Ir al contenido
_
_
_
_

El repliegue del petróleo devuelve a los bancos centrales a la casilla de salida

El escenario base de los analistas y del mercado es que tanto el Banco Central Europeo como la Reserva Federal dejarán el precio del dinero intacto en julio, aunque en la Fed crecen las voces que reclaman bajarlos ya

Álvaro Sánchez

Fue un visto y no visto. La escalada del precio del petróleo sumó diez dólares al barril con el comienzo de las hostilidades entre Israel e Irán, y los restó en cuanto los inversores se dieron cuenta de que el país persa no estaba por la labor de iniciar un conflicto de largo alcance y se limitó a lanzar una respuesta militar cosmética, con la que vender internamente la idea de que ningún ataque contra su territorio quedaría impune.

Pese a la relevancia geopolítica de lo sucedido, las cicatrices de esos juegos de guerra veraniegos parecen en este caso mínimas: las Bolsas rozan máximos históricos, y la brevedad del alza del crudo ha hecho que se esfumen los temores a un repunte inflacionista y devuelto a los bancos centrales a la casilla de salida prebélica, donde el debate se centraba en cómo de pronunciado será el parón del Banco Central Europeo, y cómo de acentuadas las rebajas del precio del dinero de la Fed. “La sensación es que el BCE está frenando y la Reserva Federal va a empezar a acelerar”, dice Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad.

Actualmente, mercado y analistas especulan con entre cero y dos bajadas de tipos por parte del BCE hasta final de año, y dos o tres por parte de la Fed. Todo indica que habrá que esperar a la vuelta de vacaciones para ver movimientos. En sus respectivas reuniones de julio, no se espera que ninguno mueva ficha, aunque en EE UU ya no es solo la Casa Blanca quien reclama bajadas inmediatas: en la propia Reserva Federal ya empiezan a alzarse voces en ese sentido. “Si las presiones inflacionistas se mantienen contenidas, apoyaría una reducción de la tasa de política monetaria ya en nuestra próxima reunión para acercarla a su nivel neutral y mantener un mercado laboral saludable”, afirmó este lunes Michelle Bowman, vicepresidenta de supervisión de la Reserva Federal. Antes, el viernes, el gobernador Christopher Waller, también nominado por Trump, restó importancia al impacto sobre la inflación de los aranceles y defendió que el banco central está en condiciones de empezar a bajar los tipos a partir del próximo mes.

Charles Goodhart, economista del Banco de Inglaterra entre 1968 y 1985, y profesor emérito de la London School of Economics, cree sin embargo que Trump se llevará un nuevo disgusto en la reunión de julio. “Si bien el alto el fuego en Oriente Medio es una muy buena noticia, no afecta a otras áreas de incertidumbre que se han intensificado de forma inusual recientemente, como las guerras arancelarias y comerciales. Debido a la gran incertidumbre sobre el alcance y el efecto de estas, es probable que el FOMC no cambie en su próxima reunión de julio, aunque podría haber un recorte en septiembre si los datos son positivos”, señala por correo electrónico. Coincide Lorenzo Codogno, exsecretario del Tesoro italiano. “En mi opinión, la Fed está muy firme en su posición de esperar. Veamos cómo evoluciona la inflación después del verano”, apunta.

Precisamente este martes, en su intervención ante la Cámara de Representantes, el presidente de la Fed, Jerome Powell, lanzó un jarro de agua fría a quienes contemplaban un recorte de tipos a corto plazo. Resaltó la fortaleza del mercado laboral, repitió su máxima favorita: “Esperar y ver”, e insistió en que están bien posicionados. “No habrá recortes por ahora”, tituló tajante su análisis del discurso Paul Donovan, economista jefe de UBS Wealth Management.

El mandato de Powell expira en mayo de 2026, pero según The Wall Street Journal, Trump está considerando seleccionar y anunciar un reemplazo en septiembre u octubre, una antelación mayor a los tres o cuatro meses habituales. Un modo de influir en las expectativas de los inversores sobre los tipos de interés.

El dilema del BCE

Ese runrún continuo sobre la pérdida de independencia de la Fed ha disparado el euro a máximos de cuatro años por la debilidad del dólar, lo cual, de rebote, acelera la tendencia a la desinflación en la zona euro, porque la fortaleza de la moneda única abarata las compras en el exterior. El BCE, por tanto, puede verse forzado a nuevas bajadas de tipos, pese a que ya lleva ocho en un año, para que los precios no se alejen por abajo de su objetivo del 2%.

Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa, ha sido uno de los principales defensores en los últimos meses de que los tipos, hoy en el 2%, llegarán al 1,5% en la zona euro. “El escenario no es muy diferente del que había antes de la última crisis geopolítica, que es el de dos bajadas de tipos, porque la actividad es débil y la inflación, en general, seguirá a la baja”, augura.

Codogno, en cambio, solo ve garantizado un recorte adicional. “Creo que el BCE no hará nada en julio, a la espera de mayor claridad en diversos frentes, y luego aplicará otra rebaja en septiembre. Huelga decir que la situación es muy inestable y puede evolucionar en diferentes direcciones. Los precios del petróleo son importantes, pero el BCE necesita un aumento constante y prolongado de los precios para incorporarlos en sus previsiones y decisiones”.

La primera fecha clave es el 9 de julio. Ese día expira la tregua comercial acordada por EE UU y la UE. Sin tener sobre la mesa el resultado de esa negociación, la visibilidad es mínima. “Existe demasiada incertidumbre como para que el BCE pueda ofrecer alguna orientación. Aún está a la espera de que finalice la pausa de 90 días en los aranceles”, recuerda Carsten Brzeski, jefe de Macro de ING.

El analista del banco holandés ve dos escenarios potenciales. “Si la economía de la eurozona se recupera con la suficiente rapidez, impulsada principalmente por las sorpresas positivas en Alemania, el BCE podría no seguir recortando los tipos. Pero si el crecimiento se mantiene por debajo de la tendencia y existe el riesgo de un retorno a la baja, aún preveo uno o dos recortes de tipos adicionales”.

Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_