El Tesoro aprovecha el buen tono del mercado para lanzar su emisión sindicada de mitad de año
Se trata de la tercera operación de este tipo en lo que va de 2025

El Tesoro no está dispuesto a desaprovechar las oportunidades para seguir ejecutando su programa de financiación y lograr las condiciones más atractivas. Coincidiendo con la estabilidad que vive la renta fija en las últimas horas, el organismo que dirige Paula Conthe ha dado mandato a Barclays, BBVA, JP Morgan, Morgan Stanley, Santander y Société Générale para ejecutar la tradicional emisión sindicada de mitad de año.
La nueva referencia será a 10 años, con vencimiento en octubre de 2035. Aunque el importe final aún no se ha anunciado, lo habitual en este tipo de operaciones es captar entre 10.000 y 15.000 millones de euros. En la emisión sindicada del año pasado, el Tesoro adjudicó 10.000 millones de euros, con una demanda que superó los 125.000 millones.
Las operaciones sindicadas son emisiones que se efectúan al margen del calendario y en las que el Tesoro contrata a un ejército de bancos para colocar la deuda directamente entre los inversores. Su puesta en marcha se realiza en función de las condiciones del mercado. Y este martes parecen que se dan todas las condiciones. La caída de los rendimientos tras el nerviosismo generado por el programa económico de la Casa Blanca, sumado a las consultas realizadas por Japón para reducir la oferta de deuda a largo plazo, han creado el entorno favorable para esta colocación.
Con la operación, que previsiblemente se ejecutará mañana, serán ya tres las emisiones sindicadas del Tesoro en 2025: en enero se vendió 15.000 millones en deuda a diez años y unas semanas después adjudicó 7.000 millones en una referencia a 15 años.
Aunque las emisiones sindicadas no están recogidas en el calendario, la previsibilidad es una de las señas de identidad de la estrategia del Tesoro. Junto a las operaciones de inicios de año, el organismo suele ejecutar otras dos subastas de este tipo: una a mitad del ejercicio y otra a la vuelta de las vacaciones. Es decir, dos de los periodos de mayor actividad en el mercado de capitales.
La estabilidad en la zona euro y las expectativas de que el BCE continúe reduciendo los tipos de interés están ayudando a que la deuda soberana de la región se mantenga resiliente. Mientras los bonos de EE UU sufren por las erráticas políticas económicas de Trump, Europa se percibe como un mercado más seguro. Los inversores ponen en valor los esfuerzos de los Gobiernos por reanimar el crecimiento con iniciativas como el plan de gasto en defensa e infraestructuras que anunció Alemania en marzo.
El Tesoro ha demostrado en cada operación celebrada este año que el apetito de los inversores por la deuda española sigue siendo elevado. En la emisión de enero, las órdenes de compra superaron los 139.000 millones, cifra récord, alcanzando los 94.000 millones en la referencia a 15 años. En un contexto geopolítico complejo, la buena evolución de la economía y el compromiso con la estabilidad fiscal han contribuido a que el diferencial entre la deuda española y la alemana se mantenga estable alrededor de los 62 puntos básicos.
Después de sellar 2024 con un crecimiento del 3,2%, las previsiones del Gobierno y los organismos internacionales apuntan a que el buen tono se mantendrán. Según el cuadro macroeconómico presentado por el ministerio de Economía a finales de abril, el Ejecutivo mantiene su previsión de crecimiento del 2,6% para ejercicio, unas estimaciones que se sitúan en línea con las proyecciones de primavera de la Comisión Europea.
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