretar muy bien. Nadie tiene la bola de cristal para saber qué lo va a hacer bien en un momento determinado o si cierta compañía seguirá subiendo. Tratar de seguir al mercado o hacer market timming pendientes de las modas puede salir bien alguna vez, pero, a largo plazo, suele tener un gran coste para el bolsillo del ahorrador.
Además, no hay que olvidar cómo influyen los factores emocionales a la hora de tomar decisiones de inversión y cómo nos podemos poner nerviosos al leer en las noticias, por ejemplo, que las tecnológicas siguen subiendo, lo que nos puede llevar a pensar que por qué nos estamos perdiendo estas rentabilidades.
Ante estas dudas y momentos más impulsivos, debemos recordar cómo no afecta nuestra propia experiencia, los comentarios de nuestras personas cercanas y nuestra parte más emocional e impulsiva. Muchas veces, se tiende a mirar una inversión con el retrovisor, es decir, viendo cómo se ha comportado en el pasado, y lo primero que hay que recordar es que las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
También debemos tener en cuenta la euforia y el sesgo de confirmación -que nos lleva a buscar información que confirme nuestras creencias, aunque estemos equivocados- y cómo valoramos las pérdidas. Los expertos en behavioral finance han explicado que los inversores tendemos a infravalorar las ganancias y a sobrevalorar las pérdidas, lo que se traduce en que nos duele mucho más perder dinero que lo que nos alegra ganarlo.
Intentar alejarse del ruido y mantener la calma es el primer paso a la hora de trazar una estrategia de inversión. Recurrir a un asesor financiero que nos ayude a invertir en los activos que realmente necesitamos para cumplir nuestros objetivos es fundamental y lo que nos garantiza estar bien invertidos pase lo que pase en el mercado y el mundo.