El índice PCE, el indicador de inflación favorito de la Fed, se mantiene en el 2,5% en vísperas de la rebaja de tipos
El dato sigue dejando el camino despejado para que Jerome Powell rebaje el precio del dinero el 18 de septiembre
La economía estadounidense sigue en busca del aterrizaje suave. Después de que la Oficina de Análisis Económico revisase este jueves al alza su estimación de crecimiento del segundo trimestre (hasta una tasa anualizada del 3%), el viernes ha sido el turno del índice PCE, un deflactor de los gastos de consumo personal que es el indicador de inflación preferido por la Reserva Federal. Dicho índice se ha situado en el 2,5% en el mes de julio, la misma tasa que en junio, en vísperas de que el banco central de Estados Unidos rebaje el precio del dinero por primera vez desde marzo de 2020, hace cuatro años y medio. El dato es algo mejor que el que esperaba el mercado.
Este jueves, la Oficina de Análisis Económico difundió su segunda estimación de crecimiento del producto interior bruto para el segundo trimestre. La primera apuntaba a un crecimiento trimestral anualizado del 2,8%, que ahora ha sido elevado a un 3%. El crecimiento trimestral es del 0,7% y el interanual del 3,1%, cifras que muestran una economía vigorosa con un consumo que sigue siendo un motor esencial del dinamismo. Ese crecimiento se logró con una subida anualizada de los precios del 2,5%, medida por el índice PCE.
El dato de este viernes corresponde ya al tercer trimestre y muestra que el índice PCE general se mantiene en el 2,5% interanual por segundo mes consecutivo, una décima menos de lo que esperaba el mercado. La subida mensual ha sido del 0,2%, como se esperaba. Por su parte, la inflación PCE subyacente, que excluye los alimentos y la energía, se mantuvo en el 2,6% interanual al que ya había bajado en mayo y junio, desde el 2,8% de marzo y abril. Los analistas esperaban un repunte hasta el 2,7%. La subida mensual también ha sido del 0,2%.
Los datos de este viernes también muestran que tanto la renta disponible como el consumo mantienen su pujanza, lo que, junto con la contención de los precios, abona la tesis de que el presidente de la Fed, Jerome Powell, está teniendo éxito en la maniobra de aterrizaje suave.
Powell dejó claro la semana pasada en el simposio económico de Jackson Hole que “ha llegado el momento” de bajar los tipos, de modo que se da por hecho el primer recorte para la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del próximo 18 de septiembre. Los miembros de ese comité que decide la política monetaria han ganado confianza en que la inflación se dirige de forma sostenible hacia el objetivo del 2%.
La intensidad de la rebaja del precio del dinero, que la mayoría cree que será de 0,25 puntos, puede depender de los datos del mercado laboral que se publiquen en las próximas semanas, especialmente el informe de empleo de agosto, que se difunde el 6 de septiembre.
La Reserva Federal mira con más atención al indicador de inflación PCE que al índice de precios al consumo (IPC), que en julio se situó en el 2,9%, bajando del 3% por primera vez desde 2021. El índice PCE trata de tener en cuenta los cambios en la forma de comprar de la gente cuando la inflación aumenta. Puede reflejar, por ejemplo, cuando los consumidores cambian las marcas más caras por otras más baratas. En general, el índice PCE tiende a mostrar una tasa de inflación más baja que el IPC, en parte porque los alquileres tienen el doble de peso en el IPC y se computan con cierto decalaje.
Aunque la batalla contra la inflación no está aún ganada, pues falta tiempo para que los índices lleguen al objetivo de estabilidad de precios, la Reserva Federal está preocupada ahora por su otro mandato: lograr el máximo de empleo posible. En Jackson Hole, Powell certificó ese cambio de ciclo de la política monetaria y dejó claro que utilizará el “amplio margen” de que dispone para prevenir un enfriamiento excesivo del mercado laboral.
Las perspectivas de una rebaja del coste de los fondos federales han provocado la caída de los tipos de interés a largo plazo, tanto los de títulos del Tesoro como los que sirven de referencia para el mercado hipotecario. Según datos de la firma Freddie Mac, el tipo medio de las hipotecas a 30 años ha bajado esta semana al 6,35%, su mínimo en más de un año, aunque todavía en niveles altos comparados con los de la historia reciente. Hace un año, el tipo medio era del 7,18%. Se espera que los tipos hipotecarios sigan tendiendo a la baja en general este año.
Los datos de inflación también forman parte del debate político a poco más de dos meses de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Las subidas de precios erosionaron la popularidad de Joe Biden (y, en menor media, de Kamala Harris, sin competencias en la materia) y han servido como parte del arsenal de Donald Trump y los republicanos desde hace casi tres años.
“El informe de hoy muestra que estamos haciendo verdaderos progresos, con una inflación que cae al 2,5%, el nivel más bajo en más de tres años”, ha dicho Joe biden a través de un comunicado difundido por la Casa Blanca. “Los salarios están creciendo más que los precios, dando a la gente 1.400 dólares más de ingresos desde la pandemia. Pero aún queda trabajo por hacer. Los precios siguen siendo demasiado elevados, y la vicepresidenta Harris y yo estamos luchando para reducir los costes construyendo 3 millones de nuevas viviendas y ampliando nuestros topes para los medicamentos recetados a todos los estadounidenses. También estamos reduciendo los costes invirtiendo en una producción energética récord. Los precios en el surtidor son casi 50 céntimos más bajos que hace un año, los precios más bajos de la gasolina en el Día del Trabajo en tres años”, ha añadido, en un mensaje en clave de campaña.
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