El Ibex se olvida de las elecciones y se sube al carro del optimismo en esta semana
El selectivo español intenta el asalto de los 9.700 y avanza el 1,2% semanal
La avalancha de resultados empresariales positivos, el principio del fin de las alzas de tipos al que apuntan los bancos centrales y las expectativas crecientes de un aterrizaje suave en la economía eclipsaron cualquier preocupación de los inversores por el resultado electoral en España. Aunque el lunes en los primeros minutos de negociación, el mercado asistió a la venta de acciones, a medida que pasaban las horas la calma regresó. En la jornada postelectoral el selectivo español registró una leve caída, comparable a la de otros índices europeos. En una semana repleta de referencias, los inversores dejaron de lado los asuntos de política interna y se sumaron al apetito por el riesgo que sigue imperando. La Bolsa española sumó un 1,19% en su segunda semana consecutiva al alza.
El Ibex 35 se marca como reto superar la barrera de los 9.700 puntos, nivel con el que lleva coqueteando varias sesiones y que no logró conquistar el viernes al cierre. Una vez superada esta resistencia, será el momento de intentar atacar los 10.000 puntos y retornar a los niveles prepandemia. Aunque en el año el Ibex 35 avanza un 17,7%, continúa estando un 3,8% por debajo de los 10.083 que registró en febrero de 2020. Javier Molina, analista senior de mercados para eToro, defiende que las elecciones no han cambiado la tendencia dominante en la Bolsa y considera que siguen existiendo vientos de cola para que el Ibex retorne a los 10.000 puntos.
Antonio Castelo, analista de iBroker, subraya que el resultado electoral ha pasado de puntillas por el mercado. Ni la renta variable ni la fija se han inmutado. La prima de riesgo se mantiene estable en los 102 puntos básicos, una señal de que los inversores confían de la solvencia del país. Castelo señala que, aunque los gobiernos nacionales puedan proponer leyes y regulaciones de acuerdo a sus ideologías, al final España como país de la eurozona está bajo el paraguas de organismos como la Comisión Europea o el BCE, que vigilan el cumplimiento de las normas de disciplina fiscal y financiera. Es decir, la capacidad de maniobra es limitada y las exigencias de Bruselas son cruciales para poder recibir los fondos europeos del programa Next Generation. Para este año está previsto un desembolso de 17.000 millones de euros.
Desde la gestora de DWS añaden que parte de la inacción de la Bolsa se debió a que en semanas anteriores los inversores ya habían puesto en precio que, ante una victoria del bloque conservador, el impuesto extraordinario a bancos y energéticas seguiría vigente. En una entrevista con el Financial Times, el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, adelantó que no derogaría el impuesto a los bancos, como mucho lo modificaría. “De una manera u otra, no había mucho en juego para los inversores en acciones españolas”, remarcan.
Los expertos consideran que la gran amenaza para el mercado es el bloqueo político, una idea que va cobrando día a día más fuerza. La dificultad para formar gobierno podría abocar a una repetición electoral como la vivida en 2019, escenario que es pronto para descartar. Diego Morín, analista de IG, subraya que lo que los inversores quieren por encima de todo es estabilidad. La posibilidad de nuevas elecciones a finales de año generaría un mayor deterioro a la economía y mostraría mayor desconfianza inversora, aunque la probabilidad cierta de tal escenario no ha sido motivo de inquietud esta semana.
Las escasas implicaciones en el mercado del resultado electoral y el hecho de que las dos fuerzas que podrían formar gobierno son partidos europeístas lleva a los analistas de Goldman Sachs a mantener una visión positiva para España. El departamento de análisis de la entidad confía en que la economía siga tirando y espera que a cierre de año el PIB haya crecido un 2,3%, crecimiento que en 2024 alcanzaría el 1,6%.
José Ramón Iturriaga, gestor de renta variable en Abante, semanas atrás confiaba en que un cambio de gobierno ayudara a garantizar mayor seguridad jurídica. Ahora considera que la incapacidad de legislar por la falta de apoyos de un gobierno encabezado por Sánchez es una opción que no preocuparía en exceso a los mercados porque no podrían aprobarse leyes fiscales que a su juicio incrementarían el riesgo país, como lo hizo la ley de la vivienda o las reformas impositivas a bancos y energéticas. Tampoco saldrían adelante reformas estructurales que sí reclama Bruselas, sin duda un factor negativo que destacan muchos analistas para el medio plazo.
Aunque el escenario político acapara titulares, la verdad es que los inversores tienen una visión más global. Y la prueba más fehaciente es que esta semana han sido los bancos centrales, la campaña de resultados y las expectativas de un aterrizaje suave lo que ha movido los mercados. Christine Lagarde y Jerome Powell han reafirmado su compromiso con la estabilidad de los precios y han elevado los tipos en 25 puntos básicos. Es decir, cumplieron con las expectativas del mercado. Pero más que la subida en sí, han sido las previsiones de tipos para los próximos meses lo que ha ayudado a prolongar el rally de las Bolsas. Por primera vez en el último año, el BCE reconoció la posibilidad de que el ciclo de subida de tipos esté llegando a su fin. A imagen y semejanza de lo apuntado por Powell un día antes, Lagarde señaló que la decisión de septiembre aún no se había tomado y que todo iba a depender de los datos.
Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa, afirma que su escenario base sigue siendo que el alza de tasas de esta semana sea la última subida de este ciclo. El experto añade que la expectativa de que la inflación subyacente siga reduciéndose hace más probable una pausa a la vuelta del verano. Una idea que desde Link Gestión apoyan, después de que los miembros de la institución empiecen a apuntar a la debilidad que está empezando a mostrar la economía. Juan José Fernández-Figares, director de inversiones de la firma, considera que el BCE se esforzará en no apretar demasiado las tuercas y provocar un aterrizaje brusco.
Las expectativas de un menor endurecimiento monetario y la fortaleza que muestra la economía estadounidense, que en el segundo trimestre del año creció un 2,4%, sirvieron de impulso a la renta variable. También neutralizaron un potencial efecto negativo por el bloqueo político en España. El verde se impuso en la semana en el Viejo Continente. Con un alza del 2,24% el Mib italiano lidera las ganancias. Le siguen de cerca el Dax alemán, que avanza un 1,81%; el Euro Sotx 50, que repunta un 1,71% y el Cac francés (0,59%). La Bolsa gala se recompone a las caídas registradas por LVMH (-3,08% en la semana). Pese a los buenos resultados de los seis primeros meses del año, la cotizada más valiosa de Europa no logró convencer al mercado por culpa de la debilidad de la economía china. Fuera de la eurozona, el FTSE británico sumó un 0,4% semanal, con la vista puesta en la reunión del Banco de Inglaterra.
Por sectores, el automovilístico lideró las ganancias en Europa en la semana con un alza del 3,47%. Le siguieron de cerca el tecnológico (3,15%), el químico (3%) y el financiero (2,94%). Las utilities (-1,23%), las energéticas (-0,75%) junto a las firmas del sector salud (-0,66%) y las inmobiliarias (-0,53%) fueron los únicos que se perdieron las subidas. Es decir, en su mayoría compañías que se ven castigadas por las caídas de las materias primas como el Brent, que el viernes cedía un 0,5% con el gas bajando un 10,2%.
Al cierre de los mercados europeos, los inversores se dejaron llevar por las expectativas de que EE UU esquive la recesión, una idea que lanzó el propio presidente de la Fed, Jerome Powell. Wall Street se recomponía del traspiés experimentado el jueves y en la semana los tres índices registraban ganancias, con el Nasdaq avanzando un 2%.
La prima de riesgo se mantiene estable
Renta fija. El nulo impacto de los comicios en la Bolsa también se trasladó al mercado de deuda. La mejor evidencia de que los inversores no dudan de la solvencia de España es el hecho de que la prima de riesgo se mantiene en los 102. Es decir, tan solo ha subido dos puntos básicos en la semana, en sintonía con el comportamiento del riesgo país italiano, que avanza en la misma proporción.
Europa y EE UU. La falta de concreción acerca de cuáles serán los próximos movimientos de la Fed y el BCE, que se ceñirán a los datos económicos, unido a la moderación en sus mensajes contribuyeron a la estabilidad en la renta fija. La rentabilidad de la deuda alemana a 10 se mantuvo sin cambios al filo del 2,5%, con la española en el 3,5% y la estadounidense al mismo plazo al borde del 4%.
Divisa. Las expectativas del fin del alza de tipos en la eurozona ayudaron a frenar el rally del euro. Al cierre de los mercados europeos la moneda única peleaba por conservar los 1,10 dólares. Después de la reunión de esta semana, el mercado otorga ahora solo una probabilidad del 45% a un alza de los tipos en septiembre en la zona euro. Buena parte del mercado empieza a descontar una pausa.
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