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Bolsa

El turismo se deja 18.700 millones en Bolsa por la guerra de Gaza y el alza del crudo

El sector en Europa retrocede un 12% desde mediados de septiembre y cae a mínimos de enero

Sector europeo de viajes y ocio y sus empresas
Carlos Cortinas Cano
Gema Escribano

El turismo ha sorteado con holgura la inflación. El sector ha vivido una buena campaña de verano que se ha alargado más de lo previsto por unas temperaturas anormalmente cálidas. El viento corría a favor para que uno de los sectores más golpeados por la pandemia prolongara el rally en Bolsa y recuperara los niveles previos al estallido del Covid. Sin embargo, la escalada de los precios del crudo y el estallido del conflicto en Oriente Medio han acelerado la corrección. Desde el pasado 15 de septiembre el sector en Europa cede un 12% y cae a niveles de enero, coincidiendo con el levantamiento de las restricciones en China. Estos descensos llevan a las firmas que integran el sector en Europa a evaporar 18.703,25 millones de capitalización bursátil.

IAG es la única española que forma parte del sector de viajes y turismo del Viejo Continente, pero dentro del Ibex 35 otras tres cotizadas (Aena, Meliá y Amadeus) operan en el negocio y no han escapado a los recortes. Incluyéndolas, las pérdidas se amplían a los 22.905,47 millones.

Desde que a mediados de septiembre el Brent acelerara las subidas y llegara a coquetear con los 96 dólares, el sector turístico ha sido el más golpeado. Mientras petroleras como Repsol recogían los frutos y sus acciones no solo revalidaban máximos anuales, sino que se encaminaban a pulverizar récords, aerolíneas como IAG, Lufthansa, Air France y Ryanair aceleraban las caídas. Los temores de recesión y la negativa de la OPEP+ a avanzar lo que hará en 2024 provocó una pequeña corrección del petróleo que sirvió de balón de oxígeno a las aerolíneas y al conjunto del sector.

El alivio duró poco. El inicio de la guerra entre Israel y Hamás golpeó por partida doble al sector. Además de verse afectadas por el incremento de petróleo, la cancelación de vuelos a Tel Aviv devolvió las sombras a las cotizadas turísticas y más especialmente a las aerolíneas. Aunque el consenso de los analistas considera poco probable que la escalada de las tensiones en Oriente Medio acabe provocando la entrada en acción de Irán, uno de los principales productores de crudo, en las últimas dos semanas el temor a que se produzcan interrupciones de los suministros ha servido de impulso al petróleo. El Brent ha pasado de los 84 dólares a rozar los 92 dólares ayer al cierre.

El ascenso del oro negro se traduce en incrementos de costes para las aerolíneas. El combustible presionará los costes operativos de las compañías aéreas que se verán obligadas a aumentar las tarifas de algunas de sus rutas. Todo ello en un contexto de desaceleración. Con una caída del 15,8% desde el 15 de septiembre, la alemana Lufthansa ha borrado más de 1.520 millones. Por su parte, la aerolínea de bajo coste Ryanair ha cedido un 11,12% en el mismo periodo, caídas que en dinero se traducen en la pérdida de 2.107 millones de valor en Bolsa. Mayor resistencia han mostrado IAG y Air France con descensos del 7,74% y el 7,57%, respectivamente. Entre las dos dicen adiós a 1.015,32 millones.

Aunque la paralización de la actividad tras el estallido de la guerra añade más presión al sector de las aerolíneas, Alfonso de Gregorio, director de inversiones de Finacess Value, señala que compañías como IAG cuentan con una posición sólida. Una generación de caja abundante y la liquidez son vistas como alguna de las fortalezas para capear las sacudidas.

Superiores a las pérdidas de las aerolíneas son las registradas por Amadeus, que en las últimas cinco semanas evapora 3.622 millones. El proveedor de servicios tecnológicos para el sector turístico se ve perjudicado por la paralización de la actividad que generan las guerras. En un entorno hostil como el actual en el que existen dos conflictos bélicos, los inversores posponen sus escapadas. Amadeus, además de gestionar las reservas de billetes aéreos, se ha adentrado en el negocio de las reservas hoteleras, una división que en el segundo trimestre generó unos ingresos de 222 millones, por encima incluso de los 200 millones que logró en el mismo periodo de 2019, antes del estallido de la pandemia.

Las cadenas hoteleras no quedan al margen de las sacudidas. Aunque estas compañías no sufren el incremento de los costes derivados del alza del crudo, se ven penalizadas por las cancelaciones. Los analistas señalan que las caídas registradas en las últimas jornadas son las propias de cualquier conflicto bélico, que lleva aparejada una paralización de la actividad. El turismo es una actividad con gran peso en la economía israelí pues representa el 2,8% del PIB y alrededor del 3,5% del empleo total. Intercontinental Hoteles ya dijo la semana pasada que dos de sus hoteles, Six Senses Shaharut y Hotel Indigo Tel Aviv-Diamond District, estaban cerrados. Al cierre de las plazas hoteleras en la zona en conflicto se suma la inestabilidad que genera la guerra en los países de alrededor. La cadena hotelera Accor se deja 1.176,13 millones, mientras Intercontinental Hotels dice adiós a 445,98 millones y la española Meliá pierde 212,7 millones.

Mantiene unas ganancias del 6,5% en el año

Bolsa. A pesar de la fuerte corrección de las últimas cinco semanas, el sector de viajes y ocio logra mantener las ganancias en el año, unos ascensos que se limitan al 6,48%. Los analistas no se atreven a hacer predicciones sobre cómo se comportará esta industria. Aunque el conflicto permanece acotado a los territorios de Israel y Gaza, la tensión es elevada en una región de complejas alianzas. El consenso confía en que otros países no entren en escena y la guerra se acote en el tiempo. Algo que de confirmarse ayudaría a la recuperación del sector. Con independencia de los precios energéticos, la vuelta a la actividad frenará el daño eventual en las cuentas.
Energéticas. El único sector que escapa a las caídas desde el pasado 15 de septiembre es el energético, que avanza un 1,59% y roza máximos de junio de 2014. El aumento del Brent y del gas –en las últimas jornadas se ha visto sacudido por la suspensión de la producción en los campos israelíes y la sospechas de sabotaje al gasoducto que conecta Finlandia y Estonia– ayudarán a pulverizar los resultados de las empresas que operan el sector.

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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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