El Brent supera los 90 dólares y el gas se dispara un 51% en la semana
El gas firma su mayor subida desde el estallido de la guerra en Ucrania
El recrudecimiento de las tensiones en Oriente Medio devuelve las subidas del petróleo. Después de la calma tensa de las últimas jornadas, el aviso dado por Israel para evacuar la franja de Gaza reaviva el temor a una escalada de las tensiones. El Brent se ha encarecido el viernes un 5,64% y ha superado los 90 dólares el barril. El miedo a que el conflicto acabe desestabilizando el frágil equilibrio en la región y afecte al suministro mundial lleva al crudo a avanzar un 7,38% en su semana más alcista desde el pasado mes de febrero. El repunte del oro negro se ve reforzado por decisión de EE UU de endurecer las sanciones contra las exportaciones de crudo ruso.
“El mercado del petróleo se siente diferente tras el estallido del trágico conflicto. Rápidamente surgieron temores sobre una escalada en Oriente Medio y sobre interrupciones en el suministro de petróleo y otra sacudida de los precios. Sin embargo, este escenario de crisis del petróleo parece muy improbable”, señala Norbert Rücker, director de Economía e Investigación de Próxima Generación en Julius Baer. Aunque en las últimas jornadas se ha llegado a especular con la posibilidad de que Irán estuviera implicado en los atentados del pasado sábado, el experto señala que existen pocos indicios. Si los rumores se confirmaran el conflicto subiría de tono.
De acuerdo a las estimaciones de Bloomberg, una escalada de la guerra que acabe provocando la entrada en acción de Irán, unos de los principales productores, podría traducirse en un recorte de la producción y acercaría al barril a los 150 dólares, muy por encima de los 100 dólares que esperaban los analistas el mes pasado.
Como ya se ha puesto de manifiesto en los últimos datos de inflación, el aumento de los precios energéticos complica la tarea a los bancos centrales. La posibilidad de que las tasas hayan tocado techo se desvanece, ya que el objetivo del 2% que establecen las autoridades monetarias se aleja día a día. Las actas de la pasada reunión de la Fed y el BCE revelaron que el gran miedo de los funcionarios es haber hecho demasiado poco.
El gas, un mercado menos líquido, no queda al margen de las tensiones. Además de la suspensión la actividad en Tamar, el campo de gas israelí próximo a la zona de conflicto, las sospechas de sabotaje al gasoducto submarino y el cable de telecomunicaciones que conecta Finlandia y Estonia han devuelto la intranquilidad. A los inversores se les vienen a la mente las explosiones sufridas el año pasado en Nord Stream. Las causas de lo ocurrido se desconocen, pero las autoridades consideran que existen indicios de que el daño fue deliberado. Todo esto provocó que el gas subiera un 51% en la semana hasta los 55,35 euros, su semana más alcista desde el estallido de la guerra de Ucrania. “Somos conscientes de que el conflicto podría afectar a los precios del gas natural a corto plazo. Israel ha manifestado su intención de cerrar los yacimientos de gas natural y, dado que el país se abastece de aproximadamente el 1,5% del suministro mundial, la reducción podría repercutir en los mercados de fuera de la región”, señala Shinwoo Kim, gestor de T. Rowe Price.
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