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Federico Barriga (Fitch): “La falta de acuerdo presupuestario afecta a las políticas fiscales que influyen en el rating soberano”

El responsable de riesgo soberano para Europa de la agencia ve probable un vehículo común para gasto en defensa y cree que la región está ante un momento de crisis comparable a la pandemia o el inicio de la guerra de Ucrania

Federico Barriga, responsable de riesgo soberano para Europa de la agencia de rating Fitch.
Nuria Salobral

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la agresividad de su agenda política promete descuadrar las previsiones de crecimiento para este año elaboradas por los economistas. Federico Barriga, responsable de riesgo soberano para Europa Occidental de la agencia de rating Fitch, reconoce que las estimaciones que realizaron en diciembre se han quedado viejas y que será necesario un ajuste, que anunciarán en marzo. También para la economía española, que señala cerró 2024 mejor de lo que esperaban y ha comenzado 2025 con fuerza. La gran incertidumbre para España, según Barriga, sigue siendo la falta de Presupuestos para este año. Sobre Europa, será Trump quien marque el paso de la zona euro, que afronta un desafío comparable a la pandemia o al estallido de la guerra de Ucrania.

Pregunta. ¿Cree que Trump será muy agresivo con los aranceles que vaya a aplicar a la UE?

Respuesta. Seguimos viendo que las economías más grandes del continente, como Alemania y Francia, continúan teniendo unos desafíos considerables, lo que explica que nuestra previsión de crecimiento para la región no sea más del 1,2%. Nuestras previsiones de diciembre ya contemplaban un alza en los aranceles por parte de EE UU, pero no al nivel de lo que se ha anunciado para México y Canadá. Si uno toma esa referencia para Europa, es obvio que las perspectivas económicas serían más débiles. Nuestras estimaciones se basaban en que solo cierto tipo de productos iban a sufrir tarifas del 10% ó el 20%. Italia y Alemania son las grandes economías de la zona euro que más tendrían que perder con aranceles en EE UU, y Francia en tercer lugar. De entre esas grandes economías, España es la que menos riesgo tiene de sufrir por la política comercial de Trump, aunque también habría efectos secundarios.

P. ¿Cree que el BCE va a tener que acelerar las rebajas de tipos este año?

R. Podría ser pero por ahora mantenemos las previsiones de diciembre, que apuntaban a cinco recortes de 25 puntos básicos cada uno durante este año, hasta dejar los tipos en el 1,75%. El BCE ya tiene relativamente bajo control la inflación pero tendrá que analizar el riesgo inflacionista de las medidas que pueda adoptar Trump.

P. El conjunto de la zona euro afronta retos que van a exigir más gasto, como sucede con la defensa. ¿Qué margen hay de asumir más deuda sin cuestionar su sostenibilidad?

R. Europa afronta el debate de un mayor gasto en defensa, en la lucha contra el cambio climático, en medidas por el envejecimiento de la población...todo ese gasto podría llevar a déficits del 6%. Ahora hay una discusión sobre si se deben flexibilizar las normas fiscales para permitir más gasto en defensa. Ahí el tema está en los detalles, porque para nosotros es importante que haya reglas fiscales. Cierto que no han garantizado que los países reduzcan su deuda. En Francia, por ejemplo, el crecimiento de la deuda ha sido constante. Sí existe dentro de Europa un empuje en favor de más gasto de defensa.

P. ¿Ve posible una especie de fondo Next Generation para defensa?

R. El hecho de que se está discutiendo más del gasto en defensa me hace pensar que va a haber algún tipo de empuje, sobre todo en los países que han gastado mucho menos. Pero una vez más, como sucedió en el caso de la pandemia y de la guerra en Ucrania, cuando hay algún tipo de crisis, existe más voluntad política para crear soluciones como la que se acordó con los fondos Next Generation (plan de recuperación, transformación y resiliencia). Parece que este año la agenda de Europa va a ser reactiva, y en ese caso es cuando otras veces se ha llegado a un consenso sobre medidas de financiación. Estamos en una nueva crisis y puede requerir otro tipo de programa de financiación.

P. ¿Se justifica el actual desinterés inversor en Europa, al menos por la parte de riesgo de crédito?

R. Existe una dicotomía en los ratings de Europa Occidental. Por un lado hay países como Francia y también como Bélgica, Finlandia o Austria, donde ha habido un deterioro de las finanzas y donde no existe mucha claridad de hacia dónde pueden ir las políticas públicas para reducir la deuda. Y de hecho tenemos a estos países en perspectiva negativa. Y por otro lado están los países a los que antes se les llamaba de la periferia. Para España, Italia y Portugal ahora tenemos la perspectiva en positivo. En países como Grecia, Irlanda o Portugal ha habido una mejora sustancial de indicadores crediticios, han reducido la deuda pública. Tras la pandemia, cuando se incrementaron los déficit de todos los países, ellos han sido los primeros en regresar a un punto casi de superávit fiscal. Existe un ancla fiscal muy fuerte en estos países que pasaron por la crisis de deuda soberana. Entonces, es difícil decir que Europa en general no está bien vista por inversores porque de hecho existen muchos países donde en los últimos años se ha demostrado que hay una historia muy positiva de recuperación económica y estabilidad fiscal.

Federico Barriga, responsable de riesgo soberano para Europa de Fitch.

P. ¿Ve demasiado ambicioso el compromiso del Gobierno ante Bruselas de un déficit en el 2,5% este año?

R. Nosotros esperamos un déficit más alto, del 2,7%. Y esto tiene que ver con la poca claridad sobre cuál es el presupuesto para 2025, sobre cuáles serían las medidas que llevarían a una reducción más sustancial del déficit público. La gran incertidumbre es saber por dónde va el gasto público, porque no hay un presupuesto. Los ingresos se han beneficiado por el crecimiento económico y del mercado laboral, pero si el crecimiento es un poco menor, entonces los ingresos no van a subir mucho más y esa no sería necesariamente la manera de llevar a una reducción del déficit. Como se ha visto en las últimas semanas, se ha aprobado la subida de las pensiones o del salario mínimo, en línea con lo que se ha visto en los años anteriores. No hay muchos cambios y eso significa que el déficit va más o menos en la línea del año anterior. Si no vemos cambios, es difícil que el déficit acabe en el 2,5%. La economía española empieza 2025 muy fuerte aunque este año se va a ralentizar un poco, estimamos que crecerá al 2,3%.

P. Fitch mejoró en noviembre a positiva la perspectiva del rating soberano de España. ¿Hay posibilidad de mejora del rating en la próxima revisión si no hay presupuestos?

R. La revisión de la perspectiva a positiva decidida en noviembre para el rating de España se debió a que ha existido un crecimiento sostenido, apoyado además por el mercado laboral, y una mejora de la competitividad. Son factores muy importantes para dar resiliencia macroeconómica al país y que apoyen el rating. También hemos visto que ha habido una reducción de la deuda pública en los últimos años. Para mantener el rating o para elevarlo hay dos factores importantes. El factor principal es que haya certidumbre de que la deuda pública de España continúe bajando no solo este año, sino a medio plazo. Y ahí influye el factor del presupuesto y el plan fiscal y estructural de mediano plazo, de saber a dónde va el déficit público en los próximos años. El segundo elemento clave es que haya una continuidad en la resiliencia económica de España ante todos los riesgos que existen ahora. Pero reitero, la parte fiscal para nosotros sigue siendo muy importante para ver hacia dónde va el rating.

P. ¿Cree que la fragmentación parlamentaria de España en los últimos años daña el perfil de riesgo soberano?

R. Usamos muchos factores de gobernabilidad para determinar la base del rating. Y en ese aspecto diría que los indicadores de España en los últimos años no han empeorado. Digamos que ha habido estabilidad dentro de la inestabilidad. Comparando a España con el resto de países de su misma categoría de rating, España está en la media en los factores de gobernabilidad institucional, pero está un poco más débil en factores de estabilidad política. Y esto ha sido un factor constante, no es que hayamos visto un cambio radical en los últimos tiempos. Sí existe estabilidad de gobierno comparado con el resto de Europa. Ahora, regresando al tema presupuestario, la falta de acuerdos para tomar medidas crea incertidumbre, que a su vez afecta a las políticas fiscales que influyen en el rating soberano.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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