La justicia da la razón a una empleada del Santander despedida por contratar un apartamento estando de baja
Un juzgado de Pontevedra obliga a la entidad a la readmisión tras vulnerar su derecho a la intimidad y a abonar de los salarios que dejó de percibir desde su despido
“No toda actividad desarrollada durante la situación de incapacidad temporal puede calificarse como conducta desleal sancionable con el despido”. Así lo ha determinado el Juzgado de lo Social número 1 de Pontevedra, que ha declarado improcedente el despido de una trabajadora del Banco Santander, que fue acusada de simular una baja por atender la reserva de un apartamento turístico mientras estaba de baja laboral por una dolencia en un tobillo.
El Juzgado de Pontevedra ha estimado parcialmente la demanda de la empleada despedida y ha condenado al banco a la readmisión de la trabajadora, al abono de los salarios que dejó de percibir desde su despido y a la indemnización de 7.501 euros por vulneración del derecho fundamental a la intimidad, por el acceso a sus datos bancarios sin autorización ni aviso para comprobar su vinculación con el piso turístico, según la sentencia a la que ha tenido acceso CincoDías.
Asimismo, el juez da la posibilidad de rechazar la readmisión, a cambio del pagar otra compensación de 114.564 euros. Contra esta sentencia cabe imponer recurso ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
Según explica la resolución, la demandante recibió el 4 de abril de 2023 un burofax, con fecha del 31 de marzo, en el que se comunica el despido disciplinario. En el texto de la carta se incluía la relación de la empleada del banco con el apartamento turístico. Según relata los hechos probados, unos días antes, el 17 de marzo, la demandante atendió una llamada telefónica de un detective privado que se hizo pasar por un potencial cliente. Asimismo, consta un mensaje de texto posterior, en el que la demandante informó del coste de la reserva del inmueble.
El 24 de marzo, la trabajadora despedida por el Banco Santander recibió al detective, pensando que era un cliente, para darles las indicaciones pertinentes sobre la entrada al apartamento reservado. Según indica el fallo, la persona comercializadora era su pareja.
No hay pruebas de simulación
La demandante se encontraba en situación de incapacidad temporal, desde el 28 de julio de 2022, que le impedía hacer su trabajo, ya que para ello tenía que realizar desplazamientos. En opinión del magistrado, el hecho de que la empleada haya acudido a traumatólogos y centros de rehabilitación durante el periodo de baja permite concluir que no existe una “simulación de enfermedad, ni tan siquiera una voluntad de prolongar la baja impidiendo o demorando la reincorporación al trabajo”.
A ello, añade el juez, que tampoco hay indicios para pensar que “las características de la actividad realizada por la demandante pudiera perturbar su curación”, ni evidencia alguna de que “en realidad se encontraba plenamente capacitada para el desempeño con habitualidad y profesional” de las tareas propias de su puesto de trabajo.
Ante esta noticia, la CIG ha criticado la posición de la entidad, asegurando que ejecuta despidos disciplinarios injustificados para “amedrentar” a su personal, según ha informado la agencia EuropaPress.
El sindicado ha explicado en un comunicado que la afectada era gestora de empresas en una oficina de Pontevedra y fue sancionada con un despido disciplinario basándose en una supuesta falta muy grave por “simular enfermedad o accidente y la realización de actividades incompatibles con su situación de baja por enfermedad”.
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