El fugaz retorno de las acciones meme: Tupperware se dispara un 715% en ocho sesiones pese a estar al borde de la quiebra
Imprecisiones contables, deuda que no puede pagar y un negocio a la baja siguen acechando a la cotizada que este miércoles se desploma un 30% en Bolsa
Las múltiples advertencias que ha emitido la icónica empresa Tupperware en los últimos meses sobre su posible quiebra y las dudas alrededor de su viabilidad no han evitado que los inversores minoristas se abalanzaran en masa sobre sus acciones. En solo ocho sesiones de frenesí comprador, desde el 21 de julio hasta el pasado 1 de agosto, la compañía, que no fue capaz de presentar sus cuentas de 2022 por errores contables que la han obligado a reformular los números de los últimos tres ejercicios y que ya en abril admitió que estaba a las puertas de la quiebra, se disparó un 715% desatando la locura en la Bolsa. Detrás de la astronómica subida, el retorno de las acciones meme, el fenómeno que catapultó en 2021 el valor de firmas como GameStop o AMC, o en 2022, el de la ya quebrada Bed, Bath & Beyond. No obstante, el retorno se antoja fugaz, y este miércoles, los títulos de Tupperware se desploman un 30%.
Según muestran los datos de la plataforma de inteligencia de mercado Vanda Securities recopilados por Bloomberg, la comparativa del caso Tupperware con aquel frenesí de GameStop que tumbó al fondo bajista Melvin Capital está más que justificada. Los inversores minoristas han comprado acciones de Tupperware por valor de 15 millones desde el 21 de julio, cuando la capitalización de la firma rondaba los 40 millones de dólares. A la par que subía el precio de las acciones de Tupperware, también lo hacían las menciones a WallStreetBets, el subforo de Reddit que inició el fenómeno en 2021. Este martes, previo al fuerte correctivo de hoy, la empresa ya estaba valorada en 239 millones de dólares, y tras la dura caída, se mantiene, por el momento, en los 170 millones de dólares de valor. ¿Qué está pasando exactamente con esta empresa?
El pasado mes de marzo, Tupperware identificó un problema en la elaboración de sus cuentas. En el comunicado oficial a la SEC daba los detalles. “Las imprecisiones contables que tienen origen en periodos previos a 2020 se prevé que tengan un impacto negativo de entre 23 y 28 millones de dólares en las ganancias previamente reportadas en ese año. La reducción tiene su causa principalmente en imprecisiones relativas al pago de impuestos. La compañía también estima que el impacto neto de los errores dé como resultado un incremento de los ingresos operativos en 2020 y un descenso en los de 2021 y 2022. Con todo, estas estimaciones son preliminares y están sujetas a cambios que podrían ser significativos”, explicaba Tupperware.
Pese a que no pueden ser tomadas al pie de la letra por lo explicado en el último párrafo, en las últimas cuentas disponibles de la compañía, la de los últimos nueve meses de 2022, se aprecia un negocio que va claramente a la baja. Las ventas pasaron de 1.207 millones de dólares del mismo periodo comparable de 2021 a 991,3 millones de dólares en 2022, un descenso del 17,87% en solo un año. El resultado operativo bajó desde 136,2 millones de dólares a solo 3,2 millones de dólares.
A la mala marcha del negocio, se le suma el problema de una deuda que asfixia a la empresa y que llevó a que Tupperware firmara sucesivos acuerdos de aplazamiento y emitiera un comunicado advirtiendo de que la cotizada quizás ya no es viable económicamente. “La sociedad suscribió tanto la segunda modificación como la tercera con sus acreedores para abordar el previsible incumplimiento de los pactos financieros, dado que la sociedad estimaba que no cumpliría sus obligaciones en ausencia de dichas modificaciones. A pesar de dichas modificaciones y ajustes a los pactos financieros, la compañía prevé actualmente el incumplimiento de los pactos financieros modificados incluidos en la tercera enmienda al acuerdo con los acreedores, y que dicho incumplimiento podría producirse ya a finales del primer trimestre de 2023, a la espera de la finalización del proceso de cierre financiero del primer trimestre de 2023 de la Compañía”, expresaba entonces.
Paralelamente, la Bolsa de Nueva York iba lanzando advertencias a la firma. A comienzos de abril llegó la primera. Si no presentaban sus cuentas de 2022 en los próximos seis meses a que expirase la fecha límite de presentación ordinaria, 31 de marzo, entonces Tupperware se enfrentaba a la posibilidad de su expulsión de la Bolsa. Como su valor de mercado permaneció por debajo de 50 millones de dólares durante un periodo superior a 30 días, la Bolsa de Nueva York comunicó el pasado 1 de junio que iba a iniciar el procedimiento estándar en estos casos. O la firma les enviaba un plan de negocio viable en 45 días, o se iniciaría el proceso para expulsarla de la Bolsa. Al haber recuperado ese nivel de capitalización gracias a la intervención de los accionistas meme, este último procedimiento se ha anulado, ya que vuelve a cumplir con las normas.
Poca probabilidad de que acabe bien
Aunque la subida ha sido espectacular, es poco probable que la historia termine bien a juzgar por qué ocurrió con otras acciones meme en el pasado. Desde el pico que marcaron las acciones de Tupperware en 2021 ante la esperanza de que la pandemia y el comer en casa espolearan sus ventas de productos de cocina, sus títulos se habían depreciado un 98% hasta el momento previo a desatarse el frenesí comprador.
Cierto es que el 30 de junio alcanzó otro acuerdo con los acreedores, pero incluso con él, seguía estimando que sería incapaz de afrontar los pagos de intereses del mes de julio. Las subidas en Bolsa han hecho mucho daño a los bajistas que pretendían lucrarse con el hundimiento definitivo de Tupperware. Bloomberg estima en base a datos de S3 Partners en 37 millones de dólares las pérdidas generadas a los bajistas en esas ocho sesiones.
Con todo, el repunte de Tupperware no ha hecho sino acrecentar el número de posiciones en corto. Alrededor del 30% de las acciones disponibles para comprar proceden de ventas en corto, según estos datos que refiere Bloomberg. Es el mayor nivel de bajistas en más de un año y todo una explosión desde el 10% que marcaba en noviembre. “La creciente cantidad de posiciones cortas combinada con el incremento del coste que tiene adoptar esta postura bajista demuestra que Wall Street está convencido de que el movimiento alcista no durará”, escriben desde la agencia estadounidense.
Por último, Tupperware tiene en contra lo que ocurrió en el pasado. Bed, Bath & Beyond, que en agosto de 2022 fue la nueva diana de los meme stocks, terminó por rellenar el formulario de quiebra en abril de este año. Los inversores provocaron un increíble repunte de las acciones, pero no fue suficiente para obrar el milagro en aquel entonces. Este miércoles, las acciones de Tupperware se desploman alrededor de un 30%, dando señales de que, efectivamente, el rally tuvo más de broma que de justificado.
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