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La industria armamentística saca partido en Bolsa al caos geopolítico

La industria aeroespacial y de defensa consolida la ganancia en beneficios y valoración iniciada con la guerra de Ucrania y ampliada con el conflicto en Gaza

Presentación en Badajoz de la misión del Ejército de Tierra en Letonia
Presentación en Badajoz de la misión del Ejército de Tierra en LetoniaJuan Carlos Hidalgo (EFE)

La industria armamentística está viviendo buenos tiempos en Bolsa gracias a las tensiones geopolíticas, que se concretan en la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022 por parte de Rusia y en la escalada bélica iniciada en Oriente Próximo el pasado octubre tras los ataques de Hamás y la réplica israelí sobre Gaza que sigue sin detenerse. Los datos lo reflejan: el índice mundial MSCI World & Defense logró subir un 13% en 2022, mientras ese año su versión de conjunto, el MSCI World, caía el 18,14%. El pasado año, el sector mundial de la defensa amainó las ganancias pero aun así fueron del 15,5%, frente a la subida del 27% del conjunto del mercado.

La relación causa-efecto entre guerra y beneficios no admite discusión, tal y como apunta el veterano analista Pablo Gil, de IG Markets: “En un entorno de gran inestabilidad geopolítica, muchos países buscan reforzar su seguridad o reponer el arsenal de armas que está usando su ejército, lo que provoca que estas empresas experimenten un aumento significativo de sus ingresos y, con ello, de sus cotizaciones bursátiles”. Como ejemplos más destacados del sector armamentístico se encuentran Lockheed Martin, el mayor contratista de defensa del mundo, que se anota desde enero de 2022 una subida en Bolsa del 22%. Northrop Grumman, el quinto fabricante de armas a nivel global, ha subido en ese tiempo más de un 13%. En el caso de General Dynamics, un conglomerado estadounidense del sector aeroespacial y militar, la revalorización supera el 28%. Sus cotizaciones superaron el revés bursátil generalizado en 2022 y se han consolidado durante 2023.

El sector de defensa prolonga el rally en Bolsa

La firma de servicios de consultoría financiera Accuracy acaba de terminar un estudio sobre una veintena de compañías estadounidenses y europeas de defensa que vincula el buen momento bursátil y el empresarial. “Desde el 24 de febrero de 2022, el aumento promedio en el precio de las acciones de las empresas analizadas ha sido del 59,7%, mientras que el rendimiento de los índices S&P 500 y Stoxx Europe 600 en este periodo ha sido del 13,4% y 7,4%, respectivamente”. Y añaden: “Se observa un incremento gradual en ventas y beneficio de explotación (ebitda) durante el periodo, lo que contribuye a un aumento de la capitalización bursátil”. Eso sí, las compañías europeas de armamento han tenido una mejor evolución: el valor bursátil creció un 25% en las estadounidenses y en el Viejo Continente fue del 75%. La triste vuelta de la guerra a territorio europeo ha sido un acicate importante para su industria bélica.

Un informe de Bank of America (BofA) sobre este sector europeo apunta a fuertes crecimientos de los beneficios en el próximo año, apoyados en el aumento del gasto en defensa destinado al conflicto ucraniano. Eso sí, desde esta entidad explican también que las valoraciones de las compañías armamentísticas son elevadas y cotizan a múltiplos superiores a los registrados antes de la guerra europea. “En los últimos dos trimestres hemos observado un cambio en el tono de las empresas, en particular en las alemanas (Rheinmetall y Hensoldt), que han notado una aceleración de pedidos. Es probable que la demanda siga fuerte y creemos que estamos en la primera parte de un ciclo de crecimiento de varios años en defensa”. Y añaden: “Este fuerte impulso y la expansión del margen nos lleva a esperar un crecimiento del beneficio por acción del 23% hasta 2025 para el sector europeo”, indican. La británica Babcock y la germana Rheinmetall se sitúan en primera línea de las expectativas de mejores ganancias.

Goldman Sachs no ve las cosas claras para el sector de defensa en Estados Unidos, que se mueve en ciclos de inversión de diez años y ahora estaría tocando techo, por lo que solo cabría esperar reducción del gasto. Además, considera que las valoraciones de estas acciones ya dejan poco espacio para la subida. Por último, apunta a que el Pentágono mantiene unos contratos más estrictos con la industria armamentística, lo que repercute en sus márgenes empresariales. “A medida que el actual ciclo ascendente del presupuesto se acerca a los diez años, creemos que hay más riesgo a la baja para el gasto en defensa”, concluye.

La visión de esta entidad cambia para el sector de defensa europeo, cuyos resultados del tercer trimestre del pasado año apuntan a un fuerte crecimiento de ventas y pedidos. Así, mientras los valores estadounidenses analizados por Goldman tienen el cartel de vender, en los europeos sigue mandando la compra.

Valores

El fabricante europeo de aeronaves Airbus es una apuesta clara para los analistas. Bank of America le otorga un precio objetivo de 208 euros (ahora cotiza en los 149 euros), basado en el aumento de la producción, mientras espera una caja neta de 11.000 millones de euros que le permitirá amortizar acciones. Por su parte, Goldman destaca el aumento de entregas para este año y espera unas cuentas de 2023 con un beneficio antes de intereses e impuestos (ebit) de 6.300 millones de euros. Otro valor europeo que gusta a ambos bancos de inversión es la alemana Rheinmetall que BofA valora en 410 euros (ahora en 332 euros). “Creemos que Rheinmetall se está beneficiando de una perspectiva de crecimiento sostenido y una valoración de 10 veces beneficio operativo frente a 12 veces de media del sector”.

Hay unanimidad de compra en la europea Safran, multinacional francesa de alta tecnología, especializada en defensa, equipamiento aeronáutico y seguridad, que cotiza a 172 euros y Bank of America valora en 208 euros. “Los resultados de todo el año pasado que se conocerán en febrero de 2024 son el próximo catalizador importante para estas acciones, por la prevista mejoría de márgenes”, explican desde Goldman, mientras que Bank of America espera un fuerte crecimiento del beneficio operativo y de generación de caja en la presentación de sus cuentas, situación que se prolongará durante todo 2024.

Menor margen de subida da Bank of America a la también francesa Thales, con un precio objetivo de 146 euros (ahora 135 euros): “No vemos un margen significativo para una recalificación desde nuestro actual neutral hasta bien entrado este año y encontramos los catalizadores positivos limitados a corto plazo. Creemos que continuará el fuerte crecimiento en el sector aeroespacial, pero con presión sobre los márgenes”, explican.

Rolls-Royce, Melrose, BAE Systems o Saab son otras de las apuestas claras de Bank of America para el sector armamentístico europeo. Goldman se muestra neutral con los títulos de Dassault, Leonardo o MTU.

En cuanto a las compañías armamentísticas de EE UU, potencia mundial del gasto en defensa, afrontan la incertidumbre de cuál será el nivel de inversión a futuro. “El gasto en defensa de Estados Unidos como porcentaje del PIB ha disminuido a lo largo de los años y actualmente se sitúa en el 3,1%. Se espera que este porcentaje disminuya aún más, hasta el 2,8%, para 2033, situación que podría generar desafíos futuros para el Departamento de Defensa de EE. UU”, señalan en Deloitte. Aunque en un mundo cada vez más convulso, será clave la política que adopte el ganador de las presidenciales que se celebrarán en noviembre.

Goldman solo salva del consejo de venta a unos pocos valores. Se libran Teledyne (“negocio bien administrado, expuesto a mercados finales de alto crecimiento, altos márgenes y un buen flujo de caja”); Bozz Allen Hamilton (“constantemente produce crecimiento, márgenes y flujo de efectivo líderes en la industria. La acción continúa cotizando con una prima respecto a sus pares, pero el beneficio operativo lo justifica”) y, por último, Leidos (“ha firmado recientemente nuevos e importantes contratos, lo que ha impulsado fuertes reservas y una mayor visibilidad del crecimiento a medio plazo”), explican.

Para los gigantes del sector, como Lockheed Martin o Northrop Grumman –que acaba de anunciar una cartera de pedidos en máximos pero resultados por debajo de lo esperado–, el consejo mayoritario entre el consenso de analistas es de mantener, por encima del 60%, con muy pocas recomendaciones de venta.

La perspectiva de beneficios para el sector es clara aunque después de un 2022 eufórico y de un 2023 de consolidación, con la sorpresa el conflicto de Oriente Próximo en el último trimestre del pasado año, la inversión en la industria armamentística exige ahora más prudencia. Sin duda, un paradójico negocio de fuertes plusvalías que suele ir asociado con lo peor del ser humano, la guerra.

Indra, la solitaria estrella del Ibex en el inicio de año

Defensa. La compañía Indra Sistemas lidera la rentabilidad del Ibex 35 en estos primeros compases del año con una subida del 15% en un entorno de pérdidas generalizadas. Se trata, además, de la única cotizada española con un peso relevante en el sector de la defensa ya que representa el 18% de sus ventas y, según estimaciones de los  analistas de Bankinter, aporta el 25% del beneficio operativo. Su negocio de defensa la ha impulsado, según estos analistas: “Indra a medio plazo se ve beneficiada del incremento del gasto en defensa de los países de la UE debido al conflicto en Ucrania (tras muchos años donde los presupuestos de defensa se habían visto reducidos o pospuestos)”.  

Acciones. También los movimientos accionariales en los últimos años han despertado el interés por Indra. Lidera el accionariado el Estado español que, a través de la SEPI, controla el 28% del capital. Además, han llegado nuevos inversores con importantes paquetes. Son los casos de las también empresas de defensa Escribano (8%) y Sapa Placencia (7,94%), a las que se suman Amber Capital y Fidelity.

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