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¿Pisará el acelerador el BCE? La tesis de un recorte de 50 puntos básicos gana terreno

Las declaraciones de algunos de sus miembros y la creciente inquietud por la marcha de la economía impulsan la idea de que Fráncfort podría ser más agresivo en diciembre, aunque el sector más halcón se resiste

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante un encuentro organizado por el Banco Mundial y el FMI en Washington, este martes.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante un encuentro organizado por el Banco Mundial y el FMI en Washington, este martes.ANNABELLE GORDON (EFE)
Álvaro Sánchez

El debate en el seno del Banco Central Europeo está cambiando. Se está desplazando desde si se deben seguir recortando los tipos de interés o hacer una pausa, a si esas rebajas deben ser más pronunciadas de lo que están siendo hasta ahora. Fráncfort ha sido más agresivo que sus colegas de la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra —los ha reducido en 75 puntos básicos este año, frente a los 50 de la Fed y los 25 del BoE—, pero la rápida desescalada de la inflación y la creciente inquietud por el crecimiento en la zona euro está empujando a algunos de sus miembros a señalar públicamente que un descenso de 50 puntos básicos en la reunión del 12 de diciembre no es algo descabellado. Incluso después de haber encadenado dos reuniones consecutivas de bajadas por primera vez desde hace 13 años, en plena crisis financiera.

“Debe estar sobre la mesa”, señaló este jueves a la CNBC el gobernador del Banco de Letonia, Mārtiņš Kazāks, al ser preguntado por un recorte de 50 puntos básicos. “Pero tendremos esa discusión en diciembre”, aplazó. El hecho de que no se cierre en banda es significativo, porque su perfil suele encuadrarse en el ala de los halcones, más reacios a flexibilizar la política monetaria. Y sus declaraciones coinciden tanto con la tendencia en el mercado de futuros, donde ganan terreno las apuestas por un movimiento más audaz, como con la del euríbor, cuyo desplome hasta mínimos de hace dos años —este viernes cerró en el 2,56% en tasa diaria— está superando las previsiones más optimistas, para alivio de aquellos con hipotecas variables. El euro, en franco retroceso frente al dólar, también está recogiendo ese escenario de un BCE más activo al abaratar el precio del dinero.

La idea de pisar el acelerador está calando principalmente, como cabe esperar, entre los representantes de talante más paloma, caso del portugués Mario Centeno. Este miércoles dijo al mismo medio que la inflación de septiembre fue mucho más baja de lo que esperaban. “Ciertamente, los 50 puntos básicos [de recorte] pueden estar sobre la mesa, porque seguimos dependiendo de los datos, y los datos que estamos obteniendo apuntan en esa dirección”.

El desenlace no está ni mucho menos decidido. Hasta el 12 de diciembre faltan todavía casi siete semanas en las que los analistas del BCE observarán con lupa cada nuevo dato que arroje pistas sobre la marcha de la inflación y el crecimiento. Además, algunos miembros no están nada cómodos con esa ola que gana altura día a día. “No veo motivos para recortes de 50 puntos básicos”, dijo el gobernador del banco central lituano, Gediminas Šimkus, en una entrevista durante las reuniones del Fondo Monetario Internacional en Washington. “Lo importante es hacia dónde vamos”, remachó.

Con argumentos también contrarios se han manifestado el gobernador austriaco Robert Holzmann y el holandés Klaas Knot, que advirtió de que los salarios siguen subiendo a un ritmo demasiado elevado. En una posición más ambigua se colocaron el croata Boris Vujčić, “abierto a cualquier cosa dependiendo de los datos”, y el belga Pierre Wunsch, “no excluyo nada, pero es mejor ser graduales”.

Los analistas creen que, como mínimo, el BCE va hacia una tasa que rondará el 2% en junio de 2025, frente al 3,25% actual, es decir, que faltarían aún cinco recortes de 25 puntos básicos, o alguno menos si se decide acortar camino aumentando el volumen de los descensos. En esa línea están Hugo Le Damany y François Cabau, economistas de AXA IM. “Los riesgos están sesgados a la baja. No podemos descartar que el BCE decida un recorte de tipos de 50 puntos básicos en diciembre y/o que continúe su ciclo de relajación en el segundo semestre de 2025″.

¿Pánico por llegar a la neutralidad?

Carsten Brzeski, jefe de macroeconomía de ING, ve en el cambio de tono de algunos miembros del BCE, ahora más proclives a los 50 puntos básicos de recorte, “un sentimiento visceral, cada vez peor, sobre el estado de la economía de la eurozona, y la creciente conciencia de que la economía está nuevamente estancada en una debilidad estructural”. Pese a que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, insistió en la última reunión en que no habrá recesión en la zona euro, las noticias no son buenas. Especialmente para sus motores tradicionales. Como ya ha avisado el Bundesbank, Alemania puede volver a entrar en recesión técnica de forma inminente. Y Francia lidia con las estrecheces de unos presupuestos de crisis con grandes ajustes.

Brzeski, sin embargo, cree que hace falta más madera para ver un recorte de 50 puntos básicos. “Necesitamos ver otra tanda de datos de inflación real baja, más una revisión a la baja significativa de las previsiones de inflación y crecimiento. Sin estas revisiones, un presentimiento negativo por sí solo no será suficiente”. Y ve nervios en el BCE ante la posibilidad de que estén yendo demasiado despacio. “Lo que parecía una decisión bien equilibrada de reducir gradualmente el nivel de restricción de la política monetaria se está convirtiendo en un pánico por apresurarse a alcanzar la neutralidad lo antes posible”.

Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa percibe un exceso de entusiasmo. “Nos preocupa que, quizás, los mercados se estén dejando llevar demasiado rápido por un BCE que, normalmente, necesita un poco más de tiempo”. Y no tiene como escenario base una aceleración a final de año. “Seguimos pensando que probablemente será necesario un mayor deterioro de los datos para que el BCE aumente aún más el ritmo de los recortes. En particular, de cara a diciembre, creemos que los datos recientes probablemente no sean suficientes para hacer que el BCE suba otra marcha más”.

Entre las estadísticas clave, a comienzos de noviembre se conocerán los PMIs, unos indicadores muy seguidos por el BCE para calibrar el estado de la economía. Antes, el 31 de octubre, se publicará el dato preliminar de inflación de ese mes, donde se espera un alza desde el 1,7% actual por el efecto base negativo en la energía. Antes de la reunión del 12 de diciembre estará también disponibles los datos de inflación no definitivos de noviembre. Cualquier sorpresa, positiva o negativa, incidirá en la decisión final.

El último encuentro del año será un nuevo test para medir el grado de unidad y sintonía de los miembros del eurobanco. Hasta ahora, los consensos han sido prácticamente absolutos. Todas las decisiones de bajar tipos se han tomado por unanimidad salvo la de junio, cuando el halcón austriaco Robert Holzmann se opuso al recorte.

Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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