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El BCE estrecha la vigilancia de la liquidez bancaria y podría elevar sus exigencias

Pretende asegurarse de que los bancos tienen capacidad para afrontar una estampida de depósitos, según Bloomberg

CINCO DÍAS
Andrea Enria BCE
El responsable de supervisión bancaria del BCE, Andrea Enria, junto al presidente de la Autoridad Bancaria Europea, José Manuel Campa.Thierry Monasse (Getty Images)

El BCE lleva insistiendo semanas, desde la quiebra del estadounidense Silicon Valley Bank, en que los niveles de liquidez de la banca de la zona euro son óptimos pero está intensificando la vigilancia de tales niveles y podría anunciar requisitos más estrictos para algunas entidades antes de que acabe el año, según señala hoy la agencia Bloomberg.

La revisión anual del BCE, dentro de su labor de supervisión de las entidades con un volumen de activos superior a los 30.000 millones de euros, va a poner más atención en el nivel de liquidez con que un banco podría hacer frente a una estampida de depósitos, un fenómeno que se ha replicado entre la banca estadounidense y que fue el detonante de las caídas de Silicon Valley, Signature Bank, First Republic y también del gigante suizo Credit Suisse.

El supervisor bancario pretende que las entidades estén realmente preparadas para una fuga de depósitos, más allá de que sus niveles de capital también sean sólidos. Las entidades europeas están obligadas a contar con activos de elevada liquidez por la cuantía suficiente como para hacer frente a 30 días de estrés de retirada de fondos. En definitiva, con activos de fácil venta con los que hacer frente a una demanda disparada de liquidez.

Tal ratio es ahora de media del 165%, a cierre de 2022, muy por encima del 100% requerido. Aunque la pretensión del BCE no sería solo mejorar esa ratio sino verificar la capacidad de esos activos disponibles para ser una fuente rápida de obtención de liquidez, según señala Bloomberg.

En términos generales, la banca de la zona euro dispone de un amplio colchón de liquidez. Su exceso de liquidez, aquella que sobra de cubrir las necesidades básicas de efectivo de la clientela, ronda los 4 billones de euros. Las entidades afrontan ahora en junio la devolución de las cuantiosas líneas de financiación TLTRO III activadas por el BCE con la pandemia de 2020. Deberán devolver 476.000 millones de euros de la inyección de 1,3 billones que les concedió el banco central en junio de 2020, una repago para el que el sector ya se ha ido preparando pero que está obligando a los bancos a buscar fuentes alternativas de financiación en el mercado de capitales.

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