El furor por las letras del Tesoro comienza a agotarse con la bajada de tipos
La demanda a 12 meses es la más baja en el último año. El ahorro empieza a trasladarse a monetarios o a letras a plazos aún más cortos para exprimir rentabilidad
La subasta de letras del Tesoro a seis y doce meses de septiembre ha dejado una señal del que puede ser el principio del fin del furor por este tipo de activo. Las letras a doce meses, las más demandadas por los pequeños ahorradores, han recibido el menor volumen de peticiones del último año por parte de los particulares, con apenas 695,25 millones de euros. Hay que remontarse a septiembre del año pasado para encontrar un volumen de peticiones tan bajo en el que ha sido el producto estrella del ahorro más conservador en los últimos tiempos. Con la bajada de tipos, y el descenso que está provocando en las rentabilidades que paga el Tesoro, los ahorradores están empezando a inclinarse por letras a plazos aún más cortos, en los que apurar algunas décimas más de ganancia, y por fondos monetarios, también a corto plazo y en los que la banca está poniendo toda la carne en el asador.
La subasta de letras que realizó este martes el Tesoro dejó rentabilidades un poco más bajas en las letras a seis y doce meses, reflejo del cambio de rumbo que ha emprendido el BCE en su política monetaria. La institución decidió en junio la primera bajada de tipos de interés en ocho años, de 25 puntos básicos, al 4,25%. Y el próximo día 12 se espera un nuevo recorte de otros 25 puntos básicos. La rebaja de tipos de junio apenas impactó en el volumen de peticiones de los particulares en las subastas de letras de julio y agosto, con solicitudes superiores a los 1.000 millones de euros en el plazo de doce meses, pero la subasta de septiembre deja un descenso en esa demanda que va más allá del efecto estacional de la vuelta de vacaciones. Los expertos coinciden en que se trata del inicio de un cambio de tendencia en el ahorro más conservador.
La rentabilidad de las letras a doce meses ha descendido en septiembre al 2,97% desde el 2,975% de la subasta de agosto y ahonda un poco más en los mínimos desde febrero de 2023. En las letras a seis meses el interés que paga el Tesoro pasa del 3,267% al 3,242%, en mínimos de mayo del año pasado pero superior al de las letras a doce meses, lo que explica que en este caso sí haya aumentado la demanda de los particulares. Mientras las peticiones han retrocedido con claridad al plazo de un año -de 1.107,29 millones de agosto a 695,25 millones en septiembre-, las solicitudes de los pequeños ahorradores de letras a seis meses crecen en septiembre de 788,86 a 854,2 millones de euros. Un ascenso que aun así queda a bastante distancia de los máximos superiores a los 1.000 millones solicitados en mayo.
“Estamos viendo en nuestros clientes un cambio desde letras del Tesoro a fondos monetarios. Los ahorradores se están dando cuenta de la ventaja fiscal de los fondos de inversión, que no tributan por los traspasos”, explica David Cano, socio de Afi y director general de Afi Inversiones Globales. La demanda de letras del Tesoro se disparó de forma arrolladora a principios de 2023: el alza de tipos que había iniciado el BCE en julio de 2022 devolvió apresuradamente el atractivo a un activo de renta fija que llevaba años dando una rentabilidad negativa. En el inicio de 2023, las peticiones de los particulares en letras a un año -que hasta entonces eran testimoniales- dieron un salto espectacular desde los 301,8 millones de enero a los casi 1.200 millones en la subasta de febrero. Los ahorradores hacían cola a las puertas del Banco de España para hacer sus peticiones, mientras colapsaba la web del Tesoro con las solicitudes online.
La demanda de letras se ha mantenido sólida en los últimos meses, pero está dando muestras de debilidad no solo por el descenso de rentabilidades sino también, como apunta Cano, por el hecho de que muchos ahorradores, después de haber estado reinvirtiendo su ahorro en letras en sucesivas emisiones del Tesoro, están optando por el mayor beneficio fiscal de los fondos, en los que se tributa solo cuando hay reembolso, no por los traspasos. “Los monetarios tienen comisiones muy bajas, de apenas el 0,3%, y están dando rentabilidades del 3,5% en los últimos meses. En cualquier caso, el ahorrador debe mentalizarse de que la época de los retornos del 3% ó el 3,5% libres de riesgo se acabó”, añade David Cano.
Antonio Gallardo, responsable de estudios de Asufin, reconoce que “el factor estacional influye en una menor demanda de letras del Tesoro en septiembre pero lo cierto es que no hay tanto interés como antes”. En 2023 sí trasladaron con gran rapidez las subida de tipos a su rentabilidad, que llegó a alcanzar el 3,8% a doce meses, pero la previsión es que vaya en descenso sin remedio. En su opinión, las letras siguen siendo un buen producto en comparación con los depósitos, que en ningún momento han llegado a ser competitivos para el ahorro conservador. CaixaBank, líder en España en depósitos bancarios, está ofreciendo un interés del 1% TAE a doce meses, más un 0,25 adicional por contratar un seguro de hogar, vida o salud. De hecho, en las señales de agotamiento que muestra la demanda de letras tiene que ver la ofensiva que está lanzando la banca en fondos monetarios, que también invierten en los plazos de deuda a más corto plazo. CaixaBank está batiendo récords y su fondo CaixaBank Monetario Rendimiento logra las mayores captaciones en lo que va de 2024, por más de 7.000 millones de euros, que elevan el tamaño del vehículo más allá de los 17.000 millones de euros, una magnitud nunca vista en el mercado español de fondos.
Para Gallardo, es buen momento para ir trasladando parte del ahorro en letras del Tesoro a renta fija a muy corto plazo, con la que exprimir al máximo las rentabilidades, y a los monetarios, a pesar de que sus rentabilidades también van a ir siendo decrecientes ante las bajadas de tipos. Desde Auriga Bonos, plataforma de negociación de renta fija muy activa en la oferta de letras del tesoro tanto españolas como de otros países, reconocen que están trasladando al cliente la idea de ir tomando posiciones en activos con algo más de vencimiento, de al menos dos años. Así, quien compre ahora una letra a doce meses se va a encontrar irremediablemente con rendimientos más bajos cuando venza su inversión, lo que da más atractivo a invertir en plazos algo más largos para asegurar más rentabilidad. “Si se opta por las letras, mejor a plazos muy cortos”, apunta Nacho Zafra, analista de mercados de Auriga Bonos, que recuerda que el mercado ya ha descontado las próximas rebajas de tipos. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ya reconoció a finales de agosto que “ha llegado el momento” para el recorte del dinero en EE UU. Para el ahorro conservador habría llegado el momento de buscar alternativas a las letras a un año.
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