Japón reducirá la emisión de deuda a largo plazo para calmar a los mercados
En las últimas jornadas los rendimientos habían experimentado un repunte récord por las preocupaciones sobre el déficit fiscal del país

Japón planea un fuerte recorte de la emisión de bonos a muy largo plazo en un intento por calmar el ánimo del mercado tras el aumento récord que habían experimentado los rendimientos de la deuda nipona. El Ministerio de Finanzas ha presentado este viernes un plan para reducir la emisión de bonos a 20, 30 y 40 años en un total de 3,2 billones de yenes (unos 19.000 millones de euros a cambio actual). Este recorte duplica la reducción inicialmente recogida en borradores previos que se habían filtrado, lo que refleja la preocupación de los responsables económicos japoneses por el aumento de los costes de financiación.
Esta medida viene tras una subasta de deuda a 20 años en mayo que fue mal acogida por el mercado y provocó turbulencias en el mercado de bonos. Eso sí, para compensar este recorte, el Ministerio contempla aumentar la emisión de deuda a corto plazo, especialmente las letras del Tesoro a seis meses.
“El recorte adicional en la emisión de bonos a 20 años es positivo para el mercado. Sin embargo, si la caída en la liquidez y la alta volatilidad en el tramo largo mejoran, dependerá de si hay una demanda sólida en las próximas subastas de bonos a 20 y 30 años”, ha valorado mari Iwashita, estratega jefe de Nomura Securities para Bloomberg.
Se trata de la segunda intervención en los últimos días por parte de las autoridades japonesas para corregir el desajuste entre la oferta y la demanda en el mercado de deuda japonesa. A principios de semana, el Banco de Japón ya anunció que irá más despacio de lo que planeaba el proceso de dejar de comprar deuda propia a partir del próximo año para intentar preservar la estabilidad del mercado.
Aunque la intención de Japón es reducir gradualmente sus compras, el banco central aún posee cerca de la mitad de toda la deuda pública en circulación y según su nuevo plan seguirá comprando unos 2,1 billones de yenes (unos 12.000 millones de euros al cambio) en bonos al mes a comienzos de 2027. Sin embargo, esa menos presencial del banco central no ha sido compensada por una recuperación de la demanda por parte de bancos privados y aseguradoras, lo que ha ejercido una presión bajista sobre los precios de los bonos y al alza sobre los rendimientos, especialmente en los tramos más largos.
La situación en el mercado de deuda japonés se ha visto agravada por cambios regulatorios que han restado atractivo a los bonos para los bancos y han reducido la necesidad de compras por parte de las aseguradoras. A eso se suman los temores crecientes sobre la sostenibilidad fiscal del país, que cuenta con la mayor ratio de deuda respecto al producto interior bruto (PIB) entre las economías desarrolladas, estimado en un 232% para este año. Solo la deuda absorberá una cuarta parte del presupuesto inicial para el ejercicio fiscal de 2025.
Además, las próximas elecciones en el país previstas para el mes de julio han intensificado el debate político en torno al gasto público, con propuestas que lo elevarían. El gobernante Partido Liberal Democrático planea nuevas ayudas directas a los hogares, mientras que el opositor Partido Democrático para el Pueblo aboga por una reducción general del IVA al 5%, lo que implicaría un mayor endeudamiento.
Ante este escenario, los inversores exigen garantías de que el equilibrio entre oferta y demanda en el mercado de bonos japoneses podrá restablecerse sin provocar una espiral alcista de los rendimientos.