La incertidumbre política arrastra al yen y se cruza en los planes del Banco de Japón
La derrota electoral de la coalición gobernante complica la continuidad del actual primer ministro y podría retrasar las alzas de tipos, lo que debilita a la divisa nipona
El mercado financiero de Japón acusa este lunes los sinsabores del riesgo político. El resultado de las elecciones que se celebraron este domingo despoja al partido gobernante, el Partido Liberal demócrata, de la mayoría parlamentaria y abre un incierto panorama en el que el actual primer ministro nipón Shigeru Ishiba deberá buscar nuevos apoyos para continuar al frente del país. La nueva inestabilidad política ha golpeado hoy al yen, que se ha llegado a depreciar el 1% frente al dólar ante la perspectiva de que la situación lleve al Banco de Japón a retrasar las alzas de tipos. El retroceso de la divisa sí ha favorecido a la cotización en Bolsa de las exportadoras japonesas y el Nikkei ha reaccionado con un alza del 1,82%.
Japón afronta una nueva etapa política a raíz de los resultados de las elecciones celebradas este domingo, que va a exigir una compleja mayoría parlamentaria para la formación de gobierno. EL Partido Liberal Democrático (PLD) lleva gobernando Japón de forma casi ininterrumpida desde 1955 pero en estos comicios ha encajado los peores resultados desde que perdió el poder en 2009. El PLD del primer ministro Shigeru Ishiba y su socio de gobierno, el budista Komeito, han visto recortada su representación desde los 288 escaños hasta los 215, insuficientes para seguir en el poder. Los partidos cuentan ahora con un plazo de 30 días para pactar una mayoría parlamentaria pero el resultado del PLD deja a Ishiba en una débil posición para continuar gobernando.
Fruto de esta incertidumbre política, el yen ha reaccionado con un nuevo retroceso frente al dólar, hasta las 153 unidades por dólar, con lo que retrocede al nivel al que cotizaba a finales del pasado mes de julio. La divisa nipona ya ha deshecho la fuerte apreciación que registró este verano, cuando el 5 de agosto la Bolsa japonesa se derrumbó en su peor sesión desde 1987 ante el temor a una recesión en EE UU y después de una inesperada subida de tipos por parte del Banco de Japón. Aquella jornada el yen se apreció con fuerza por el efecto colateral del carry trade, por el que inversores que habían tomado posiciones de riesgo en yenes se apresuraron a cerrarlas, causando así un fuerte repunte de la divisa nipona.
Aquel efecto continuó en las semanas posteriores y aproximó al yen hasta las 140 unidades por dólar, pero la divisa nipona emprendió luego el camino de vuelta, ante la posibilidad de que el Banco de Japón se tome con calma nuevas subidas de tipos y ante el tirón que está registrando el dólar frente al conjunto de divisas, aupado estos días especialmente con la posibilidad de un nuevo gobierno de Donald Trump. El dólar apunta a cerrar octubre con su mayor ascenso mensual en dos años y medio: los inversores perciben mayor riesgo inflacionista con Trump, capaz de enfriar expectativas de nuevos recortes de tipos de la Fed, mientras la economía de EE UU sigue dando muestras de solidez. En ese contexto, el yen se lleva la peor parte y, entre las diez mayores divisas mundiales, es la que más se debilita este mes frente al dólar, el 6,4%.
El Banco de Japón se reúne este jueves 31 de octubre y no se esperan cambios en los tipos de interés. La autoridad monetaria ya avanzó este verano que no subiría tipos en momentos de turbulencias en los mercados. “Tiene tiempo hasta diciembre. Además, el impacto de las elecciones en EE UU está por verse, con lo que la incertidumbre en los mercados está aumentando”, señalan en BNY. En el banco estadounidense señalan que el yen podría depreciarse a entre 155 y 160 unidades por dólar.
En ING prevén que el Banco de Japón eleve tipos en diciembre y que el yen encuentre cierta resistencia en el nivel actual de 153 unidades por dólar. Desde Julius Baer apuntan en cambio a que la autoridad monetaria nipona evitará este próximo jueves dar señales claras de una nueva subida de tipos en diciembre, que consideran más probable en marzo, y advierten de que el panorama político japonés es demasiado incierto. ”El mercado parece esperar que el PLD aún pueda formar una coalición más débil invitando a algunos partidos de la oposición a unirse, pero somos conscientes de que cualquier resultado político sigue siendo posible, por lo que la volatilidad de la renta variable podría ser bidireccional”, avisa el banco suizo. En la Bolsa japonesa, el Nikkei ha reaccionado al alza no solo porque la debilidad del yen favorece a las compañías exportadoras sino porque el revés al partido ahora en el poder anima a los inversores a esperar una política fiscal más expansiva, en la que se descarten medidas con las subidas de impuestos. Un escenario que en Julius Baer no dan por hecho.
En UBS también ven probable una mayor expansión fiscal como resultado de la inestabilidad política, como forma con la que asegurar una mayoría de gobierno. Esa expansión podría ser favorable en principio para la Bolsa nipona pero en el banco suizo reconocen estar más preocupados por el riesgo de cola de “vender Japón”. “No debemos olvidar la posibilidad de una rebaja de la calificación soberana”, señala la entidad. En lo que va de año, el Nikkei se anota un alza del 15,36%.