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Los analistas coinciden: el BBVA debe mejorar la oferta para asegurarse el apoyo de los accionistas del Sabadell

La nueva condición de mantener separadas ambas entidades durante tres años complica la obtención de sinergias y alimenta las dudas sobre la operación a ojos del mercado

El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu y el presidente de BBVA, Carlos Torres. Europa Press via Getty Images
Gema Escribano

La opa hostil lanzada por BBVA sobre Banco Sabadell entra en su fase final sin que esté claro el resultado, a la luz de los obstáculos que se topa la entidad presidida por Carlos Torres. La luz verde a la operación incluye condiciones más estrictas que las exigidas por la CNMC, lo que se traduce en menores ahorros y, por tanto, un menor atractivo (al menos sobre el papel) para los inversores. Ambas entidades deberán mantener su personalidad jurídica, patrimonio separado y autonomía de gestión durante al menos tres años, prorrogables a cinco si así lo decide el Ejecutivo, en función del “interés general” contemplado en la normativa. La oferta ha cumplido ya su primer año y se resolverá, si el BBVA no se retira antes, en el mes de septiembre.

Pero, tal y como avisan los analistas de RBC Capital, el mayor problema no es tanto el plazo, sino el deterioro del valor estratégico de la operación: BBVA no podrá aplicar economías de escala ni tomar decisiones conjuntas sobre red, personal o concesión de crédito, al menos hasta 2028. Las sinergias (beneficios derivados de la combinación) quedan tan diluidas que resulta difícil justificar la operación sobre el papel: “Tres años es mucho tiempo, y la incertidumbre casi kafkiana sobre una posible prórroga hasta cinco, basada en el ambiguo principio del interés general, es difícil de digerir”, apuntan. A juicio de la firma canadiense, BBVA debería dar un paso atrás y compensar a sus accionistas por un año fallido mediante una gran recompra de acciones. “Podría estar mejor si se retira”, sentencia Lento Tang, analista de Bloomberg Intelligence.

La oferta no supone un pago en efectivo; está planteada mediante el intercambio de acciones: el accionista de Sabadell recibiría un título de BBVA más 0,70 euros en efectivo por cada 5,3456 acciones de Sabadell. “Hoy por hoy, al accionista de Sabadell le sale más a cuenta vender en el mercado que acudir a la opa”, asegura Nuria Álvarez, de Renta 4. “En sintonía con lo que venimos defendiendo desde hace un año, para lograr la aceptación del 50% de los accionistas del banco opado, BBVA tendría que mejorar la oferta”, remarca. Otro banco de inversión que no quiere ser identificado ponen cifras a esta mejora: “Estimamos que BBVA debería aumentar la oferta en más del 10% para lograr el éxito, y podría llegar hasta el 17% combinando efectivo y acciones”, señala. Los analistas creen que, a pesar de las sinergias temporales reducidas, BBVA sí está en condiciones de incrementar la oferta, algo que podría producirse hasta cinco días antes del fin del periodo de aceptación, previsto para la primera quincena de septiembre.

Ahora bien, el encaje financiero es complicado, como recuerda Ignacio Cantos, director de inversiones de Atl Capital, que destaca que BBVA también debe justificar ante sus accionistas la mejora de la oferta. “La caída que han llegado a experimentar las acciones de Sabadell a lo largo de la jornada puede deberse a que los inversores que entraron en el valor por las expectativas de mejora han decido salirse, a la vista de que lograrlo será complicado”, apunta. BBVA, así, tiene que trabajar en dos frentes: convencer a los accionistas de Sabadell más indecisos sin perder apoyo en sus propias filas.

Los plazos de la operación ya se han extendido desde principios de mayo de 2024. Los expertos calculan que BBVA remitirá el folleto actualizado a la CNMV a finales de esta semana o principios de la próxima, y el periodo de aceptación de la opa puede empezar a principios de julio y durar hasta principios de septiembre. Nuria Álvarez recuerda que el calendario previsto por BBVA contemplaba una integración efectiva entre 18 y 24 meses después de lograr el respaldo de los accionistas de Sabadell. “Esto supone alargar la fusión al menos un año más, en el mejor de los casos, pero lo relevante es que no se cierra la puerta a completarla”, señala.

La operación también está sujeta a una nueva incertidumbre, la posible de venta de TSB, la filial británica de Banco Sabadell. El banco catalán ha recibido ofertas de varias entidades, pero para aprobar la desinversión, valorada en 2.000 millones, y el reparto de un posible dividendo extraordinario, debe pasar por la junta de accionistas, según la normativa de opas, una junta que podría caer en pleno proceso de aceptación. Y un eventual dividendo, a su vez, debería ser descontado de la oferta de BBVA.

Así, los analistas de RBC anticipan una alta volatilidad, sobre todo en la cotización de Sabadell. “Pensamos que la entidad aún podría anunciar la venta de TSB a corto plazo, lo que supondría el golpe definitivo a esta transacción. No obstante, una vez que se disipe la incertidumbre, esperamos que la dirección presentará lo antes posible una estrategia clara para operar de forma independiente, así como posibles usos del capital excedente si finalmente se concreta la venta de su filial británica”, añaden.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.
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