El precio del crudo pone a prueba la generosidad de las petroleras
Los valores petroleros viven un mal año en Bolsa ante la caída del precio del crudo. Los analistas esperan menores beneficios con un recorte en los planes de recompra de acciones, aunque los dividendos están garantizados
La esperada volatilidad en los mercados financieros es ya una realidad en el precio del petróleo, que en el año ha bajado más del 3% en su modalidad brent hasta los actuales 74 dólares el barril. En esta evolución ha llegado a superar los 90 dólares el pasado mes de abril y tocado mínimos este mismo septiembre en los 68,83 dólares, colocándose por primera vez desde noviembre de 2021 por debajo de los 70. El aterrizaje de la economía estadounidense y la falta de empuje de China -los dos principales consumidores de esta materia prima- llevan a los analistas a unas previsiones con una gran holgura de precios, que va desde los 60 dólares el barril hasta los 80 dólares para los próximos meses. Así, el mercado ha rebajado las expectativas de demanda en casi un millón de barriles diarios durante los próximos seis meses, en consonancia con un menor crecimiento global.
Es con esta cambiante materia prima con la que deben trabajar las petroleras, que en los últimos años han aumentado la generosidad hacia sus accionistas con dividendos crecientes y amplios programas de recompra de acciones. El mercado adelanta unos precios más bajos para el crudo que pueden chafar la elevada rentabilidad por dividendo y por recompras que ha ofrecido el sector. “Estimamos que el rendimiento de las acciones (dividendo y recompras) de las grandes petroleras de la Unión Europea en 2025 disminuya desde el 12,7% actual hasta el 11,7% (con el crudo a 70 dólares); al 11,2% con un precio de 65 dólares y al 10,7% si se sitúa en los 60 dólares el barril”, explican en un reciente informe desde el banco estadounidense Goldman Sachs.
La marcha de estas acciones en el año ya está descontando un escenario de precios más bajos en la principal materia prima del mundo. El gigante Shell ha subido en el año solo el 3,2%, mientras TotalEnergies se apunta una modesta revalorización del 0,6%, muy lejos de los índices generales. La española Repsol lidera las caídas del grupo con un recorte anual del 13%, seguida por la británica BP con un retroceso del 12% y cierra una caída del 7% la italiana Eni. Y mirando hacia la firma más importante del sector en el mundo, la saudí Aramco, las cosas no han ido mucho mejor: en lo que va de 20024 su precio ha bajado el 15,5% y actualmente cotiza en los 27,4 riales saudíes, un nivel inferior al de su salida a Bolsa allá por diciembre de 2019, cuando se estrenaba en 30,41 riales.
Para los analistas de Bank of America (BofA), esta mala evolución en Bolsa está ya contemplando un precio del petróleo de 70 dólares el barril. “Nuestras valoraciones de flujo de caja sugieren que la mayoría de los precios de las acciones de las grandes petroleras ya descuentan un escenario de 70 dólares a largo plazo”. Un nivel que afectaría menos a Shell y más a Repsol entre las petroleras analizadas.
Con este nivel de precios, los expertos de BofA apuntan a una caída media del 20% en el beneficio del sector para el año 2025, que llegaría a ser del 30% en el caso de que el precio del petróleo se moviera en los 60 dólares el barril. El escenario dibujado por Goldman Sachs es más optimista ya que sitúa el precio del crudo en los 80 dólares el barril. “Según nuestro supuesto de precio base del petróleo de 80 dólares, las grandes petroleras de la UE ofrecen actualmente un rendimiento de dividendos de alrededor del 6,3%, y las recompras respaldan nuestra expectativa de un rendimiento adicional del 6,6% para el grupo de grandes petroleras de la UE en promedio, lo que se traduce en retornos de efectivo totales de alrededor del 12,9% para los accionistas en 2025″, añaden en el banco estadounidense.
Bank of America espera una caída del beneficio del sector del 20% con el petróleo a 70 dólares y del 30% a 60 dólares
Los analistas no ven que un petróleo más bajo ponga en peligro la rentabilidad por dividendo de estos valores, pero sí avisan de la posibilidad de que se desacelere o interrumpa la recompra de acciones, la otra gran pata de la retribución al accionista. Un buen ejemplo sería Repsol, que en la presentación de resultados del primer semestre anunció un segundo programa de recompra de 20 millones de acciones durante la segunda mitad del año, equivalentes al 1,7% del capital, tras haber amortizado 40 millones de acciones el pasado 12 de julio. Un programa menos ambicioso mientras se mantiene la promesa de un dividendo de 0,975 euros por acción para 2025, lo que supone un incremento del 8% y una rentabilidad por dividendo a precios actuales superior al 7%.
Para Bank of America, el talón de Aquiles para el accionista será la recompra de acciones. En su opinión, las grandes petroleras recortarán sus recompras el próximo año, excepto Shell, Total Energy y Equinor. “Con una caída del precio del Brent en nuestro escenario alternativo, vemos que las recompras caerán en un 17,5% en comparación con nuestros niveles estimados de recompra para 2024. En este entorno de recompras decrecientes interanuales, esperamos la mayor caída en Repsol hasta en un 60% si el petróleo baja a 60 dólares. Por el contrario, Shell destaca con un aumento de 2.000 millones de dólares interanual en 2025 e incluso se mantiene estable en nuestro escenario alternativo de 60 dólares”, explican en el banco estadounidense.
Más optimistas, al menos a corto plazo, se muestran los analistas de Barclays que destacan el atractivo de los programas de recompra de acciones de las grandes petroleras. “El flujo de caja libre en el sector energético europeo se mantiene en niveles altos. Las sólidas posiciones de efectivo y los balances saneados permiten a las empresas utilizar el efectivo para financiar negocios con bajas emisiones de carbono, junto con reducciones de deuda y el mantenimiento de las recompras de acciones”, explican.
Desde el banco inglés destacan que BP se ha comprometido a hacer recompras por 3.500 millones de dólares en el segundo semestre del año, mientras TotalEnergies terminará a finales de este mes su plan de 2.000 millones de dólares. La italiana Eni acelerará la ejecución de un programa de recompra de acciones de 1.600 millones de euros, que puede ampliarse hasta un máximo de 3.500 millones de euros, en tanto que la portuguesa Galp recomprará 350 millones de euros en el ejercicio fiscal actual, con la intención de devolver un tercio del flujo de caja operativo a los accionistas.
Aunque la foto de hoy siga mostrando fortaleza, el temor de los analistas es que el compromiso de las petroleras de repartir entre un 30%-40% del flujo de caja a los accionistas se reduzca como consecuencia de que éste disminuya con el abaratamiento del petróleo y la caída de sus márgenes.
La opción Shell
El valor preferido para los analistas en este incierto devenir del precio del petróleo es la angloholandesa Shell, que sería la mejor preparada para lidiar con un descenso del crudo hasta los 60 dólares. Y eso que el pasado mes anunció un plan para reducir el 20% de su plantilla de explotación petrolera y gas. JPMorgan le da un potencial de subida del 31% hasta los 3.400 peniques y destaca la solidez de su plan de recomprar de acciones durante once trimestres consecutivos por valor superior a los 3.000 millones de dólares. Una solidez que también destacan desde Barclays: “Shell recomprará 3.500 millones de dólares antes del anuncio de los resultados del tercer trimestre de 2024, mientras apunta a una distribución a los accionistas del 30-40% del flujo de caja operativo”, explican.
Bank of America también tiene a Shell como clara compra por su resistencia en la retribución al accionista en los escenarios de precios más exigentes. En Goldman Sachs comparten argumento y defienden que “Shell es una de las acciones más defensivas en nuestra cobertura con el punto de equilibrio más bajo (dividendos más recompra) de 69 dólares el barril en el sector, uno de los balances más sólidos y un desapalancamiento en curso, con la reducción de 5.000 millones de dólares en deuda neta en el primer semestre de este año. Ofrece el mayor crecimiento del flujo de caja del sector”. También desde Berenberg mantienen su opinión positiva sobre las acciones de la petrolera británica, con una recomendación de compra, aunque el precio objetivo se reduce de 3.400 a 3.100 peniques.
Los analistas del JPMorgan se muestran positivos con las petroleras en un reciente informe. Sitúan el precio objetivo de TotalEnergies en los 72 euros por acción, frente a los 62 actuales y el de Eni en 18,5 euros (ahora en 14,4 euros). También ven recorrido alcista en Repsol hasta los 17 euros desde los 11,6 en los que se mueve ahora y la incluyen en la lista de petroleras europeas favoritas del banco estadounidense.
Las recomendaciones sobre la petrolera española son, en general, positivas, aunque las revisiones de su precio objetivo se orientan a la baja. En Bankinter destacan que entre recompra de acciones y dividendos efectivos, en 2024 la compañía tiene comprometidos 1.095 millones de euros, que supone en total una remuneración del 6,7%. Recomiendan comprar y recalcan las “buenas cifras de los resultados semestrales, que demuestran la capacidad de la compañía de desenvolverse en contextos adversos como el actual”. Por su parte, GVC Gaesco Valores mantiene su recomendación de compra con un precio objetivo reducido de 18 a 15,50 euros, con margen de subida importante sobre los niveles actuales. Peor visión tiene el suizo UBS, que esta semana rebajó su recomendación de Repsol a neutral desde comprar, recortando el precio objetivo desde los 17 euros hasta los 11,50 euros por acción y poniendo en duda su retribución al accionista hasta 2027. Hace unos días, los expertos de Berenberg rebajaron el precio objetivo de Repsol hasta 13,50 euros por acción desde los anteriores 15,50 euros por título, al tiempo que reiteraban su consejo de mantener el valor en cartera.
El petróleo y su evolución están detrás de muchas de las revisiones a la baja de los precios objetivos de las petroleras por parte de los analistas. Sin duda, la sorpresa para este sector vendrá de la mano de la evolución de esta materia prima en los próximos meses. La OPEP redujo de nuevo este mes su previsión de demanda de crudo ante el enfriamiento de las dos mayores economías del mundo, China y Estados Unidos